La mayoría de los días el vicepresidente y su mujer la ministra carecen de agenda
La pareja Iglesias-Montero es la única de Occidente que comparte
asiento en un consejo de ministros. La muy feminista Irene Montero
entró en Podemos como jefa de gabinete del líder. Con el trato florece
el amor y a partir de ahí el también muy feminista Iglesias la
promociona a la manera machista más clásica, trasladando a su
anterior pareja, Tania Sánchez, a un escaño en el gallinero del
Congreso una vez perdido el favor romántico y apartando a Errejón
para promocionar a su nuevo amor, Irene. La extrema debilidad de
Sánchez tras las elecciones, donde Mi Persona fabulaba con una
mayoría absoluta, lo deja en brazos de Podemos. Así que aunque le
provocaban «insomnio», los mete en el Gobierno en
menos de 24 horas. Champán en el resort de Galapagar: pomposa
tarjeta de vicepresidente primero y ministro de Asuntos Sociales y
Agenda 2030 para don Pablo, con sueldo de 80.000 euros anuales,
que a su vez coloca como ministra de Igualdad a su mujer, con salario
de 74.800 euros. Toda la familia vive del Gobierno. Una bicoca, pues
como vamos a demostrar, no trabajan, más allá de las intrigas contra
el orden constitucional, los bolos televisivos y algunas puñetitas al
PSOE para conservar su vitola de izquierda fetén.
Los ministerios de Pablo e Irene son una creación artificial,
secretarías de Estado infladas de manera innecesaria para que
Sánchez les pagase su apoyo. El resultado es que carecen de contenido
real, a pesar de los aspavientos mediáticos de sus titulares. Como
resulta que -por ahora- vivimos en una democracia, cada día el
Gobierno publica la agenda de sus integrantes. Al repasarla, la
conclusión es evidente: Iglesias y Montero no dan palo al agua. Ni se
molestan en disimular:
Lunes 9 de noviembre: nada, nuestro gallardo vicepresidente primero
y nuestra heroica ministra de Igualad no tienen ni un acto de agenda.
Martes 10 de noviembre: nada. Miércoles 11 de noviembre: hoy sí
hacen algo, acudir al debate de Presupuestos, porque están obligados
por razón de cargo. Pero llega el jueves 12: nada. Y el viernes 13: nada.
Sábado y domingo, por supuesto, nada de nada. El lunes 16: nada. Es
decir, en ocho días no han tenido más agenda que acudir al Congreso a
un debate. Martes 17: ¡albricias!, el vicepresidente primero hoy curra,
tiene una reunión telemática con el presidente del Europarlamento, y
ella acude al Senado. El miércoles 18, Pablo tiene sesión de control al
Gobierno; Irene, nada. Jueves 19: Irene, nada; Pablo ha de acudir al
Congreso a defender un decreto, se nos va a herniar con tanto
esfuerzo... Pero por fortuna el viernes 20 Pablo ya no tiene nada; Irene
sí, una videoconferencia europea, lo primero y último que hace en
toda la semana. Sábado y domingo asueto total. Ayer, Pablo, nada;
pero Irene sí tiene un importante acto en su agenda oficial como
ministra de España: una entrevista en La Sextita (antaño TVE) en el
programa de Cintora, amiguete del líder y leal aliado mediático.
Ministros que no hacen nada. Más allá
Luis Ventoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario