Miguel Bosé y Alfonso Ussía.
Alfonso Ussía ha estallado contra los pobres actores, cantautores y pancartistas "de la ceja y la subvención". Cree que Guillermo Toledo es un estalinista amante de las dictaduras comunistas y le advierte que no puede pretender "callar las voces en desacuerdo con sus ideas". Pero el que se lleva lo suyo en Miguel Bóse. Le acusa de practicar un "snobismo" cretino y falso ya no funciona por "pretencioso".
En su columna en La Razón -«Snobs» culturales- Ussía postula que nadie puede imponer por la fuerza la idea y el pensamiento. Si Guillermo Toledo es estalinista, vale, pero que no se invente persecuciones ni campañas:
La libertad para todos, no sólo para él y sus amigos. Y también sus amigos tienen todo el derecho a apoyar a Guillermo Toledo, hacer suyas sus palabras y opiniones y redactar un manifiesto de solidaridad con el cómico estalinista. Faltaría más. Pero no mintiendo.
Pero Ussía vacía su cargador sobre Miguel Bosé por snob, pijo y mal cantante. Mal que le pese a Sopena que desde El Plural acusa a la caverna mediática de retomar "con ahínco su incombustible campaña contra el mal llamado ‘Sindicato de la Zeja’". Toma dos tazas.
Para Miguel Bosé, Toledo es ponderado y reflexivo. Tiene derecho a pensar así. Como yo a pensar que Miguel Bosé es un pijo de la «Gauche divine» y que canta como un culo.
Y recadito para los abajofirmantes de siempre:
Para los firmantes de la carta solidaria con Toledo, Sanjuán, Tosar, Juan Diego Botto, Novo, Candela Peña y demás cejeros, si Toledo es respetable, están en su derecho de hacerlo público. Pero no tienen derecho a mentir.
Su reflexión final tiene que ver con ese que se llama hipócritamente "el mundo de la cultura":
La persecución y acoso a un ser insignificante no es argumento serio. Pero lo inadmisible es que se consideren gente de la Cultura. Ese «snobismo» cretino y falso ya no funciona, pretenciosos.
Avicena o Ibn Siná (como fue llamado en persa y en árabe) nació en el año 980 en Afshana (provincia de Jorasán, actualmente en Uzbekistán). Cuando tan sólo contaba con 17 años ya gozaba de fama como médico por salvar la vida del emir Nuh ibn Mansur. Puede ser considerado el inventor de la traqueotomía, cuyo manual operatorio sería precisado por el célebre cirujano árabe Abū el-Kasis de Córdoba. Libros: El canon de medicina, El libro de la curación, Poema de la medicina
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