El caos es indescriptible en la gestión del Gobierno Vasco tras el derrumbe en el vertedero de Zaldíbar. El Ejército ofreció sus medios y su experiencia. La respuesta del PNV, un no.
Este viernes, el Comité de Crisis del Gobierno Vasco ha puesto en marcha un "gran plan" para intentar rescatar a los dos operarios que llevan ocho días sepultados por toneladas de escombros tóxicos en el vertedero de la localidad vizcaína de Zaldíbar.
El caos ha marcado la gestión de este tragedia. El lendakari ha aparecido en el lugar de los hechos seis días después, para reunirse con los familiares de los dos trabajadores desaparecidos, tras una actitud que ha sido criticada por todas las fuerzas políticas vascas salvo el PSE, socio del PNV en el Gobierno.
Las familias demandan desde hace días más medios, para una operación de rescate que ha sido paralizada en varias ocasiones por los riesgos de nuevos derrumbes y por la presencia de innumerable sustancias tóxicas en la zona, fundamentalmente amianto.
Pero lo más curioso e indignante para las familias de los afectados, es que este viernes se ha conocido que el gabinete del lendakari Íñigo Urkullu vetó la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias en el minuto uno del accidente.
Apenas 16 horas después del derrumbe, el jueves de la pasada semana, el delegado del Gobierno en el País Vasco, Jesús Loza, ofreció por teléfono la ayuda del Ejército.
La respuesta, según el diario El Correo, vino a ser esta: "no es un problema de medios humanos". Pero se da la circusntancia de que la UME cuenta con material, maquinaria y experiencia en este tipo de tareas. Fuentes militares han reconocido que ellos estaban preparados para el despliegue desde el primer momento. Pero Urkullu solventó la oferta con un no, gracias.
Ocho días después, dos hombres siguen sepultados por toneladas de escombros y la operación para su rescate sigue encallada.
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