Pablo Iglesias, vicepresidente de Derechos Sociales, presume en el currículum oficial, que aparece colgado en la página web de La Moncloa y en el Portal de Transparencia del Gobierno de España, de un reconocimiento que también recibieron los dictadores venezolanos Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Se trata del Premio Rodolfo Walsh, que otorga anualmente la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Pablo Iglesias lo recibió en 2018 «por su aporte invaluable en la construcción de una comunicación más plural, inclusiva y democrática», según informó el centro universitario.
En su discurso al recibir el galardón, el líder de Podemos destacó el «honor» de intervenir en la facultad «trinchera académica de algunos grandes», dijo, como «Néstor Kirchner y Cristina Fernández» y aprovechó para arremeter contra la Justicia española afirmando que «en España se encarcela a los dirigentes políticos catalanes, a tuiteros, raperos e incluso a titiriteros, y se multa y persigue a humoristas por hacer sátiras políticas mientras corruptos y corruptores siguen gozando de una escandalosa impunidad».
Controlar a los medios
Según recogió el propio centro, Iglesias -«el diputado ibérico», como se le mencionó- se mostró en su intervención «partidario de una regulación de los medios de comunicación desde el poder público con el fin de garantizar la libertad de prensa. Los medios de comunicación, por lo menos una parte, tienen que tener mecanismos de control público». El líder podemita arremetió contra la «concentración» de los medios «en manos de empresas millonarias».
El reconocimiento a Pablo Iglesias destacaba que «la irrupción de Podemos ha modificado la escena sociopolítica europea, hermanándola con las luchas colectivas de nuestra América Latina».
El Premio Rodolfo Walsh se ha otorgado a distintos dirigentes latinoamericanos, como Chávez, Evo Morales o Rafael Correa. El último en recibirlo fue el intelectual brasileño Emir Sader, asesor y amigo personal de Lula da Silva, condenado por corrupción por recibir un apartamento de playa como soborno a cambio de beneficios para la adjudicación de contratos con la petrolera Petrobras.
Chávez y Maduro
En 2015, la Universidad de La Plata reconoció con este premio al dictador venezolano Nicolás Maduro por su contribución a «la comunicación vinculada al bienestar de los pueblos, así como su rol en la democratización de las comunicaciones en Venezuela, mediante la creación de medios de comunicación comunitarios».
En la entrega, se destacó además a Maduro por «las políticas de inclusión educativa y alfabetización del Estado venezolano y la firme defensa contra los ataques golpistas de los grupos concentrados de medios de comunicación en el país y en la región latinoamericana y caribeña».
En 2011, el galardonado fue Hugo Chávez. La decana, Florencia Saintou, destacó que para la Facultad suponía un «orgullo» premiar a «un presidente como Chávez que es defensor de la comunicación popular y un luchador por los que no tienen voz en los monopolios informativos». También destacó que «Chávez encabeza un proceso de integración latinoamericana que será comprendido, con el tiempo, en su verdadera dimensión».
«Este reconocimiento no es para mí sino para el pueblo de Venezuela, el pueblo de Simón Bolívar, a los pueblos que luchan contra el colonialismo cultural y económico, contra la dominación. Contra la hegemonía imperialista, neoliberal y capitalista», celebró el dirigente venezolano.
Otros premios
En su visita a Argentina, el ahora vicepresidente recibió además el título ‘honoris causa’ de la Universidad Metropolitana de Buenos Aires y el premio «a la Excelencia» en las Ciencias Sociales del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, de los que también presume en su currículum.
De hecho, Iglesias, junto con Luis Planas (Agricultura) y José Luis Ábalos (Transportes) son los únicos miembros del Ejecutivo que incluyen reconocimientos de este tipo en su ‘ficha’ oficial. Una forma de hinchar su currículum. Otros ministros, con un currículum de ‘honores’ más destacado, no hacen mención alguna, como Pedro Duque, titular de Ciencia, que fue nombrado en cuatro ocasiones doctor ‘honoris causa’ y que, entre otros, cuenta con la Gran Cruz al Mérito Aeronáutico o el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. O el ministro de Universidades, Manuel Castells, con una extensa trayectoria académica y entre cuyos reconocimientos figura, por ejemplo, el Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política de España, que le fue concedido en 2008.
Iglesias destaca en su currículum sus licenciaturas en Derecho y Ciencia Política, dos máster y un doctorado en la Universidad Complutense de Madrid, donde -se explica- «impartió clases desde 2008 hasta que tomó posesión como eurodiputado en 2014». En este punto, Iglesias no menciona, como sí hace en otros, que fue «como profesor interino a tiempo parcial».
En cuanto a su trayectoria profesional, presume además de «una amplia actividad periodística como presentador de programas de televisión, analista y articulista». Iglesias ha compaginado en los últimos años su trabajo en política con la presentación de los programas ‘La Tuerka’, en el diario Público, y ‘Fort Apache’, en Hispan TV. Además, destaca su paso como investigador en varias universidades europeas y americanas y la creación de Podemos.
Pablo Iglesias ‘hincha’ así su currículum mientras Irene Montero evita algunas líneas del suyo, como que trabajó en la cadena alemana de electrodomésticos y electrónica Saturn entre los años 2010 y 2011. De forma inédita, la ministra de Igualdad sí presume de sus calificaciones, como el 9,09 de su licenciatura de Psicología «que estudió con ayudas al estudio por aprovechamiento excelente», dice, o las «9 matrículas de honor y la calificación de 9,5 en la tesis» de su Máster en Psicología de la Educación por la Universidad Autónoma de Madrid.
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