Los aviones que utiliza Pedro Sánchez para desplazarse estarán protegidos de las aves cuando estén en sus hangares. En plena Cumbre del Clima, el presidente contrata a una empresa para evitar que los pájaros se acerquen a su método favorito para viajar.
Sánchez puede dormir tranquilo, sus Falcon estarán a buen recaudo. El Ejército del Aire ha adjudicado a una empresa especialista en control de plagas la contratación de un sistema de protección contra aves, que será instalado en el hangar 420 de la base de Torrejón de Ardoz. Ahí es donde guardan sus aeronaves el 45 Grupo de las Fuerzas Armadas, los pilotos del Falcon presidencial.
En plena fiebre ecologista por la Cumbre del Clima, a la que el presidente del Gobierno aún en funciones acudió a bordo de un flamante Audi E Tron completamente eléctrico, la agenda ‘verde’ del presidente ha tenido que tomar una decisión al respecto de las molestas aves que, explican fuentes militares, en ocasiones se cuelan en los hangares de los aviones. Hasta ahora, explican, si un ave se colaba en esas instalaciones, "se abría la puerta y punto".
Ahora, los hangares de los Falcon y los Airbus A310 que utiliza Sánchez, la Casa Real y el Gobierno, estarán blindados contra pájaros. Nada tiene que ver con cuestiones de seguridad, ya que la base ya cuenta con modernos sistemas (y halcones) para evitar que las aves se conviertan en un peligro para las operaciones de despegue y aterrizaje. El nuevo contrato se circunscribe únicamente a los hangares, donde permanecen aparcados.
El contrato firmado por la jefatura de la base de Torrejón tiene un importe de 4.356 euros. Está considerado como ‘contrato menor’ en la Ley de Contratos del Sector Público, por lo que no es necesaria la publicación de los pliegos administrativos.
La empresa adjudicataria ha sido ‘Monumenta Conservaciones SL’, una firma española con sede en Madrid especializada en control de plagas de palomas y otras aves.
En su catálogo se incluyen soluciones para ahuyentar aves que van desde las clásicas redes, cetrería o pinchos hasta otras más avanzadas y ‘radicales’, como láseres, ultrasonidos, cañones de gas e incluso líneas electrificadas.
Más contratos y secretismo
Por otra parte, también se ha adjudicado un contrato para la instalación de proyectores de luz en ese mismo hangar, que servirá para mejorar la iluminación durante la salida nocturna de las aeronaves. El coste asciende a unos 8.000 euros.
Unos días antes de estas adjudicaciones, los Falcon presidenciales también recibieron una inyección económica de 15.000 euros para la adquisición de ‘amenities‘: los productos que se entregan a los pasajeros durante los vuelos, como jabón, colonia, espuma de afeitar, tapones para los oídos, auriculares, antifaces, mantas o almohadillas. En agosto se destinaron 18.000 euros a un contrato de limpieza cuyas cláusulas eran tan estrictas que incluso los candidatos a hacerse con la adjudicación debían pasar un examen mostrando su destreza para eliminar manchas de vino de la moqueta del Falcon.
Todo para una puesta a punto de la flota de cara a la recién estrenada legislatura, en la que será probable ver a Pablo Iglesias a bordo de un Falcon como vicepresidente del Gobierno. Ésta será, además, la legislatura en la que Sánchez podría poner en marcha un proyecto que lleva un tiempo aparcado en un cajón: la renovación de los vetustos Falcon y la adquisición de aeronaves más modernas y eficientes. Mientras, continúa ocultando sus viajes a bordo de la flota presidencial pese a que la Comisión de Transparencia y Buen Gobierno le ha instado en varias ocasiones a que los haga públicos.
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