jueves, 18 de marzo de 2021

La trayectoria criminal del comunismo español al que reivindica Pablo Iglesias

 

Crímenes de guerra, bandidaje, terrorismo y apoyo a regímenes dictatoriales

La trayectoria criminal del comunismo español al que reivindica Pablo Iglesias

Una de las vergüenzas de la política española es los intentos de legitimar a un movimiento totalitario que ha matado a millones de personas.

Los nombres de los 50 niños asesinados por los comunistas en la masacre de Paracuellos
El partido de dos ministros españoles llama a seguir el «ejemplo» de un dictador y genocida

Comunismo y democracia son conceptos opuestos

A ningún político español en su sano juicio se le ocurriría elogiar a Hitler y al nacional-socialismo. Cualquier elogio hacia esa banda de criminales merecería, con toda razón, el más amplio de los repudios. Sin embargo, España es el único país de Europa que tiene a comunistas metidos en su Gobierno, y además el todavía vicepresidente Pablo Iglesias defendió ayer a esos totalitarios en el Congreso de los Diputados, afirmando“en España los comunistas se jugaron la vida y se jugaron la libertad por traer la democracia a este país”. La mentira es tan colosal, tan burda y tan cínica que se merece una buena réplica.

Para empezar, ser comunista y creer en la democracia son conceptos radicalmente opuestos. La democracia es todo lo contrario a lo que hubo y hay en los países en los que fue instaurado el comunismo, un movimiento que siempre se ha materializado en forma de dictaduras de partido único que violan sistemáticamente los derechos humanos más básicos. Incluso un país que era una democracia, como Venezuela, ha dejado de serlo tras el ascenso de los comunistas al poder, en ese caso disfrazados de socialismo bolivariano.

La actividad criminal del PCE durante la Guerra Civil Española

La primera organización comunista que surgió en España fue el Partido Comunista de España (PCE), fundado el 14 de noviembre de 1921. Este partido fue marginal y extraparlamentario hasta las elecciones generales de 1933, cuando obtuvo su primer -y en ese momento único- diputado en las Cortes republicanas. En las elecciones de febrero de 1936, yendo en la coalición del Frente Popular junto al PSOE, el PCE obtuvo 17 de los 473 escaños de las Cortes.

A pesar de su escaso peso, gracias al apoyo de la URSS de Stalin el PCE se convirtió en un partido con un peso político enorme en el bando republicano durante la Guerra Civil Española, viéndose implicado en crímenes de guerra como la masacre de Paracuellos de Jarama, en la que fueron asesinados unos 5.000 hombres y mujeres y también 50 niños. En la retaguardia republicana, los comunistas protagonizaron gran parte de la represión contra derechistas y católicos, y también contra los comunistas disidentes del POUM, cuyo dirigente Andreu Nin murió asesinado en 1937 tras ser desollado por agentes de Stalin (una sádica práctica muy habitual en la Cheka leninista, por cierto).

El apoyo del PCE a la invasión de Polonia y el Maquis

Una vez terminada la Guerra Civil Española, en 1940 el PCE justificó la invasión nazisoviética de Polonia, siguiendo obedientemente las consignas dictadas por Stalin desde Moscú. Precisamente, siguiendo indicaciones del dictador soviético, el PCE fue el principal promotor en 1945 del llamado Maquisuna guerrilla comunista que se dedicó al bandidaje y al terrorismo en España, y en la que algunos de sus propios miembros fueron asesinados por orden de dirigentes del PCE como Santiago Carrillo -principal responsable de la antes mencionada masacre de Paracuellos- y Dolores Ibárruri.

El terrorismo comunista en España

El comunismo es la ideología que ha inspirado a más grupos terroristas en España en las últimas décadas. Durante la segunda mitad del franquismo y ya en los años de la democracia, surgieron una serie de organizaciones terroristas que incluían el comunismo en sus tesis ideológicas:

  • ETA (1959), que conjuga el marxismo con el separatismo vasco.
  • Fronte Armada (1970), vinculada al partido comunista maoísta Unión de Povo Galego (UPG), hoy parte del BNG.
  • Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP, 1973), brazo terrorista del grupo maoísta el Partido Comunista de España marxista-leninista (PCE m-l).
  • GRAPO (1975), brazo terrorista del Partido Comunista de España (reconstituido).
  • Liga Armada Galega (1978), una escisión gallega de los GRAPO.
  • Resistència Catalana d’Alliberament Nacional (1979), creada por miembros catalanes del FRAP y de los GRAPO.
  • Loita Armada Revolucionaria (1983), brazo terrorista de la organización comunista Partido Galego do Proletariado.
  • Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive (EGPGC, 1986), vinculado al Partido Comunista de Liberación Nacional (PCLN).
  • Tierra Lleunesa (1986), que conjugaba el marxismo-leninismo con el nacionalismo leonés.
  • Resistência Galega (1995), que conjugaba el comunismo con el independentismo gallego.

Un movimiento totalitario que sigue teniendo a dictadores como referentes

A día de hoy, las organizaciones comunistas existentes en España siguen prestando apoyo a regímenes criminales como los de Cuba, Venezuela e incluso Corea del Norte. Lejos de condenar los crímenes perpetrados por las dictaduras comunistas, en abril del año pasado el PCE animaba a seguir el “ejemplo” del dictador y genocida Leninun asesino de masas cuyo régimen mató a más de un millón de personas por motivos políticos en poco más de seis años. En septiembre de 2017, el hoy ministro Alberto Garzón se fotografiaba junto a un retrato de ese tirano en un mitin del PCE:

El comunismo nunca ha creído en la democracia, y prueba de ello es que los referentes de los comunistas españoles siguen siendo dictadores como Lenin y Fidel Castro y asesinos como el Che Guevara, e incluso personajes aún más siniestros. A modo de ejemplo, el pasado mes de diciembre, las juventudes del PCE se manifestaron en Madrid junto con nostálgicos de Stalin, cuyo retrato apareció en esa marcha. Ésos son los comunistas que reivindica Pablo Iglesias, unos totalitarios que nunca han creído en la democracia y que no tienen otro propósito que convertir a España en una réplica de Cuba o Venezuela.

Foto: Ariel López.

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