miércoles, 7 de abril de 2010

El hijo de Bono tiene un chalé en Bargas a nombre de una sociedad fantasma


Foto:José Bono y el chalé que posee su hijo.

Está hipotecado por 120.500 euros.El constructor es amigo personal de José María Barreda


Ha cumplido 25 años y su única ocupación conocida es la equitación y su participación del 5% en el accionariado familiar de la Hípica Almenara. José Bono Rodríguez es un joven afortunado que ya posee un chalé en Bargas (Toledo), hipotecado por 120.500 euros, en una urbanización construida por Aurelio González Villarejo, uno de los principales deudores de la Caja Castilla-La Mancha.


Esta vivienda se añade a la que su padre le ha regalado en uno de los barrios más caros de Madrid, aún en proceso de reforma y valorada en 1.800.000 euros, tal y como ya informó este periódico.

El hijo del presidente del Congreso de los Diputados es el único apoderado de la sociedad Attack 84, domiciliada precisamente en ese chalé de Bargas y a cuyo nombre está inscrita esta vivienda. Fue adquirida en septiembre de 2008, tan sólo tres días después de que se creara la sociedad Attack.

Se levanta sobre un terreno de 424 m2, y tiene una superficie construida de 254 m2 repartidos en dos pisos. En esta urbanización, ubicada a cuatro kilómetros de Toledo, hay casas pareadas y otras independientes; la de José Bono hijo es una vivienda aislada. Los obreros, que aún finalizan las obras de la nueva urbanización, no dudan en señalar a La Gaceta quién es su propietario: “Ésa es la casa del hijo de Bono”.

En el momento de realizar las fotografías que acompañan este reportaje, el chalé parecía estar ya decorado y habitado. Con esta empresa como dueña oficial de la vivienda y responsable del pago de la hipoteca, José Bono Rodríguez ha adquirido también una parte de la propiedad de la piscina comunal situada en una parcela aneja de 1.524 m2, sobre la que recae otra hipoteca, de 182.160,1 euros.

Attack, constituida con un capital social de 3.010 euros, carece de actividad comercial significativa. De acuerdo con el Registro Mercantil de Toledo, su objeto social es de lo más variado: desde “la explotación y gestión de fincas rústicas y ganaderas” hasta la “organización de eventos relacionados con la hípica”, pasando por la “comercialización de toda clase de productos de joyería” y la “compraventa de inmuebles”.

En esta aventura empresarial de dudoso rédito hasta la fecha y sin ningún capital conocido al margen del necesario para la creación de la sociedad, le acompaña como administrador único Carlos Marín Vázquez, quien a su vez también lo es de otra compañía establecida en Madrid y creada en 2009, sin que tampoco ésta última presente ingresos ni movimientos comerciales hasta la fecha.

Marín Vázquez es a su vez socio minoritario de la empresa Kiosko 24, que en el último ejercicio ha declarado unas pérdidas de 3.451,67 euros. Difícil pues determinar el origen del patrimonio que permite la adquisición de la propiedad de Bargas.

Pablo Cañego Muñoz es otro de los nombres que aparece en Kiosko 24, como administrador y representante del socio de referencia, Ofisad Asesores. Además es administrador –o lo ha sido– de todas las empresas creadas por la familia de José Bono.

Por cierto, durante apenas unos meses también tuvo un cargo en Attack84 en calidad de administradora: Alicia Cilleruelo Berdón, la que fuera persona de confianza de José Bono cuando ejercía como presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha y hoy convertida en su secretaria principal, pagada todavía por la propia Junta.

EL PROMOTOR

La urbanización donde se encuentra el chalé del hijo de José Bono en Toledo es obra de GV Grupo Inmobiliario, en manos del constructor y promotor Aurelio González Villarejo.

Hombre de referencia en el mundo del ladrillo en Illescas y Carranque, donde fue adjudicatario de dos polémicos PAU (plan de actuación urbanística), es conocido por su amistad con el presidente del Congreso y con José María Barreda, actual presidente de Castilla-La Mancha. González Villarejo es uno de los primeros accionistas del fracasado aeropuerto de Ciudad Real, junto con Domingo Díaz de Mera, Antonio Méndez Pozo, los hermanos Barco y la familia Sanahuja, entre otros, a través de la sociedad Inversiones Aeroportuarias del Centro .

Todos ellos están en la lista de los mayores deudores de Caja Castilla-La Mancha –a la sazón segundo accionista del aeródromo, con un 30% del capital–. De acuerdo con la lista que obró en poder del Banco de España, una vez que CCM fue intervenida, González Villarejo ocupaba el cuarto lugar entre los deudores, con créditos de 220 millones de euros.

La caja castellanomanchega financió también la entrada de este empresario conquense en la inmobiliaria Colonial, de la que después saldría oportunamente junto con Luis Portillo y Domingo Díaz de Mera, entre otros.

Originalmente publicado en La Gaceta.

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