Con Pedro Sánchez ha llegado la tristeza a los hogares españoles, a las empresas, a los colegios y a la Bolsa. La tristeza y la mentira.
Cuando la crisis económica ya había quedado atrás, nos encontramos con que la ambición de un indigente intelectual daña todos los ámbitos sociales, políticos y económicos de España.
Ni siquiera ha sabido rodearse de especialistas y conocedores de los temas de sus ministerios –salvo excepciones– además de aumentar el número de estos, el gasto público y la preocupación por temas secundarios.
En palabras de uno de sus conocidos, el líder del PSOE, amigo de Torra, Otegi, Iglesias, Colau y Delcy, es más falso que un euro de madera.
Y aquí está la prueba:
VISITA ELECTORAL
- Pedro Sánchez, aconsejado por su ‘gurú Iván Redondo y para hacerse unas fotos que salgan en el telediario de RTVE y en LaSexta al día siguiente, visita una aldea.
Se baja del coche oficial muy sonriente y pregunta a los aldeanos:
«¿Cuáles son sus necesidades?»
Uno de los paisanos, con gesto humilde y voz trémula, responde:
«Tenemos dos necesidades básicas, señor presidente».
-En primer lugar, tenemos un centro de salud, pero no tenemos médico».
Pedro Sánchez saca su teléfono móvil y después de hablar durante un largo rato (más de 10 minutos) y de gesticular mucho, comenta a los aldeanos:
«Problema resuelto, mañana estará aquí un médico… Y, ¿cuál es la segunda necesidad?»
«…Señor presidente, no hay cobertura telefónica en ningún rincón de la aldea…»
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