lunes, 14 de diciembre de 2020

El satélite Sánchez

 

Sánchez es un satélite de Iglesias, que es quien parte el bacalao


Antonio Burgos


Con lo que estamos perdiendo, que veremos a ver qué nietos nuestros

pagan todo esto, ¿qué importancia tienen 200 millones de euros? Y es

lo que ha costado un satélite español para, entre otras misiones,

fotografiar especialmente el cambio climático. El satélite fue lanzado

desde la Guayana Francesa pero ocurrió una avería en el cohete que

había de ponerlo en órbita y... ¡adiós, Pampa mía, adiós nuestros 200

millones!». Seguramente era cosa del ministro astronauta. ¿Para qué

nos sirve un ministro astronauta si no nos dedicamos al lanzamiento

de satélites absurdos para perder el dinero que tanta falta nos hace en

la deuda publica o para rescatar la hostelería?

Tengo la clave de por qué apenas se ha comentado la

 pérdida de este satélite español. Porque tenemos otro satélite mucho

más importante y está en La Moncloa: el satélite Sanchéz. Es un

satélite que gira sobre su propia órbita, naturalmente. Sánchez, que

inicialmente se había convertido en socio de coalición de gobierno de

Iglesias, al poco tiempo de constituirse el bloque antinacional y

anticonstitucional de la investidura se ha vuelto un satélite de

Podemos. Sánchez es un satélite de Iglesias, que es quien parte el

bacalao. Nos creímos que sus socios de coalición eran los satélites que

giraban en torno a su órbita del Gobierno, pero, a la vista está, es justo

al revés. Aquí se hace lo que quiere Podemos. A Pablo Iglesias no le

falla el cohete para lanzar sus propuestas, ideas y exigencias, que

todas acaban fotografiando el cambio climático que se ha operado en

una nación donde Sánchez, aunque dice que hay que cumplir la

Constitución artículo por artículo, lo que de verdad aplica es lo que el

vicepresidente de moña y sus ministros quieren.

Pero esperen, que hay más en esta clase de astronomía recreativa de la

política. Por si fuera poco que el presidente fuera un satélite de su

vicepresidente, con tal de mantenerse en el poder se ha convertido en

satélite teledirigido de los independentistas catalanes y de los

independentistas vascongados, según dejó bien claro Rufián en la

tribuna de oradores del Congreso. Sánchez es un satélite de los que

van a por todas, de los que nos ponen en la frontera con Venezuela y

con Cuba, de los que dicen que van a Madrid a acabar con el régimen

de libertades de la Constitución de 1978, de los que día a día, gesto a

gesto, socavan la suprema estabilidad que nos aseguran la Monarquía

Parlamentaria y la confianza que muchos españoles tenemos en Su

Majestad el Rey Don Felipe VI, por más que a cada momento estén

buscando las cosquillas de Don Juan Carlos, a quien lo único que le

falta es que saquen que conduce coches de alta gama con el carné con

todos los puntos agotados.

Planeta Separatismo, Planeta Herederos de la ETA, Planeta

antiespañol de Podemos. En esas tres órbitas, a las que se debe, se

mueve a sus anchas el satélite Sánchez. Eso, como Pedro por su casa.

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