(PD).- Pedrojota Ramírez y el jefe de los espías españoles han almorzado a escondidas. La pregunta surge ipso facto: ¿Qué trama el director del CNI con el diario El Mundo?. Tiene su lógica que un periodista -técnicamente tan eficaz como Pedrojota- se entreviste con personajes como Alberto Saiz, director del Centro Nacional de Inteligencia, pero este encuentro huele que apesta.
Eso pensó al menos un conocido empresario madrileño cuando el pasado 25 de mayo, lunes para más señas, observó un pequeño revuelo a la entrada de Zalacaín y a los pocos instantes vio pasar a su lado, con paso sigiloso, al jefe de los espías españoles.
Era la hora de comer y su extrañeza subió varios enteros cuando instantes después cruzó por el mismo sitio y en actitud similar Pedrojota, que fue a meterse al mismo reservado del fondo donde había entrado Saiz.
Allí dentro, discretamente, protegidos de las miradas por la puerta, estuvieron ambos almorzando casi dos horas.
Hace ya meses que hay muy mal ambiente en el CNI. Proliferan las filtraciones y todo indica que algunos de los documentos, papeles e historietas también hayan llegado a la redacción de El Mundo.
Y que Pedrojota, feroz como pocos cuando siente que ha "mordido", se apresta a sacar tajada.
A Alberto Saiz le crecen los enanos. Sabe que entre los "cecilios" hay 'gargantas profundas' y que, al igual que ocurrió en tiempos de Perote, se está usando a la prensa como palanca para ponerlo en la calle.
Sabe también que el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba se la tiene jurada, pero está dispuesto a agarrarse al puesto como a un clavo ardiendo.
Y parece haber llegado a un pacto con Pedrojota Rámirez: yo te ayudo y tú me ayudas. Uno pasando informacion de peso. Otro, no publicando maldades, facturas, notas de viajes y pifias que dejan al jefe de los espías como un trapo.
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