Quien mejor ha definido en los últimos tiempos lo que nos pasa ha sido el actor Antonio Banderas, ‘chicoAlmodóvar‘ por excelencia, poco sospechoso de franquista, tal y como recogió en su momento Periodista Digital:
«Tengo la impresión de que en 1985 Franco llevaba más tiempo muerto que ahora… «.
La frase es del actor más internacional y hollywoodiano que tiene España, pero quien la ‘resucita’ de nuevo para rubricar con ella su magnífica columna de Voz Populi, este 12 de febrero de 2020, es Gabriel Sanz.
El veterano periodista, corresponsal político de ABC durante muchos tiempo y con más de tres décadas de profesión a la espalda, titula su pieza ‘Prohibido prohibir’ y, aunque debería ser innecesario casi concluido el primer cuarto del Siglo XXI, recuerda a la socialista Adriana Lastra que olvida que nuestra Constitución antepone la libertad de expresión incluso de sus adversarios, tanto a izquierda como a derecha.
«Crecí en la década prodigiosa (1975-1985), aquella en la cual la ilusión de los españoles se sobrepuso al miedo y nos abonó a ese «prohibido prohibir» que coreaban los universitarios en las calles de París unos años antes, mayo del 68″.
«Francisco Franco acababa de morir y de llevarse con él un régimen oprobioso, carpetovetónico, amén de criminal, y no era posible ni conveniente despertar a la bestia otorgándole la condición de víctima de la emergente democracia».
«Como la memoria siempre es selectiva, y aquí había materia de sobra para pasar página, la cosa funcionó. En términos históricos tardamos dos tardes y media en olvidarnos de Franco y sus franquistas».
«Cierto que algunos, los asesinos de Atocha, Tejero & cía, ETA -sí, también ellos, mal que les pese-, se empeñaron unos cuantos años más en jodernos la vida. Pero no lo consiguieron».
Recuerda Sanz a continuación que las cosas funcionaron, con estabilidad política y un crecimiento económico espectacular, rematado con la entrada en la Unión Europea.
«Hasta convertirnos en lo que somos hoy: una de las democracias más consolidadas, con una de las rentas per cápita mas altas del mundo, y el segundo país del mundo en esperanza de vida, 83,1 años, casi diez años más que en 1975».
La realidad, como subraya el periodista, terminó sepultando a Franco y por eso llama tanto la atención el «ardor guerrero» de la indocumentada Lastra, empeñada ahora -cuando se permiten las manifestaciones de apoyo a los asesinos de ETA y mienbros del Gobierno social-comunista del que forma parte se pasean con camisetas de Stalin de la RDA, en prohibir la «apología del franquismo«.
«Comprendo la tentación del Gobierno y el PSOE de ilegalizar la Fundación Francisco Franco -¡ya puestos tras sacar sus restos mortales del Valle de los Caídos!, y si por el camino espoleamos a VOX para fastidiar al PP, mejor que mejor… pero tiene que haber otros mecanismos legales porque ¡ojo! nuestra Constitución de 1978 no es militante, antepone la libertad de expresión incluso de sus adversarios, a izquierda y derecha, a la apología. Hay doctrina al respecto».
«Por eso, no puedo evitar preguntarme: Si ya estuviera en vigor esa prohibición ¿Actuaría la Fiscalía contra los miles de franquistas (¿?) que este lunes, tras escuchar a Lastra, convirtieron en trending topic el hashtag Viva Franco? ¿Habrá algún juez que, a riesgo de autoinculpación colectiva -recuerden aquel «España y yo somos así, señora», que hizo decir Eduardo Marquina a uno de sus personajes- no archive las diligencias?»
«Tengo la impresión de que en 1985 Franco llevaba más tiempo muerto que ahora… «.
La frase es del actor más internacional y hollywoodiano que tiene España, pero quien la ‘resucita’ de nuevo para rubricar con ella su magnífica columna de Voz Populi, este 12 de febrero de 2020, es Gabriel Sanz.
El veterano periodista, corresponsal político de ABC durante muchos tiempo y con más de tres décadas de profesión a la espalda, titula su pieza ‘Prohibido prohibir’ y, aunque debería ser innecesario casi concluido el primer cuarto del Siglo XXI, recuerda a la socialista Adriana Lastra que olvida que nuestra Constitución antepone la libertad de expresión incluso de sus adversarios, tanto a izquierda como a derecha.
«Crecí en la década prodigiosa (1975-1985), aquella en la cual la ilusión de los españoles se sobrepuso al miedo y nos abonó a ese «prohibido prohibir» que coreaban los universitarios en las calles de París unos años antes, mayo del 68″.
«Francisco Franco acababa de morir y de llevarse con él un régimen oprobioso, carpetovetónico, amén de criminal, y no era posible ni conveniente despertar a la bestia otorgándole la condición de víctima de la emergente democracia».
«Como la memoria siempre es selectiva, y aquí había materia de sobra para pasar página, la cosa funcionó. En términos históricos tardamos dos tardes y media en olvidarnos de Franco y sus franquistas».
«Cierto que algunos, los asesinos de Atocha, Tejero & cía, ETA -sí, también ellos, mal que les pese-, se empeñaron unos cuantos años más en jodernos la vida. Pero no lo consiguieron».
Recuerda Sanz a continuación que las cosas funcionaron, con estabilidad política y un crecimiento económico espectacular, rematado con la entrada en la Unión Europea.
«Hasta convertirnos en lo que somos hoy: una de las democracias más consolidadas, con una de las rentas per cápita mas altas del mundo, y el segundo país del mundo en esperanza de vida, 83,1 años, casi diez años más que en 1975».
La realidad, como subraya el periodista, terminó sepultando a Franco y por eso llama tanto la atención el «ardor guerrero» de la indocumentada Lastra, empeñada ahora -cuando se permiten las manifestaciones de apoyo a los asesinos de ETA y mienbros del Gobierno social-comunista del que forma parte se pasean con camisetas de Stalin de la RDA, en prohibir la «apología del franquismo«.
«Comprendo la tentación del Gobierno y el PSOE de ilegalizar la Fundación Francisco Franco -¡ya puestos tras sacar sus restos mortales del Valle de los Caídos!, y si por el camino espoleamos a VOX para fastidiar al PP, mejor que mejor… pero tiene que haber otros mecanismos legales porque ¡ojo! nuestra Constitución de 1978 no es militante, antepone la libertad de expresión incluso de sus adversarios, a izquierda y derecha, a la apología. Hay doctrina al respecto».
«Por eso, no puedo evitar preguntarme: Si ya estuviera en vigor esa prohibición ¿Actuaría la Fiscalía contra los miles de franquistas (¿?) que este lunes, tras escuchar a Lastra, convirtieron en trending topic el hashtag Viva Franco? ¿Habrá algún juez que, a riesgo de autoinculpación colectiva -recuerden aquel «España y yo somos así, señora», que hizo decir Eduardo Marquina a uno de sus personajes- no archive las diligencias?»
·Quien mejor ha definido en los últimos tiempos lo que nos pasa ha sido el actor Antonio Banderas, ‘chicoAlmodóvar’ por excelencia, poco sospechoso de franquista: «Tengo la impresión de que en 1985 Franco llevaba más tiempo muerto que ahora»… No hay más preguntas señoría».
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