Al comunista Víctor García García no lo mató la Guardia Civil en 1948, sino un pistolero enviado por Santiago Carrillo desde su cómodo y seguro exilio en París. ¿Por qué no se le toma declaración al héroe de la Transición siquiera para conocer la veracidad de los hechos?
Alfonso Ussía ha recordado unas acusaciones al poeta Rafael Alberti -que firmó muchas terceras en el diario ABC en la democracia- sobre su siniestro papel en la guerra civil como delator y asesino:
Rafael Alberti metía a los prisioneros en cabinas de teléfonos con las paredes electrificadas con alta tensión.
Ussía se queja de que no ha habido ningún "comentario, o reacción, o indignada sorpresa".
También han sido recibidas con el silencio de los profesionales de la memoria histórica unas acusaciones a Carrillo hechas por el hijo de un jefe comunista gallego de que Carrillo y La Pasionaria, al frente del PCE y stalinistas hasta la médula, ordenaron el asesinato de su padre.
"No fue asesinado en un tiroteo con la Guardia Civil, como siempre habíamos creído mi madre y yo, sino que el comité central del PC, asentado en Francia y comandado por Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo, juzgó que la labor realizada por mi padre al frente del partido en Galicia no coincidía con sus proyectos y decidieron asesinarlo. Y los asesinos enviados por el partido lo lograron en el año 1948", relata Víctor, afincado en Orión (Cantabria).
Según investigaciones del alemán Hartmut Heine y de historiadores gallegos como Alberto Maceira o Lupe Martínez, el reorganizador del PC en Galicia y el norte de Portugal fue condenado por la propia organización comunista, acusado de "infiltrado" y de "estar en contacto con los servicios aliados en la red de evacuación de pilotos derribados en el frente europeo" y que, desde Francia, cruzaban por Galicia hacia Portugal.
En enero de 2008, en el micrófono que le pone la SER, Carrillo pronunció una frase impresionante:
Todos hemos sido terroristas.
¡Lo habrás sido tú, carnicero!
Y en una entrevista en El País, publicada en 2005:
Incluso, en algún caso, yo he tenido que eliminar a alguna persona, eso es cierto; pero no he tenido nunca problemas de conciencia, era una cuestión de supervivencia, porque estaba en juego también la vida de muchos militantes, que muchos de ellos acabaron en la cárcel o ejecutados.
¿Y este asesino confeso sigue libre y recibe homenajes?
Avicena o Ibn Siná (como fue llamado en persa y en árabe) nació en el año 980 en Afshana (provincia de Jorasán, actualmente en Uzbekistán). Cuando tan sólo contaba con 17 años ya gozaba de fama como médico por salvar la vida del emir Nuh ibn Mansur. Puede ser considerado el inventor de la traqueotomía, cuyo manual operatorio sería precisado por el célebre cirujano árabe Abū el-Kasis de Córdoba. Libros: El canon de medicina, El libro de la curación, Poema de la medicina
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Toda la contradicción victimista del nacionalismo, todo su primario y egoísta doble rasero, toda su falta de respeto a la nación española y ...
-
La politica de la tetas gordas De repente todo el mundo se empezó a preguntar quién ...
-
El exnúmero dos del partido y miembro de la Ejecutiva llevaba tres años en Hora 25 El secretario de A...
No hay comentarios:
Publicar un comentario