jueves, 26 de febrero de 2009

Mario Conde relaciona la muerte de su mujer con una maniobra del ex ministro Bermejo en 1998 para impedirle quedar en libertad

“Bermejo tuvo un comportamiento incalificable conmigo en su día”. Son la duras palabras de Mario Conde en su blog, en las que relaciona el tumor cerebral que acabó con la vida de su mujer con los intentos de Bermejo por quitarle a Conde el tercer grado penitenciario.
La historia se remonta a 1998, cuando Mario Conde fue encarcelado por el ‘caso Argentia Trust’ por el juez Pérez Mariño y después vio desestimado su recurso por Enrique Bacigalupo en el Tribunal Supremo.
Cuando el entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, concedió el tercer grado a Conde, en agosto del mismo año 1998, el ex ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo actuaba entonces como fiscal jefe de Madrid.
Según el empresario, Bermejo “montó un circo mediático” recurriendo el tercer grado concedido y visitó en su despacho al Juez de Vigilancia, “que también había sido nombrado juez por el PSOE”. “Algo le dijo, alguna presión ejerció”, sospecha Conde, pues “lo cierto es que el hombre decidió estimar el recurso contra sus propias convicciones y manifestaciones”.
Aquello, a su mujer Lourdes Arroyo, y al propio Conde, les cogió “por sorpresa”, causándoles “dolor y estupor”:
--Lourdes, mi mujer, estaba en Mallorca, porque transcurría el mes de agosto. Tuve que darle la noticia, Al oírla, su voz tembló por un instante. No puedo olvidar su frase: “Si esto que es de Ley y a sabiendas de lo injusto de la condena nos lo niegan, ¿qué esperanza tenemos?”.
Según palabras de Mario Conde, aquella revocación del tercer grado “provocó un campo emocional muy fuerte en Lourdes”. “Bermejo fue el impulsor de ese brutal desazón (sic) de mi mujer”. Conde remata de forma lapidaria: “Hoy me pregunto qué importancia tienen los choques emocionales en la aparición de tumores cerebrales. Supongo que alguna. Lourdes murió de un tumor cerebral”.
Y apostilla:
-- Hoy es inevitable acordarme de la frase de Lourdes al escribir esto। Me causa dolor el recuerdo. Ella, desde otra dimensión, es inerte a este tipo de emociones humanas. No me alegro por el cese. Pero como español creo que se ha librado a la Justicia de una persona capaz de llegar hasta extremos increíbles en la utilización de su poder jurídico para persecuciones sectarias de corte ideológico o movidas por eso que digo siempre: las emociones del bajo vientre espiritual. Cualquiera que sea su sustituto será indudablemente mejor. España no merecía ese Ministro en un puesto que usa la palabra Justicia, por muy deteriorada, manipulada, ofendida y violada que se encuentre esa diosa.
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