Después de casi seis meses sin llegar a buen puerto, los líderes de PSOE y Unidas Podemos han alcanzado un preacuerdo en tiempo récord.
Este proyecto político es tan ilusionante y esperanzador que supera cualquier desencuentro". Así se ha expresado Pedro Sánchez en la comparecencia –en la que no ha admitido preguntas– con la que ha anunciado un preacuerdo con Unidas Podemos para formar gobierno. De ese modo, el líder del PSOE y Pablo Iglesias –que ocuparía la vicepresidencia– se han dado la mano ante los periodistas tras alcanzar en 48 horas un acuerdo que se les resistió durante los casi seis meses que duraron las negociaciones abiertas después de los comicios del 28 de abril. La relación se enconó hasta tal punto, que en ocasiones la falta de entendimiento parecía obedecer a una cuestión más personal que política.
Estas son algunas de las cosas que se han dicho ambos líderes y que ahora han decidido olvidar para arrancar la legislatura:
Acusaciones de chantaje
Con esa misma palabra se refirió la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, al modo en que Iglesias y su equipo estaban llevando las negociaciones. "En una situación de bloqueo como la que hemos sufrido, en la que no se ha querido reconocer el resultado electoral y en la que no hay alternativa viable al partido socialista y a la candidatura de Pedro Sánchez, nos hemos encontrado con un partido (Unidas Podemos) que más que ir a una negociación sincera fue a someternos a chantaje". También pidió a la formación morada que "dejara de insultar" al presidente en funciones.
Iglesias, 'el principal escollo'
Así se refirió Sánchez días antes de la sesión de investidura en la que no logró el acuerdo para ser presidente. La respuesta de la formación morada fue la siguiente: "Pablo Iglesias no está ofendido, porque la negociación no pasa por ofensas. Pero es entendible que el resto del partido lo esté. El presidente del Gobierno lo ha agredido".
Franco, arma electoral
A punto de empezar la campaña del 10N, Iglesias vio en la exhumación del dictador una manera de Sánchez para sacar rédito político. "Sería indigno alguien pretendiera atribuírselo como munición electoral", dijo sobre el modo en que los socialistas estaban manejando el tema.
Sin dormir
"No dormiría tranquilo con Unidas Podemos en el Gobierno", dijo Pedro Sánchez en una entrevista con Antonio García Ferreras y aseguró que como él, el 95% de los españoles. Eso acabó de crispar los ánimos entre los dos políticos y no es casualidad que la primera declaración de Iglesias tras la noche electoral fuera esta: “Se duerme peor con más de 50 diputados de la extrema derecha que con ministros y ministras de Unidas Podemos”.
Ni de izquierdas, ni de derechas
"No somos ingenuos y entendemos que un gobierno de 'centro' o de 'geometría variable', que pudiera apoyarse en la derecha en los temas económicos y en la izquierda para algunos asuntos sociales, haya sido la opción que ha buscado hasta ahora el PSOE". De esa manera, Iglesias metía el dedo en algo que molesta a algunos sectores del PSOE que nunca se han planteado negociar con PP ni Ciudadanos. "Muchos votantes y militantes de izquierdas del PSOE nos van a prestar el voto el domingo", dijo ya en campaña, recurriendo a un ataque –el de destacar la ambivalencia de Sánchez– que ha empleado también cada vez que se alejaba la posibilidad de un acuerdo.
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