martes, 14 de julio de 2009

LA NEGATIVA DE CAJASUR A ENTREGARSE ACELERÓ EL ANUNCIO

A falta de pan, buenas son tortas. Algo así debió pensar el presidente de Unicaja, Braulio Medel, cuando este fin de semana supo que el Banco de España, tras un primer toque de atención de la jerarquía eclesiástica, había decidido posponer el caso Cajasur al menos hasta septiembre. Necesitado de una operación antes del 15 de agosto, fecha tope para el inicio del proceso de renovación de cargos en Unicaja que le obligaría a abandonar la presidencia a primeros de 2010, Medel decidió desempolvar el proyecto de fusión por absorción con la modesta Caja de Jaén.
Y nunca mejor dicho lo de desempolvar. Porque, de acuerdo con fuentes cercanas a la consejería de Economía de la Junta de Andalucía, la integración de Caja de Jaén en Unicaja estaba pactada desde hace dos años, exactamente desde el mes de julio de 2007. Y ello por la misma razón de peso que en el sector financiero andaluz está moviendo este tipo de operaciones: A José Antonio Arcos, presidente de la entidad jiennense, también le vence el mandato el año que viene. Y con 59 años, todavía le quedan 6 hasta la edad de jubilación.
Todo parecía orientado a una gran operación a tres, sobre la base de la fusión previa entre Unicaja y Cajasur, a la que se uniría Jaén de forma automática. Pero el Cabildo cordobés se resiste como gato panza arriba a entregarse a Medel, porque considera que la entidad tiene fortaleza suficiente para seguir sola. El caso es que el malagueño, una auténtica autoridad en el sector, ha hecho los deberes con frecuentes viajes a la sede del Banco de España en Madrid, donde ha cumplimentado los requisitos necesarios para gozar de las ayudas del FROB a la fusión con la cordobesa.
Pero, cuando Medel esperaba anunciar esta misma semana la integración con Cajasur, previo diktat del banco emisor al Cabildo cordobés, en Alcalá esquina Cibeles han echado sorprendentemente el freno. De repente, la solución del caso Cajasur no corre prisa, tal vez porque la jerarquía eclesiástica ha hecho ya saber al Gobierno Zapatero que no entregará la entidad gratia et amore, sobre todo cuando, tras la promesa de ayuda lograda del Vaticano, la Caja podría superar sus actuales problemas y seguir sola. “Hablaremos de Cajasur en septiembre”, le dicen a Medel desde el Banco de España. Patada a seguir.
La racionalidad de la operación está por ver
Lo que obliga al malagueño a mover ficha en 24 horas, desempolvando el viejo acuerdo con Arcos Moya, por el cual se acuerda “elevar a los consejos de administración una propuesta de convenio de fusión entre ambas entidades”. Parole. La realidad es que el anuncio, “que no tiene entidad suficiente como para obtener de la Junta una prolongación de mandato”, sí que logra impedir la apertura del proceso electoral en Unicaja, que se retrasa el tiempo suficiente para ver qué pasa definitivamente con Cajasur.
Con activos totales de 32.000 millones de euros frente a los 960 de Caja de Jaén, la racionalidad de esta operación está por ver, teniendo en cuenta que Unicaja tiene más oficinas en Jaén y provincia que la propia entidad jiennense (42 en total), una realidad que parece abocar a una reducción drástica de plantilla y al paralelo cierre de oficinas duplicadas. Muy distinto horizonte, por el contrario, es el de José Antonio Arcos, que pasará a engrosar la lista de antiguos presidentes –hasta tres, procedentes de las antiguas Cajas que dieron lugar al nacimiento de Unicaja- que siguen con coche con chofer, Visa Oro y demás gabelas. La vida sigue.

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