Doce motivos por los que España no tiene una democracia normal, entre ellos los de la foto
Sin que sirva de precedente, por una vez tengo que darle la razón a Pablo Iglesias: lo que pasa en España no es algo propio de una democracia normal.
Anteayer el vicepresidente comunista del Gobierno afirmó: “No hay una situación de plena normalidad política y democrática en España”. Hasta aquí tiene razón. El problema es que él atribuye esa anormalidad a que “los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y el otro en Bruselas”, en referencia a dos de los protagonistas del golpe separatista del 1 de octubre de 2017.
Llegado a este punto, no está de más exponer algunos ejemplos por los que España no es una democracia normal:
- En una democracia normal, un vicepresidente del Gobierno no saldría a defender públicamente a unos golpistas, como lo hizo Pablo Iglesias ayer y como ya lo había hecho en otras ocasiones. En cualquier otro país, algo así implicaría el cese inmediato de ese vicepresidente. Pero en España tenemos al frente del Gobierno a un tipo llamado Pedro Sánchez que traga con todas las barbaridades de Podemos.
- En una democracia normal, el Gobierno no pactaría con un partido que se niega a condenar el terrorismo, como es el caso de Bildu. Ningún británico, francés o alemán aceptaría que su Gobierno pactase con un partido que no condena los crímenes de Al-Qaeda o del ISIS. Pero en España el PSOE y Podemos no tienen inconvenientes en pactar con Bildu.
- En una democracia normal no habría ministros que defienden una ideología como el comunismo, un movimiento totalitario que ha matado a más de 100 millones de personas y que ha sembrado el mundo de dictaduras. En España tenemos ministros comunistas porque el PSOE decidió meterlos en el Gobierno.
- En una democracia normal no aceptarían como gobernante a alguien que tiene escandalosos vínculos con dictaduras como Irán y Venezuela, pero en España tenemos de vicepresidente a Pablo Iglesias, que en 2013 reconoció que se dejó utilizar por Irán para desestabilizar España y cuyo partido se ha negado a condenar las atrocidades de la dictadura chavista venezolana.
- En una democracia normal el Gobierno no se dedica a atacar la independencia judicial, que es lo que han hecho el PSOE y Podemos en España, en su afán por someter a su control a todas las instituciones del Estado, pasando por encima de la Constitución Española.
- En una democracia normal el Gobierno condenaría las agresiones contra sus rivales políticos, agresiones como las que vienen sufriendo Vox -el tercer partido más votado de España- en la campaña de las elecciones catalanas. Unas agresiones que ningún miembro del Gobierno ha querido condenar.
- En una democracia normal el Gobierno no se apresuraría a cambiar la ley para favorecer a un totalitario y delincuente reincidente que hubiese sido condenado por apología del terrorismo, dos agresiones y un allanamiento, que es lo que ha hecho el Gobierno de Sánchez con el matón comunista Pablo Hasel.
- En una democracia normal el Gobierno no se saltaría la Constitución para imponer un toque de queda en todo el país, violando el derecho constitucional a la libre circulación, como hizo el ejecutivo de Sánchez el pasado mes de octubre.
- En una democracia normal el Gobierno no aprovecharía una emergencia sanitaria para atacar la libertad de educación, que es lo que hizo el ejecutivo de Sánchez en plena pandemia con la Ley Celaá, violando la Constitución y saltándose una sentencia del Tribunal Constitucional.
- En una democracia normal no se prohibiría a los padres escolarizar a sus hijos en el idioma nacional y se respetaría el derecho a la libre elección de idioma como ocurre en el resto de Europa, pero en España está prohibido escolarizar a los niños en el idioma nacional -el español- en una parte del país, Cataluña, y para colmo se hace eso con la bendición del PSOE y de Podemos, actualmente en el Gobierno.
- En una democracia normal el Gobierno no suspendería ilegalmente el control parlamentario, saltándose la Constitución, pero eso es lo que hizo el ejecutivo de Sánchez en marzo del año pasado, utilizando la pandemia como excusa.
- En una democracia normal, un Gobierno no mentiría sobre cuestiones sanitarias, y si alguno de sus miembros lo hiciese ya habría dimitido o habría sido cesado. Sin embargo, en España tenemos unos de los gobiernos que peor lo han hecho en esta pandemia, con un resultado de muchas decenas de miles de muertes, un Gobieno que engañó a los españoles al apelar a un “comité de expertos” que no existía, que mintió sobre el IVA de las mascarillas y sobre la necesidad de éstas simplemente porque no había. Y a pesar de todo ello, aquí no ha dimitido ni ha sido cesado si tan siquiera un secretario de Estado.
Es el colmo del cinismo que sea precisamente Pablo Iglesias quien afirma que no tenemos una democracia normal, cuando precisamente él y su Gobierno son los causantes en una gran medida de que no la tengamos y de que estemos descendiendo puestos en calidad democrática. Si Pablo Iglesias quiere hacer un favor a la democracia, que dimita y exija a Pedro Sánchez que convoque elecciones, para que así los españoles tengamos la oportunidad de dar contestación en las urnas a esa ola de ataques a la democracia que viene cometiendo el ejecutivo socialista-comunista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario