Este año, que al fin se nos ha ido, ha sido el año del ridículo del derrochador Sánchez. El año de su fraude doctoral, de su derroche permanente, del enchufe de su mujer, de sus secretos de Estado, de su humillación ante los separatistas,.
Lo que nos van a traer los Reyes no es un revolución, pero lo van a recibir como si lo fuera. La bronca, la zaragata, el tumulto, la gresca han empezado antes de la investidura y hay signos de que esto se puede ir al carajo, por el fuerte rechazo que están provocando las cesiones del PSOE a los sediciosos.
Todo se tambalea. La mayoría de los partidos que van a hacer presidente a Sánchez, están contra de la soberanía del pueblo español.
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