Interrogantes con rostro

El rastro del «caso Torreblanca», que ha estallado de nuevo esta semana en plena línea de flotación del cogobierno, además de dejar un empinado camino para los policías locales implicados -y expedientados de momento por el Ayuntamiento-, dibuja en el horizonte muchas dudas acerca de cómo gestionó IU, principalmente, unos hechos repletos de contradicciones, silencios y controvertidas decisiones que, en lugar de aclarar la situación, han ayudado a echar más leña al fuego।Podría establecerse un cierto paralelismo entre este asunto y el famoso viaje a Caracas para asistir al Festival Internacional de la Juventud de la concejal del PCA Ana Morales y sus amigos a cuenta del erario público। A día de hoy (han transcurrido algunos años) nada se supo a ciencia cierta de un expediente de subvención de 12।000 euros que nunca se ha visto para justificar lo que se vislumbró como un regalo a fondo perdido। La forma de gestionar la crisis de aquél entonces, en pleno verano, repite en el presente algunos «tics»।No cabe duda de que la trascendencia de los hechos actuales (agentes de la patrulla verde edificándose un chalé ilegal, falsedades en documentos públicos, posible encubrimiento y un escolta de la alcaldesa con otra casa ilegal...) otorga a este caso más relevancia pública y tensión interna।Muchas son las voces en el Ayuntamiento que consideran crucial la intervención de la secretaria general, Isabel Alcántara, para que el asunto destapado por ABC alcance una magnitud que a lo mejor algunos no esperaban। Con apenas un año en el cargo, su investigación ha revelado múltiples irregularidades, ausencia de controles internos en el Ayuntamiento e indicios delictivos que el fiscal estudia ahora।Pero es en el relato cronológico de los hechos tal y como lo reflejan las conclusiones de la secretaria -alteración de pruebas en cinco días de significativas intervenciones políticas-, como en el encaje de estas aseveraciones con lo publicado por este periódico y las declaraciones de la cúpula del cogobierno donde se abren múltiples interrogantes que dejan sombras en lo político que la escasa transparencia informativa alimentan aún más।Desde la sorprendente dimisión «provisional» del Jefe de la Policía Local, Antonio Serrano, hasta el largo silencio del concejal de Seguridad, el recién llegado José Joaquín Cuadra, pasando por el interés del edil de Urbanismo, Andrés Ocaña, en desmarcarse de una historia de Disciplina Urbanística। En el epicentro, la propia regidora, Rosa Aguilar, con un escolta afectado y múltiples contradicciones। El papel de su socio socialista y el de la oposición en un futuro inmediato, también se tornan claves.cordoba.abc.es