(PD).- No han dado ni una. El Centro de Investigaciones Sociológicas es el organismo público encargado de hacer, con muchísimos más medios que ninguna de las empresa privadas, una fotografía de la sociedad española explicando sus comportamientos. Antes de las elecciones europeas, sacó a luz su estudio sobre lo que iba a ocurrir este domingo: Empate técnico, con una ligera ventaja para el PSOE, la abstención sería sólo del 13, 8 por ciento, UPyD no conseguiría entrar en el Parlamento Europeo,... No han dado ni una en el clavo. Conclusión: ¿quién responde ahora de ese fracaso y, sobre todo, para qué sirven estas encuestas carísimas?
El lunes 25 de mayo, dos semanas antes de las elecciones, el CIS hacía público su estudio demoscópico de qué iba a suceder el domingo 7 de junio, día de las elecciones para el Parlamento Europeo. El Centro de Investigaciones Sociológicas auguraba la victoria del PSOE. Concretamente, la lista que encabeza Juan Fernando López Aguilar obtendría el 42,8 por ciento del votos estimados, mientras que el PP se quedaría en el 42,2 por ciento. Esto es, seis décimas menos. Ambos se quedarían en 23 escaños.
La realidad, una vez abierta la urna, se parece a la predicción del CIS como un huevo a una castaña. El PP ganó las elecciones. Los populares, con Jaime Mayor Oreja como cabeza de lista, lograron 23 escaños en el Parlamento Europeo, con un 42,25 por ciento de voto, mientras que los socialistas se quedaron con 21 diputados y un 38,5 por ciento de voto. Dos escaños, 580.000 votos y casi cuatro puntos de diferencia a favor del PP. ¿Y qué van a decir de esto los responsables del CIS? Nada.
La encuesta, que fue realizada entre el 29 de abril y el 17 de mayo pasado a partir de 4.692 entrevistas, de las que tan sólo el 13, 8 por ciento dice que se abstendrá. Otro desbarre. La participación ha sido del 46%, y no de más del 80% que preveía el CIS. ¿Y ahora? ¿Qué responsable va a salir a dar la cara? Ninguno.
Ante la inverosimilitud de los datos de abstención, la directora del Centro de Investigaciones Sociológicas, Belén Barreiro, dijo que la encuesta no permite aventurar cuál será la participación ciudadana en los comicios del próximo 7 de junio. Pese a que en el muestreo dado a conocer figura una abstención declarada por los ciudadanos de tan sólo el 13,8 por ciento, dice Barreiro que este dato no es revelador de lo que puede ocurrir en los colegios electorales. Y tanto.
¿Se movilizará el Partido Popular para pedir explicaciones al Gobierno y a los responsables de este estudio?
Por si fuera poco, el CIS pronosticaba también que Unión Progreso y Democracia lograría sólo el 1,3 por ciento de los sufragios y no conseguiría entrar en la Eurocámara. Nada que ver con la realidad tampoco. El partido de Rosa Díez ha conseguido entrar en el Parlamento con un escaño. Ha conseguido el 2,87% de los votos. Más del doble de lo que le asignaba el CIS. ¿Y ahora? Tampoco nada.
Estos son, grosso modo, los errores del CIS comparándolo con los resultados ya conocidos. Una carísima escopeta de feria.
El lunes 25 de mayo, dos semanas antes de las elecciones, el CIS hacía público su estudio demoscópico de qué iba a suceder el domingo 7 de junio, día de las elecciones para el Parlamento Europeo. El Centro de Investigaciones Sociológicas auguraba la victoria del PSOE. Concretamente, la lista que encabeza Juan Fernando López Aguilar obtendría el 42,8 por ciento del votos estimados, mientras que el PP se quedaría en el 42,2 por ciento. Esto es, seis décimas menos. Ambos se quedarían en 23 escaños.
La realidad, una vez abierta la urna, se parece a la predicción del CIS como un huevo a una castaña. El PP ganó las elecciones. Los populares, con Jaime Mayor Oreja como cabeza de lista, lograron 23 escaños en el Parlamento Europeo, con un 42,25 por ciento de voto, mientras que los socialistas se quedaron con 21 diputados y un 38,5 por ciento de voto. Dos escaños, 580.000 votos y casi cuatro puntos de diferencia a favor del PP. ¿Y qué van a decir de esto los responsables del CIS? Nada.
La encuesta, que fue realizada entre el 29 de abril y el 17 de mayo pasado a partir de 4.692 entrevistas, de las que tan sólo el 13, 8 por ciento dice que se abstendrá. Otro desbarre. La participación ha sido del 46%, y no de más del 80% que preveía el CIS. ¿Y ahora? ¿Qué responsable va a salir a dar la cara? Ninguno.
Ante la inverosimilitud de los datos de abstención, la directora del Centro de Investigaciones Sociológicas, Belén Barreiro, dijo que la encuesta no permite aventurar cuál será la participación ciudadana en los comicios del próximo 7 de junio. Pese a que en el muestreo dado a conocer figura una abstención declarada por los ciudadanos de tan sólo el 13,8 por ciento, dice Barreiro que este dato no es revelador de lo que puede ocurrir en los colegios electorales. Y tanto.
¿Se movilizará el Partido Popular para pedir explicaciones al Gobierno y a los responsables de este estudio?
Por si fuera poco, el CIS pronosticaba también que Unión Progreso y Democracia lograría sólo el 1,3 por ciento de los sufragios y no conseguiría entrar en la Eurocámara. Nada que ver con la realidad tampoco. El partido de Rosa Díez ha conseguido entrar en el Parlamento con un escaño. Ha conseguido el 2,87% de los votos. Más del doble de lo que le asignaba el CIS. ¿Y ahora? Tampoco nada.
Estos son, grosso modo, los errores del CIS comparándolo con los resultados ya conocidos. Una carísima escopeta de feria.
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