(PD).-Desde que Magdalena Álvarez se convirtió en ministra de Fomento, su marido, Juan Manuel González-Aurioles, ha sido promocionado en Emgrisa, una empresa pública de la que ahora es administrador y director general. A su antiguo jefe, que abandonó el cargo tras una sucesión de escándalos, le recolocaron a la sombra de la ministra... Así es el nuevo nepotismo socialista.
El director general de Emgrisa (Empresa para la Gestión de Residuos Industriales), Juan Manuel González- Aurioles, comparte colchón con la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, con quien está casado desde hace años. Esa relación personal -informa Época- le sirvió también para promocionarse dentro de Emgrisa, una de las compañías públicas de la SEPI (Sociedad Española de Participaciones Industriales), donde trabajaba como director del área de suelos contaminados desde 1990.
En 2005, ya con su mujer en el Ejecutivo de Zapatero, González-Aurioles fue ascendido a director general de Emgrisa y, en mayo de 2007, se convirtió en uno de los administradores de la misma. Magdalena había agitado su varita mágica y había conseguido aumentar los ingresos familiares. A pesar de ser un cargo público, nombrado por la SEPI y que depende directamente del Ministerio de Industria, ninguno de los dos organismos ha querido informar sobre el sueldo que percibe el marido de la ministra Álvarez.
Desde Emgrisa han querido aclarar -según aclara Época- que se trata de uno de los trabajadores más antiguos de la compañía. Sobre las retribuciones del director general, el encargado de comunicación de la empresa asegura a ÉPOCA que, tras consultar a la dirección de la compañía, ésta le ha comunicado que no puede facilitar el salario de ninguno de los trabajadores de la empresa pública. Casualidad o causalidad, lo cierto es que el ascenso de Juan Manuel González-Aurioles se precipitó desde que su esposa, Magdalena Álvarez, se convirtió en ministra de Fomento. Pero no todo queda ahí.
Coincidiendo con su ascenso, el marido de la ministra entró a formar parte del Consejo de Administración de Emgrisa y de otras dos empresas públicas participadas, Cetransa y Desorción Técnica, percibiendo los emolumentos que, como administrador, le corresponden en cada una de ellas. Emgrisa sirve tanto para un roto como para un descosido. Porque el marido de la ministra Álvarez no es el único que se beneficia de su relación con el PSOE.
En el Consejo de Administración de esta compañía pública se sienta también Rosario Arévalo Sánchez, la ex consejera de Medio Ambiente de la Junta de Castilla-La Mancha que dimitió en julio de 2005 en medio de las críticas a su gestión del incendio de Guadalajara, en el que perdieron la vida 11 miembros de un retén y quedaron calcinadas más de 13.000 hectáreas de bosques.
El director general de Emgrisa (Empresa para la Gestión de Residuos Industriales), Juan Manuel González- Aurioles, comparte colchón con la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, con quien está casado desde hace años. Esa relación personal -informa Época- le sirvió también para promocionarse dentro de Emgrisa, una de las compañías públicas de la SEPI (Sociedad Española de Participaciones Industriales), donde trabajaba como director del área de suelos contaminados desde 1990.
En 2005, ya con su mujer en el Ejecutivo de Zapatero, González-Aurioles fue ascendido a director general de Emgrisa y, en mayo de 2007, se convirtió en uno de los administradores de la misma. Magdalena había agitado su varita mágica y había conseguido aumentar los ingresos familiares. A pesar de ser un cargo público, nombrado por la SEPI y que depende directamente del Ministerio de Industria, ninguno de los dos organismos ha querido informar sobre el sueldo que percibe el marido de la ministra Álvarez.
Desde Emgrisa han querido aclarar -según aclara Época- que se trata de uno de los trabajadores más antiguos de la compañía. Sobre las retribuciones del director general, el encargado de comunicación de la empresa asegura a ÉPOCA que, tras consultar a la dirección de la compañía, ésta le ha comunicado que no puede facilitar el salario de ninguno de los trabajadores de la empresa pública. Casualidad o causalidad, lo cierto es que el ascenso de Juan Manuel González-Aurioles se precipitó desde que su esposa, Magdalena Álvarez, se convirtió en ministra de Fomento. Pero no todo queda ahí.
Coincidiendo con su ascenso, el marido de la ministra entró a formar parte del Consejo de Administración de Emgrisa y de otras dos empresas públicas participadas, Cetransa y Desorción Técnica, percibiendo los emolumentos que, como administrador, le corresponden en cada una de ellas. Emgrisa sirve tanto para un roto como para un descosido. Porque el marido de la ministra Álvarez no es el único que se beneficia de su relación con el PSOE.
En el Consejo de Administración de esta compañía pública se sienta también Rosario Arévalo Sánchez, la ex consejera de Medio Ambiente de la Junta de Castilla-La Mancha que dimitió en julio de 2005 en medio de las críticas a su gestión del incendio de Guadalajara, en el que perdieron la vida 11 miembros de un retén y quedaron calcinadas más de 13.000 hectáreas de bosques.
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