miércoles, 24 de febrero de 2010

La mini "mani" sindical

Quisieron hacernos creer que iban contra el Gobierno

Pasan los días y no hay soluciones encima de la mesa

Cuatro millones y medio de trabajadores están parados, miles de empresas y autónomos han tenido que cerrar sus negocios, ahogados por los costes y la falta de crédito, y los dos sindicatos mayoritarios hacen que se manifiestan por la propuesta del Gobierno de subir a 67 años la edad de jubilación.




La cosa fue tan exigua y tan deslucida que doy por hecho que Méndez y Toxo estarán reflexionando sobre su verdadera representatividad entre los trabajadores de este país. Cómo sería la cosa que no acudieron a la llamada ni los liberados sindicales que, por cierto, nos cuestan a cada español 300 euros que pagamos de nuestros impuestos.



UGT y Comisiones Obreras quisieron el martes hacernos creer que se manifestaban contra el Gobierno y éste que lo veía muy normal y muy constitucional. Tanto que algunos diputados socialistas se echaron a la calle para protestar contra una propuesta de su propio Gobierno. Esto es el mundo al revés. Nos hemos vuelto todos locos.



Los sindicatos mayoritarios no arremeten en la calle contra un Gobierno que no gobierna y que se ha desentendido de tomar medidas; el Gobierno hace que quiere llegar acuerdos con la oposición a la que pone a escurrir, a la que le echa la culpa de la crisis, y a la que en realidad le encantaría que tragase para buscar la complicidad y el reparto del coste de las soluciones; un presidente que manda a dos empleados a pacificar a los mercados y que tarda 24 horas en desbaratar todo el trabajo apelando de nuevo a la conspiración, a la crisis financiera y a la política inmobiliaria de Aznar que hace seis años que dejó de gobernar, y un ministro de Trabajo que asegura que la crisis ya no es financiera sino de las familias y de los barrios y que hay que hacer un llamamiento a las ONG's para que ayuden porque el Estado ya no puede hacer más.



Mientras, los ciudadanos ven cómo van pasando los días, los meses y no hay soluciones encima de la mesa. Pero sí más parados desasistidos, más familias sin ingresos, más jóvenes sin futuro y más impuestos. Nada de austeridad.



Al contrario, cada día se conoce un nuevo capítulo de gastos superfluos, algunos casi insultantes, y nula voluntad de reformas. Menos mal que los que vivimos en la Comunidad de Madrid, hoy la más próspera de España y entre las 25 mejores de la Unión Europea, vemos cómo se han vuelto a arremangar y los emprendedores, los que generan riqueza y trabajo, van a recibir apoyo para salir adelante.

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