martes, 18 de mayo de 2021

El último día del Sahara español ,Por José Carlos Rojo

 



El militar cántabro José María Bourgon dirigió hace cuarenta años la salida de la colonia africana

A las seis menos cinco de la tarde del día 19 de diciembre de 1975, la bandera rojigualda se arrió por última vez en el Cuartel General de El Aaiún. Medios de comunicación españoles documentaron aquella ceremonia que simbolizó el adiós de España al territorio africano. Los yacimientos de fosfatos de Bucraa, de gran calidad y barata extracción, terminaron por despertar el interés económico de Marruecos, país visto por EE UU como la mejor opción para gestionar un territorio estratégico para frenar el avance por el sur de la Argelia prosoviética, en plena lucha de bloques.

«La vida era como en España, no nos faltaba de nada»

el día a día en el desierto

Pedro Pérez (69 años), el joven cántabro que se licenció a los 23 años en el cuartel general de El Aaiún en agosto de 1970, recuerda que lo peor del desierto no era el calor;«tampoco la comida o la bebida… Teníamos de todo. Lo único que nos faltaba era algo que no podíamos llevarnos allí, nuestra tierra», recuerda después de tanto tiempo. Hizo el servicio militar en pleno conflicto, cuando el Frente Polisario era ya conocido por sus actos violentos. Un día entró al cine de Villa Cisneros donde proyectaban 11 pares de botas. «Cuenta una historia del Racing de Santander. Salía mucho la ciudad y Puerto Chico. Yo crecí en Puerto Chico». «Recuerdo que por mi condición de militar podía entrar a verla todos los días, y vaya que entré. La veía una y otra vez, y siempre lloraba. Echaba mucho de menos mi casa, pero aquellos años en el desierto no los olvido».

«Es una simple bandera cuartelera. Pero tiene un gran valor sentimental y, sobre todo, histórico», explica el periodista santanderino Alfonso Bourgon, que conserva la enseña legada por su padre, el entonces coronel José María Bourgon López-Dóriga, jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Militares del Sector del Sahara y responsable del diseño y ejecución de la Operación Golondrina, el plan español de evacuación del territorio después de 92 años. Se organizó la salida de todo el personal civil y militar en 160 días, por mar y aire y con medios precarios. Se trasladaron unas 40.000 personas, 40.000 toneladas de material y un parque de 3.000 vehículos. Hasta los cadáveres de los españoles allí fallecidos fueron retornados.

Bourgon extiende en su casa la bandera sobre una mesa. «Está incompleta», dice. «Le falta el último tercio. Los oficiales del Estado Mayor se la ofrecieron a mi padre en recuerdo del histórico acontecimiento. Él aceptó, pero a condición de que se cortara una parte y se dividiera en trozos, para que cada uno de sus oficiales se llevara una parte».

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«La relación con los saharauis era buena y cercana, éramos amigos», cuenta el periodista santanderino, que vivió con sus padres los cuatro últimos años en ese territorio.

Bourgon López-Dóriga acabó su carrera militar como general de división y su último destino también estuvo en el continente africano como comandante general de Melilla. Años antes, en 1977, Adolfo Suárez y su vicepresidente primero del Gobierno, el general Gutiérrez Mellado, le encomendaron el reto de crear y dirigir los primeros servicios de inteligencia de la democracia: el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), hoy denominado CNI.

El germen del Polisario

En los últimos coletazos de la década de los 60, la juventud saharaui idealizó las promesas marxistas que propugnaban el fin del colonialismo occidental y puso en marcha el Movimiento Nacional de Liberación Saharaui para la lucha armada contra España. Fue el germen del llamado Frente Polisario, considerado entonces una organización terrorista que ayudó a precipitar los acontecimientos hasta que en 1975 el Gobierno de Arias Navarro comunicara a la ONU su intención de celebrar un referéndum de autodeterminación para el territorio.

MEMORIA DEL SÁHARA

1884. Establecimiento: España reclama el territorio sobre la base de unas factorías comerciales y pesqueras establecidas en varios puntos de la costa. 

1900. Ocupación: Se negocia un acuerdo con Francia para establecer los límites del territorio. La ocupación efectiva fue progresiva. Hasta 1928 no se fundó El Aaiún.

1958. Oficialidad: El Sahara occidental se convierte oficialmente en provincia para afianzar la españolidad del territorio. A los nativos se les entrega DNI, pero de color rojo.

1969. Enfrentamientos: Se organiza el Movimiento Nacional de Liberación Saharaui, en contra de la presencia española y también alerta frente a la anexión marroquí.

1973. Recrudecimiento político: Se crea el Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro (Frente Polisario), que practica la lucha armada y el terrorismo.

1974. Gesto español: Nace el Partido de Unión Nacional Saharaui (PUNS), de carácter pro español, que avanza una independencia de la colonia en África.

1975. El gran paso: España comunica a la ONU su intención de celebrar un referéndum de autodeterminación para la colonia. Aquí comienza la crisis final.

1975. Confrontación: El 6 de noviembre el rey Hassan II de Marruecos organiza la Marcha Verde para forzar la anexión del territorio ante la debilidad española.

1975. Acuerdo político: El 14 de noviembre se firma el Acuerdo Tripartito de Madrid, que establece una gestión compartida de Mauritania, España y Marruecos. 

1976. Salida española: El 26 de febrero España abandona definitivamente el suelo saharaui con la masiva operación de desalojo denominada Golondrina. 

Incluso se llegó a censar a la población nativa, entonces cifrada en 60.000 personas. Pero la decisión del monarca alauita Hassan II de enviar la denominada Marcha Verde para forzar la anexión del territorio derivó el 14 de noviembre en la firma del acuerdo Tripartito de Madrid, que reconoció la administración compartida entre España, Mauritania y Marruecos, país que al final terminó por constituirse como única potencia ocupante. 

La mirada internacional puso el foco en la Operación Golondrina, en medio de las tensiones de los dos grandes bloques ideológicos, a vergüenza nacional que suponía el repliegue de tropas ante el avance del ejército marroquí y la agonía de Franco. Aquel 26 de febrero de 1976 finalizaron los 160 días de evacuación. «La mejor prueba de que todo fue un éxito es que nunca jamás se volvió a hablar de ella», defiende Bourgon. Ahora, cumplidos 40 años de aquel hecho, se reaviva el debate sobre la responsabilidad española. La herida permanece abierta en el Sahara, pero no todo el mundo culpa a España. «Si los saharauis hubieran sido pacientes, hubieran conseguido finalmente su independencia, pero forzaron la situación y provocaron el peor desenlace para sus legítimos intereses».

Hacía tiempo que España había considerado la independencia del Sahara con una fase previa de autonomía tutelada. De hecho, se llegó a redactar un borrador de estatuto. En 1974 una operación política del Gobierno de Madrid creó el Partido de Unión Nacional Saharaui (PUNS), una paradoja en una España en la que los partidos políticos estaban prohibidos. El 26 de febrero de 1976 un lacónico comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores anunciaba: «El Gobierno ha puesto término definitivamente a la presencia de España en el Sahara Occidental». Así terminó todo, después de 92 años.


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