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A Podemos no le dejan de crecer los enanos. En este caso, entendemos por enanos los problemas en relación con su gestión. Sobre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pesa una denuncia en la que se la acusa a ella y a miembros de la formación morada de conceder presuntamente una serie de subvenciones a organizaciones afines. Vamos, lo que de toda la vida se conoce como (supuestamente) dar dinero público a amiguitos. El problema es que el denunciante, Abogados Catalanes por la Constitución, ha pedido imputar a tres cargos más, entre ellos dos de Podemos, por la concesión de ayudas ilegales. Se trata del diputado Jaume Asens, el también parlamentario Gerardo Pisarello y el concejal Eloi Badía (este último no pertenece a la formación morada). El miedo se respira en Podemos y en el gabinete de Colau dado que los presuntos delitos que pesan sobre ellos son muchos.
Que esto se anuncie en campaña no ha hecho suficiente mella en el partido. Desde la formación morada quieren enterrar que sobre dos de sus dirigentes en Cataluña (no son cualquiera, pues Pisarello fue teniente alcalde y Asens tercer teniente alcalde de Barcelona) pesa una denuncia por dar presuntamente dinero público a asociaciones amigas. Pero no parece que lo vayan a contener por mucho tiempo. Si cae Colau, caerán también los diputados de Podemos con una batería de delitos (prevaricación, fraude, malversación y tráfico de influencias, además de pertenencia a organización criminal) tan grande que puede que la formación morada entre con honores en el salón de la Champions League de los partidos sobre los que pesan duras imputaciones en referencia a su gestión pública.
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