Sociedades científicas, médicas, universidades y centros de investigación han evidenciado que las decisiones del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez sobre el coronavirus no fueron las adecuadas. Los expertos consideran que al principio de la pandemia hubo «tensión» y «falta de sintonía» entre el Gobierno, médicos y científicos que «puede haber perjudicado la idoneidad de las medidas adoptadas, al no estar suficientemente sustentadas en las evidencias disponibles».
En un comunicado hecho público este lunes, la Confederación de Sociedades Científicas (Cosce), la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme), la CRUE Universidades Españolas y la Alianza de Centros Severo Ochoa y Unidades de Maeztu (SOMMa) han evidenciado que las decisiones del Ejecutivo al principio de la crisis sanitaria no fueron las más adecuadas. Todo ello pese a que Pedro Sánchez siempre ha manifestado públicamente que cada una de las acciones llevadas a cabo por su Gobierno tenía el visto bueno de un amplio panel de expertos nacionales e internacionales.
Los expertos firmantes del documentos recalcan el papel relevante de la ciencia en esta crisis y la falta de sintonía en ocasiones entre científicos y autoridades políticas. «La pandemia de coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, ha puesto de manifiesto, como muy pocas veces antes, el papel relevante de la ciencia, junto con el sistema de salud, en la obtención e interpretación de datos y en proponer estrategias para la resolución de la crisis».
En la gestión de la crisis generada por la epidemia se ha percibido en diversas ocasiones, especialmente al inicio de la propagación, «cierta tensión» entre la información aportada e interpretada por los científicos y las decisiones políticas tomadas a continuación por Pedro Sánchez.
«Esta falta de sintonía puede haber perjudicado la idoneidad de las medidas adoptadas, al no estar suficientemente sustentadas en las evidencias disponibles».
Los «obstáculos detectados» en el flujo de información entre científicos y autoridades han puesto de manifiesto «la dificultad que conlleva tener que proporcionar evidencia científica a quien la requiere y en el momento preciso, cuando las redes y mecanismos de asesoramiento o bien no existían, o no se habían desarrollado debidamente».
Además del asesoramiento y la información, la ciencia tiene ahora otros cometidos esenciales, recuerdan los firmantes: la obtención de métodos de diagnóstico más rápidos, fiables y económicos, el desarrollo de vacunas, o la generación y validación de nuevas terapias.
«Sin renunciar a un próximo análisis más sosegado y en profundidad, las entidades firmantes consideramos imprescindible garantizar los recursos e instrumentos suficientes para que la ciencia pueda desempeñar con la solvencia necesaria los cometidos citados en la resolución de la epidemia actual».
Ello -añaden- «permitirá afrontar las posibles crisis futuras con los mínimos daños al tejido social y económico del país».
Para los firmantes, los recursos deben concretarse en un aumento regular y sostenido de la financiación para la ciencia; en tomar las medidas necesarias para incrementar el número de especialistas en las disciplinas que se requerirán para afrontar crisis sanitarias de gran envergadura; y en dar la máxima atención al sistema de salud.
Este deberá recibir prioritariamente fondos y adquirir la dimensión necesaria para resolver la actual situación excepcional y cualquier crisis sanitaria venidera.
En cuanto a los instrumentos, «es inaplazable activar un sistema de información adecuado y dimensionado a las nuevas expectativas de flexibilidad e inmediatez que demanda la información científica».
Asimismo, desplegar una red de asesoramiento científico a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, transparente e independiente, que debería estar cubriendo la totalidad de los niveles de la administración.
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