Tras meses de cesiones, giros extraños y un inexplicado espionaje a su móvil, el presidente del Gobierno ha sufrido un nuevo desplante del monarca marroquí que levanta ampollas.
O una novatada fruto de una impericia diplomática impropia del gobierno de un país europeo, o una nueva inexplicable humillación de Marruecos a Pedro Sánchez. En cualquier caso, el sonoro plantón de Mohamed VI al inquilino de la Moncloa ha provocado este miércoles un nuevo terremoto político de consecuencias aún por determinar. Más aún, con las sospechas no aclaradas aún del papel de Rabat en el espionaje al móvil de Sánchez y varios de sus ministros.
Fuentes gubernamentales se han justificado en que en ningún momento se había confirmado que el monarca alauí recibiría a Sánchez, ocultando que la práctica habitual en ocasiones anteriores cuando la cumbre se ha celebrado en Rabat ha sido esa.
Así que la previa de la tan publicitada XII Reunión de Alto Nivel (RAN) Marruecos-España ha terminado este miércoles en esperpento con un nuevo incendio político sobre el líder del PSOE.
El vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons -dirigente de amplísima experiencia internacional- ha puesto el dedo en la llaga. Ha denunciado que no cabe "mayor humillación" que "ceder todo ante Marruecos" como, a su juicio, ha hecho Sánchez, para que luego el rey Mohamed VI no le reciba. Por eso, ha preguntado si el presidente del Gobierno es "libre" frente a Marruecos cuando "tanto se deja ningunear".
"Este tipo de ninguneos diplomáticos se pagan con una dimisión. Macron jamás pisaría Rabat para no ser recibido por el rey. Los de Sánchez están haciendo un papelón", ha recalcado González Pons después de que se haya confirmado que el Monarca alahuita no recibirá finalmente al presidente del Gobierno durante su visita de este miércoles y jueves a Rabat para la cumbre bilateral sino que le ha emplazado a una próxima visita oficial.
Sánchez ha mantenido una conversación telefónica con Mohamed VI antes de poner rumbo a Rabat durante la que ha aceptado la invitación de este a "realizar próximamente una visita oficial" a Rabat, ha precisado el Gobierno en un comunicado. La Casa Real alauí también ha confirmado la llamada.
La imagen que Sánchez no ha logrado este miércoles pese a sus cesiones y extraños giros con Marruecos.
Ante las críticas generalizadas, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha recurrido a la estrategia de cargar contra el mensajero y ha acusado al PP de no entender la relación con Marruecos y que la política exterior es una "política de Estado".
Poco después, González Pons se ha reafirmado en sus declaraciones y ha preguntado "cómo aceptó el Gobierno acudir a la cumbre de Marruecos sin tener asegurado que el rey recibiría" al presidente del Gobierno.
En parecidos términos se ha expresado la portavoz de Interior del PP en el Congreso, Ana Vázquez, que ha puesto el acento en el "plantón" de Mohamed VI después de que el presidente del Gobierno haya pagado "peajes" y se haya "humillado".
Ya este martes, en el debate en el Senado, Alberto Núñez Feijóo, criticó la política de Pedro Sánchez respecto a Marruecos alegando que es "incapaz" de apreciar en qué beneficia a España. Añadió que está marcada por bandazos, como su giro con el Sáhara Occidental y el fin de la relación de amistad con Argelia.
Además, Feijóo reprochó a Sánchez que viaje a la cumbre con Marruecos en Rabat con la "mitad de su gobierno ausente", en referencia a los ministros de Unidas Podemos que no participarán en la cumbre entre ambos países este jueves.
La justificación de Moncloa
Por su parte, el Gobierno ha salido al paso del revuelo suscitado esgrimiendo que se trata de una cita entre jefes del Ejecutivo y poniendo en valor la excelente relación personal que hay entre ambos y que seguirá reforzándose con el nuevo encuentro previsto.
Fuentes gubernamentales han recalcado que en ningún momento se había confirmado que el monarca alauí recibiría a Sánchez, ocultando que la práctica habitual en ocasiones anteriores cuando la RAN se ha celebrado en Rabat ha sido esa.
La llamada telefónica previa entre el Rey y Sánchez-que se ha prolongado durante media hora- estaba prevista de antemano, han dicho las fuentes, que han reconocido que en Moncloa sabían que Mohamed VI, que suele pasar largas temporadas fuera de Marruecos, no se encontraba en el país en estos momentos.
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