Francisco de Narváez, aspirante a la presidencia de Argentina
Es el ogro malvado para el kirchnerismo. Fue el gran triunfador de las elecciones legislativas de 2009 y es uno de los aspirantes para las presidenciales de 2011 en Argentina. Defiende su condición de peronista, empresario mulitimillonario –es propietario de una cadena de tiendas de indumentaria, de una empresa agroindustrial y posee acciones en canales de televisión, radios y un periódico financiero– y legislador de cuño liberal. Político atípico, este argentino nacido en Bogotá (Colombia) hace 56 años y al que popularmente llaman el colorado (por su rojiza cabellera), comenzó su carrera hace ocho años de la mano del actual alcalde de la ciudad de Buenos Aires, el también empresario Mauricio Macri, pero va por libre. Su frase de cabecera es: "Tengo un plan".
-¿Cómo define la actual situación política de Argentina?
-Después de las crisis de 2001, donde casi todos los argentinos gritamos “Que se vayan todos” han surgido nuevos liderazgos políticos, modernos, capaces, honestos y con vocación de servicio. La vieja forma de hacer política fue derrotada en las elecciones legislativas del 28 de junio pasado. Estamos en un momento de cambio en el que la gente reclama consenso y diálogo. Este proceso terminará de cristalizar en las próximas elecciones de 2011. Esta es la línea de acción que debe primar por encima del autoritarismo y de las continuas tensiones sociales, políticas y económicas a las que el matrimonio Kirchner está sometiendo a la sociedad argentina.
-¿Por qué se opone al kirchnerismo, si usted también se define peronista?
-Son dos cosas distintas. El kirchnerismo gobierna en pos de sus propios intereses. Mediante la intimidación, la extorsión y el abuso de políticas públicas ha recreado las condiciones para generar negocios en beneficio de determinados gerenciadores kirchneristas. Esta forma de gobernar ha tenido efectos claramente negativos en nuestro país. El Gobierno de los Kirchner ha priorizando permanentemente sus necesidades personales (la guerra contra grupos mediáticos, etc.), en lugar de trabajar en los problemas que verdaderamente preocupan a la gente, tales como la inseguridad, la desocupación y la pobreza. La sanción de la nueva ley de medios es una clara muestra de cómo actúa el kirchnerismo frente a la libertad de prensa y expresión. Este Gobierno no respeta la pluralidad de opiniones y ha dado claras muestras de presiones e intimidaciones frente a las voces independientes.
-¿Está usted dispuesto a ser la imagen de la oposición frente a los Kirchner?
-Habiendo derrotado a Néstor Kirchner en las elecciones pasadas y ante la necesidad de un profundo cambio de rumbo en nuestro país, no descarto ser parte de una armada nacional para poder encontrar soluciones a los problemas que preocupan a la gente. Queremos construir un país normal y recuperar la certeza de la movilidad social ascendente. Queremos una Argentina donde se vuelva a cumplir la ley, se respeten los contratos y se recupere el valor de las instituciones
La Gaceta
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