martes, 24 de noviembre de 2020

Pablo e Irene, ni palo al agua


La mayoría de los días el vicepresidente y su mujer la ministra carecen de agenda


 La pareja Iglesias-Montero es la única de Occidente que comparte

asiento en un consejo de ministros. La muy feminista Irene Montero

entró en Podemos como jefa de gabinete del líder. Con el trato florece

el amor y a partir de ahí el también muy feminista Iglesias la

promociona a la manera machista más clásica, trasladando a su

anterior pareja, Tania Sánchez, a un escaño en el gallinero del

Congreso una vez perdido el favor romántico y apartando a Errejón

para promocionar a su nuevo amor, Irene. La extrema debilidad de

Sánchez tras las elecciones, donde Mi Persona fabulaba con una

mayoría absoluta, lo deja en brazos de Podemos. Así que aunque le

provocaban «insomnio», los mete en el Gobierno en

 menos de 24 horas. Champán en el resort de Galapagar: pomposa

tarjeta de vicepresidente primero y ministro de Asuntos Sociales y

Agenda 2030 para don Pablo, con sueldo de 80.000 euros anuales,

que a su vez coloca como ministra de Igualdad a su mujer, con salario

de 74.800 euros. Toda la familia vive del Gobierno. Una bicoca, pues

como vamos a demostrar, no trabajan, más allá de las intrigas contra

el orden constitucional, los bolos televisivos y algunas puñetitas al

PSOE para conservar su vitola de izquierda fetén.

Los ministerios de Pablo e Irene son una creación artificial,

secretarías de Estado infladas de manera innecesaria para que

Sánchez les pagase su apoyo. El resultado es que carecen de contenido

real, a pesar de los aspavientos mediáticos de sus titulares. Como

resulta que -por ahora- vivimos en una democracia, cada día el

Gobierno publica la agenda de sus integrantes. Al repasarla, la

conclusión es evidente: Iglesias y Montero no dan palo al agua. Ni se

molestan en disimular:

Lunes 9 de noviembre: nada, nuestro gallardo vicepresidente primero

y nuestra heroica ministra de Igualad no tienen ni un acto de agenda.

Martes 10 de noviembre: nada. Miércoles 11 de noviembre: hoy sí

hacen algo, acudir al debate de Presupuestos, porque están obligados


por razón de cargo. Pero llega el jueves 12: nada. Y el viernes 13: nada.

Sábado y domingo, por supuesto, nada de nada. El lunes 16: nada. Es

decir, en ocho días no han tenido más agenda que acudir al Congreso a

un debate. Martes 17: ¡albricias!, el vicepresidente primero hoy curra,

tiene una reunión telemática con el presidente del Europarlamento, y

ella acude al Senado. El miércoles 18, Pablo tiene sesión de control al

Gobierno; Irene, nada. Jueves 19: Irene, nada; Pablo ha de acudir al

Congreso a defender un decreto, se nos va a herniar con tanto

esfuerzo... Pero por fortuna el viernes 20 Pablo ya no tiene nada; Irene

sí, una videoconferencia europea, lo primero y último que hace en

toda la semana. Sábado y domingo asueto total. Ayer, Pablo, nada;

pero Irene sí tiene un importante acto en su agenda oficial como

ministra de España: una entrevista en La Sextita (antaño TVE) en el

programa de Cintora, amiguete del líder y leal aliado mediático.

Ministros que no hacen nada. Más allá

Luis Ventoso.

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