En una entrevista concedida en 2013, el vicepresidente segundo del Gobierno acusó a estos medios de «robar la democracia». Después, en otra, dijo que «el periodismo debe ser un arma»
https://www.abc.es/espana/abci-iglesias-abogo-television-chavista-acabar-medios-comunicacion-privados-202004161704_video.html
Primero fueron las preguntas en diferido que el Gobierno atendía en las ruedas de prensa en Moncloa desde que la pandemia cambio las rutinas de todos los españoles. Después, la pregunta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que planteaba a los ciudadanos si aceptarían el control de la información y, por último, la modificación que permite anular el funcionamiento habitual del Portal de Transparencia.
Este control informativo que el Gobierno quiere ejercer, que en algunos ámbitos comienza a hacerse latente, no es algo nuevo. Si ya el acuerdo que rubricaron PSOE y Unidas Podemos se hacía referencia a mecanismos para hacer frente a las informaciones falsas y los bulos, siempre bajo un «respeto escrupuloso a la libertad de expresión e información» añaden, no es la única referencia que a los largos de estos años se ha dirigido a los medios de comunicación, a quienes han señalado, y acusado, de querer acabar con el partido en numerosas ocasiones.
La obsesión de Pablo Iglesias con los medios de comunicación no es nueva, y ya en el pasado se ha manifestado contra los aquellos que son privados, los mismos en los que despuntó y comenzó a forjarse en la vida pública.
En 2013, cuando el líder de la formación morada todavía era profesor y no había dado el salto a la esfera política, pero sí a la mediática, concedió una entrevista en la televisión chavista en la que abogaba abiertamente por acabar con los medios de comunicación privados. «Es antidemocrático que en España los grandes medios de comunicación sean de propiedad privada de multimillonarios», espetó. «Nos están robando la democracia», apostilló.
«Hay quien tiene cañones, quien tiene misiles y quien tiene presentadores de TV», señalaba Iglesias para denunciar que los medios de comunicación no informaban debidamente -bajo su punto de vista- sobre la situación en Venezuela.
No es la única crítica que lanzó: acusó a los medios de sesgar a los periodistas y tertulianos. «Es imposible escuchar a personas de izquierdas en los medios de comunicación españoles», apuntaba. Lo hizo en la misma época en la que sus aparaciones televisivas, más allá de su programa La Tuerka, se conviertieron habituales. Tertulias y programas de política, los mismos que nunca consideró democráticos, eran altavoz del que hoy es vicepresidente segundo del Gobierno.
Una televisión, condición para pactar con el PSOE
Iglesias en otra entrevista en otro medio llamado Galiza Ano Cero tildó al periodismo como «un arma que sirve para disparar». «Al periodismo se le puede rodear de todas las flores y honores que queramos, una profesión honrosa, clave para que exista democracia, los medios de comunicación son la garantía de la pluralidad y la libertad de expresión y todas las bellezas que queráis, son armas», señaló.
Pero fue más allá y aseveró que deseaba que un partido de izquierdas ganara las elecciones y le nombrase director de una televisión pública. «Eso es lo que más me gustaría», dijo. Es más, Iglesias insistió en que la única condición que pondría sobre la mesa para aceptar un acuerdo con Izquierda Unida y PSOE (a los que significó como «reformistas, traidores, protroika») es que entregasen a Podemos una televisión.
El líder de Podemos, que por aquel entonces era un habitual de las tertulias, volvió a insistir en la idea de censurar a los medios privados. «Si la información es un derecho, en la medida en que un derecho se convierte en ser susceptible de mercantilización, y en susceptible de ser una propiedad privada, se convierte en un privilegio. Por tanto lo que ataca la libertad de expresión es que la mayor parte de los medios sean privados. E, incluso, que existan los medios de comunicación privados ataca la libertad de expresión. Hay que decirlo abiertamente», sostuvo.
Un año después, en 2014, después de que Iglesias tuviera una presencia constante en esos medios «privilegiados», Podemos se convirtió en la gran sorpresa de las elecciones europeas, la primera convocatoria electoral a la que concurrió, con 5 eurodiputados y 1.253.837 de votos.
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