Opinión
Por Eduardo García Serrano
Socialistas y comunistas ignoran lo que es el Honor. De esa mutilación moral, de esa minusvalía espiritual, de esa tara que bestializa a la izquierda nacen todos los horrores con los que han martirizado a la Humanidad desde que aparecieron en el escenario de la Historia para llenarla de dolor y de sangre, de terror y de cadenas, de miseria y de mierda. Esa es la única dote de socialistas y comunistas y su única herencia. Siempre, aunque los pueblos lobotomizados por su forraje propagandístico no escarmienten.
No saben lo que es el Honor, por eso hacen de la mentira la esencia de su dialéctica y la médula de su retórica. No saben lo que es el Honor, por eso convierten el crimen en una herramienta política consagrándolo como un imperativo social. Lenin, su dios pagano, les dio una regla y una bandera tan simples como escalofriantes: “Contra los cuerpos, la tortura. Contra las almas, la mentira”.
No saben lo que es el Honor, por eso detestan a la Guardia Civil, aunque por necesidades logísticas e imponderables tácticos se vean obligados a soportarla, siempre con recelo, intentando prostituirla para convertirla en su modelo policial de referencia: la KGB o la Estasi, cuerpos policiales nacidos contra los pueblos y contra las naciones a las que los socialistas y los comunistas destruyeron para edificar los campos de concentración, las chekas y las mazmorras de la Dictadura del Proletariado. La KGB y la Estasi nacen para proteger a los asesinos de la justa rebelión de los pueblos por ellos torturados. Por el contrario, la Guardia Civil nace para proteger al pueblo del cirmen y del bandolerismo. Y cuando la investigación de la Guardia Civil sobre el bandolerismo que le dio carnaza al Coronavirus el 8 de marzo llega a los arrabales del Gobierno y de la Moncloa, el chuequista de Interior, Fernando Pigmeo-Marlaska, aborta la investigación y destituye al coronel de la Guardia Civil que la dirigía con pericia, eficacia, diligencia y Honor.
“¡Pero qué se habrá creído el coronel Pérez de los Cobos! ¡Que se olvide de que su divisa es el Honor! ¡Destituído! Su divisa no es más que el interés y la voluntad del Gobierno. Y si no le gusta, que le den por dónde a mí me gusta.” Firmado: Fernando Pigmeo-Marlaska, chuequista de Interior.
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