domingo, 17 de mayo de 2020

Anguita y su última revolución

Anguita y su última revolución: Córdoba despide al histórico dirigente de la izquierda.

Miles de personas dan su último adiós al ex coordinador de IU, que falleció el pasado sábado tras no superar una parada cardíaca
Despedida a las puertas del Ayuntamiento de Córdoba del féretro con Julio Anguita, camino del cementerio de la Fuensanta. MADERO CUBERO 
Apenas había salido del Ayuntamiento de Córdoba el féretro con los restos mortales de Julio Anguita cuando la lluvia hizo acto de presencia. Las gotas empezaron a bañar la bandera comunista que desde el pasado sábado ha acompañado a Anguita en sus últimas horas en el Consistorio que él mismo inauguró en 1985. El ex alcalde de Córdoba murió el pasado sábado en el Hospital Reina Sofía de la capital tras no superar una parada cardíaca hace una semana. Amigos del partido, compañeros, vecinos y un sector muy amplio de la población se dieron cita esta tarde para darle su último adiós.
En la que ha sido su última pequeña revolución, Anguita ha sido despedido entre banderas del PCE y de la República, con el puño en alto y con el canto a la Internacional. Anguita rechazó siempre una República de símbolos, sino que concibió el movimiento republicano como un proyecto en el que había que repensarlo todo. La República no podía concebirse como una caza al rey. Y en ello trabajó hasta que su corazón se paró.

Portado por trabajadores de la empresa pública de Cementerios de Córdoba, el silencio que desde las 16:00 inundó la calle Capitulares se rompió con los primeros acordes del Adagio de Albinoni, interpretado por la concertino Isel Rodríguez, de la Orquesta de la ciudad. Vítores, puños en alto y gritos de "Julio, Julio" acompañaron al ex coordinador de IU durante todo su trayecto desde las puertas del Ayuntamiento hasta la conocida como la Cruz del Rastro, durante algo más de 30 minutos, cuando la comitiva fúnebre aceleró para llegar a tiempo al entierro.
Una vez en el coche fúnebre, algunos fueron los afortunados que se acercaron para dejarle un flor, frotar la bandera republicana con el féretro o, tan sólo, apoyar su mano como símbolo de cariño y respeto. La emoción acabó rompiendo a muchos de los allí presentes, que despedían al "único político con vergüenza que habrá nunca en este país", gritaban. "No vendrá ninguno a superarte" aseguraba entre lágrimas una vecina de Anguita. Hace poco que ha sido operada de un pulmón. Sabe que forma parte de los colectivos de riesgo de la presente crisis sanitaria, pero ha querido dar su último adiós al malagueño.

El centro convertido en su casa

En la despedida tampoco quisieron faltar voluntarias del centro social Rey Heredia, colegio que fue ocupado en 2014 con el objetivo de darle un uso social y de apoyo a los vecinos de un barrio muy humilde de Córdoba, el Sector Sur. Anguita siempre respaldó el uso social del centro y formó parte de una campaña de apoyo a los imputados por aquella ocupación. El Rey Heredia también se convirtió en su casa y en el lugar preferido para sus encuentros con los medios de comunicación.
Los aplausos al coche fúnebre continuaron durante casi todo el recorrido hasta llegar al cementerio de La Fuensanta, alejado del centro neurálgico de la ciudad. En el camposanto, donde también residen los restos de su hijo Julio Anguita Parrado, Anguita ha sido enterrado en la más estricta intimidad. Con él se va una parte de la historia democrática de España y el último referente por antonomasia de la izquierda.


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