Pues a lo mejor tras la tragedia terrorista del 11-M el que no nos decía la verdad era Rubalcaba: «Los españoles no se merecen un Gobierno que les mienta. Pásalo.» Los hechos nos están demostrando que los españoles sí nos merecemos un Gobierno que nos mienta, y tragamos con él, y llamamos «ultraderecha» a quien lo ponga en cuestión. Es que no han parado de mentir desde que llegaron.
Y nada te digo cuando ya han cogido la sartén por el mango de la investidura, en la que han empezado mintiendo al decir que han formado una Coalición Progresista, cuando han hecho un Frente Popular Socialcomunista apoyado por separatistas vascos y filoetarras vascongados.
Es tan sorprendente la habilidad que tiene Sánchez con la mentira que ha hecho de ella una de la Bellas Artes. Al tomar el poder y cambiar el colchón de La Moncloa ha hecho justo lo contrario de cuanto prometió en la campaña electoral.
Hablando de colchón: dijo que no sería capaz de conciliar el sueño si tenía que gobernar con Podemos y ahora, con el de la coleta dictándole la política, pega cada ronquido que se oye en Pamplona. Allí el PSOE ha pactado con Bildu, con los herederos de los que asesinaron a tantos ediles socialistas.
Afirmó que prefería no alcanzar el poder antes que pactar con los separatistas o aceptarles un referéndum, y ahí lo tienen, hocicando ante ERC, comiéndole en la mano a Junqueras y siguiendo lo pactado por debajo de la mesa con lo que manda desde Waterloo el prófugo Puigdemont.
Cuando los venezolanos que siguen tratando de huir de la dictadura del sátrapa Maduro eligieron como presidente encargado a Guaidó, le falto tiempo para llamarlo por teléfono desde Davos, para decirle que lo apoyaba y que España estaría en punta de lanza en la UE para sancionar a aquella dictadura de derechos pisoteados.
Y ahora no puede recibir a Guaidó, pero en cambio irá hasta Barcelona para hablar con Torra, al que el Supremo le retira su acta de diputado en el Parlamento catalán y, por tanto, la Presidencia de la Generalidad.
Son unos artistas de la mentira. Han hecho de ella una de las Bellas Artes: la Real Academia de la Mentira. Han obligado a poner en libre circulación en la política la propia palabra «mentira», hasta ahora considerada demasiado fuerte. Para evitarla, se solía decir: «Está usted faltando a la verdad».
La verdad les importa una higa, con tal de aferrarse al poder. Y de contentar a sus socios comunistas, que no les dejan que reciba al presidente encargado de los venezolanos demócratas, diga lo que diga la UE en su apoyo y defensa.
Y como son como aquel estribillo por rumbas del Dúo Sacapuntas, «veintidós, veintidós», hay dos numerarios distinguidos en esta Real Academia de la Mentira en que han convertido al Gobierno, en el que han empezado engañando a sus propios votantes, al hacer justo lo contrario de lo que les prometieron en la campaña.
Estos dos académicos distinguidos son Carmen Calvo y José Luis Ábalos. Calvo miente al decir que van a reformar el Código Penal para adaptarlo al espíritu europeo, cuando en realidad lo harán para poner en libertad y dar de hecho una amnistía a todos los condenados por sedición en el referéndum ilegal de la pretendida independencia catalana.
Si aplican con carácter retroactivo esta reforma del Código Penal en beneficio de los golpistas catalanes, como parece, será ya limpiarse en las cortinas del Derecho. ¿Y Ábalos? Es capaz de inventar siete variantes distintas de una misma mentira, con tal de poner a España al servicio de los dictadores sudamericanos.
Y lo más sorprendente es que quienes decimos estas cosas somos los fachas oficiales. La gente traga. Será que los españoles nos merecemos un Gobierno que nos mienta. Pásalo. Se están hartando de mentir y No Passssa Nada.
Antonio Burgos ( ABC )
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