Los socialistas se niegan a tomar medidas ante las nuevas amenazas de Torra
El PSOE se acobarda ante el golpismo e impone el estado de excepción a unos pacíficos monjes
Crecidos ante la decepcionante respuesta del Tribunal Supremo al 1-O -abriendo la puerta a un tercer grado inmediado- y por la inacción de Sánchez, los separatistas siguen su agenda golpista.
Torra vuelve a anunciar un nuevo golpe separatista para 2020
Hoy el presidente regional catalán, Quim Torra, ha comparecido en el Parlamento de Cataluña. Se puede leer aquí la transcripción oficial de su discurso (sólo la han publicado en catalán). En su intervención, Torra ha llamado a la “desobediencia civil”, siendo como es él una autoridad (me pregunto si aceptará que los catalanes se nieguen a obedecer cualquier orden que dicten ese personaje y su gabinete), y ha anunciado que en la primavera del año 2020 “el debate constituyente podrá consolidar unas propuestas que sirvan de guía para la elaboración de una constitución republicana“. Además, anunció que se propone “fijar las vías para concretar el ejercicio del derecho de autodeterminación en el plazo más breve posible”. Es decir, que va a seguir saltándose la Constitución y las sentencias judiciales para intentar romper la unidad de España.
El cabecilla separatista anuncia una medida prohibida por la Constitución
Además, Torra se ha propuesto “lograr la amnistía de todas las personas perseguidas por el ejercicio de sus derechos políticos, civiles y sociales”, una amnistía expresamente prohibida por el Artículo 62 de la Constitución, que veta los indultos generales. El cabecilla separatista también ha hablado de “presos políticos” para referirse a los golpistas condenados por el Tribunal Supremo, y ha calificado la reciente sentencia de ese tribunal como “el golpe a la democracia más importante que ha tenido lugar, desde 1978”, y lo dice él mientras anuncia su propósito de volver a dar un golpe separatista: hay que tener jeta. Todo eso lo ha dicho desde la tribuna de un parlamento regional y recogido en una transcripción oficial publicada por la propia web del Parlamento de Cataluña, por si alguien tiene alguna duda. A efectos prácticos, esto es como si Torra se pasease por la calle anunciando con un megáfono que va a cometer un delito: ¿qué tendría que hacer la Policía ante eso?
El ministro del Interior se hace el sueco ante las nuevas amenazas de Torra
Pues bien: después de esa intervención de Torra, este mediodía el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha comparecido ante los medios y ha dicho que el Gobierno actuará ante hechos “que son indiscutibles y no admiten interpretación”, y no ante las palabras de Torra. La historia se repite. El Gobierno del PSOE parece estar siguiendo el manual de Rajoy para hacerse el sueco ante un golpe separatista. Y el efecto que está provocando con su inacción es el mismo que tuvo la respuesta tibia del Gobierno del PP ante los desafíos de Puigdemont: muchos catalanes que se sienten españoles y muchos agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil se sienten abandonados por el Gobierno, que no emprende ninguna acción contra los desafíos del Gobierno catalán (ni el 155, ni el Estado de Excepción ni la Ley de Seguridad Nacional) y que además pretende que las fuerzas del orden hagan frente a los violentos con una mano atada a la espalda. Ayer nos enterábamos de que los policías nacionales han recibido órdenes de no usar pelotas de goma ni botes de humo, y eso mientras los separatistas están arrojando ya cócteles molotov contra la Policía y están incendiando calles, contenedores y coches particulares.
Mientras se acobarda ante el golpismo, Sánchez dirige su prepotencia contra unos pacíficos monjes
La cobardía del Gobierno socialista ante los desafíos del separatismo catalán contrasta con su chulería ante unos monjes pacíficos y desarmados. Y es que ahora mismo donde sí se ha impuesto un estado de excepción es en una basílica católica, la de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, sin que el Gobierno lo haya declarado como es precepcivo, impidiendo -de forma abiertamente dictatorial e ilegal- a los fieles el acceso al templo para asistir a misa, con unas medidas de seguridad desproporcionadas y que de ningún modo encuentran amparo en la sentencia del Tribunal Supremo sobre la exhumación de Franco. Como ha ocurrido tantas otras veces, el PSOE demuestra ser muy prepotente contra los ciudadanos pacíficos que no somos de su cuerda ideológica, y muy cobarde -y hasta podría decirse que cómplice- ante los separatistas y los extremistas de izquierda que se saltan la ley, incluso los que anuncian a las claras que van a seguir haciéndolo mientras sus secuaces incendian la convivencia y las calles en Cataluña. Tal vez sea eso porque el PSOE está tan empeñado como los separatistas en sembrar el odio y la discordia entre los españoles, con el fin cada vez menos disimulado de echar de la vida pública a quienes no nos sometemos a los dictados ideológicos de la izquierda.
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Foto: Twitter @sanchezcastejon. Pedro Sánchez en una reunión con Quim Torra el 20 de diciembre de 2018.
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