Abascal: "Es infame lo que confirman las actas secretas de sus negociaciones"
El consenso perverso: sólo un partido critica la traición de Zapatero y del PSOE ante ETA
Una de las palabras más manidas y devaluadas de las cuatro décadas que llevamos de democracia en España es “consenso”. Se ha utilizado para todo, incluso para las cosas más infames.
Unas actas incautadas en 2008 y que seguían siendo en parte secretas
En enero ya os hablé aquí de las actas sobre la negociación entre el gobierno de Zapatero y ETA, actas que no publicó ni ese ejecutivo, ni el de Rajoy ni el de Sánchez. El caso es que la copia de las actas que conservaba ETA fue incautada en una operación policial en Burdeos el 20 de mayo de 2008. Se conocieron entonces las condiciones puestas por ETA al Estado para dejar de asesinar: legalización de Batasuna, fin de las detenciones de terroristas, liberación de terroristas presos como De Juana Chaos y Bolinaga, derogación de la doctrina Parot -que establecía que las reducciones de penas se aplicaban al total de la condena y no al máximo permitido de estancia en prisión- y la creación de un “teléfono de seguridad” al que podrían recurrir los terroristas en caso de verse en problemas con la Justicia. Sin embargo, parte del contenido de esa copia de las actas había sido mantenido en secreto hasta ahora por la Audiencia Nacional, al ser parte del sumario judicial de la investigación de esa negociación entre el PSOE y el gobierno de Zapatero.
El PSOE ofreció a ETA la fusión de las provincias vascas y Navarra
Este miércoles Europa Press tuvo acceso a dichas actas, ya desclasificadas: los documentos confirman que Zapatero hizo una negociación política con ETA, incluso prometiendo la fusión de Navarra y las provincias vascas. Recordemos que en una entrevista emitida el 7 de junio de 2007 por el canal Cuatro, Zapatero negó haber admitido esos objetivos políticos: mintió. De hecho, ese ofrecimiento de promover la fusión de Navarra y la comunidad autónoma vasca, usando a sus habitantes como simples peones, fue planteado por los representantes del PSOE en aquellas reuniones sólo unos días antes de esa entrevista, unas negociaciones que tuvieron lugar entre el 18 y el 21 de mayo de 2007. A esto hay que añadir que el documento demuestra que Zapatero y el PSOE continuaron su negociación política con ETA incluso después de que los etarras asesinaron a dos personas en el atentado de la T4 de Barajas el 30 de diciembre de 2006.
Zapatero alertó a ETA de una operación policial francesa
Por si no era ya bastante grave lo que conocimos el miércoles, ayer jueves Europa Press reveló más contenido de esas actas, concretamente que Zapatero avisó a ETA a través de un mediador de una operación policial que se preparaba en Francia contra la banda terrorista. El chivatazo fue dado por el entonces presidente del gobierno a finales de mayo de 2005. Recordemos que por entonces el ejecutivo socialista seguía negando siquiera que hubiese contactos con ETA. En el documento, Zapatero aparece citado como “Gorburu”, un nombre en clave que el entonces presidente habría utilizado durante la negociación con los etarras. Una de las actas refleja lo siguiente: “Gorburu le dice al mediador que le han dicho fuentes policiales francesas que después de la detención de Alain tenían preparada un golpe operativo importante contra la Organización“. Según apunta Europa Press, “Alain” era el nombre en clave usado por el etarra Ramón Sagarzazu Gaztelumendi, jefe del aparato internacional de la banda terrorista, detenido por la Policía francesa el 23 de mayo de 2005 en Romans-sur-Isere. La operación revelada por Zapatero pudo ser la que acabó con la detención de Jon Joseba Trotiño, uno de los jefes de ETA, y de otros tres etarras el 28 de julio de 2005 en Brive la Gaillarde, a manos de la Policía francesa.
La verdad sobre el final del terrorismo de ETA: fue ceder ante un chantaje
Los hechos revelados por los documentos desclasificados por la Audiencia Nacional son de suma gravedad. Tengamos en cuenta que la información facilitada por las autoridades francesas al gobierno español sobre operaciones policiales en curso es reservada, y que Zapatero habría usado esa información reservada para alertar a un grupo criminal. Si revisamos el Código Penal, con ese chivatazo a ETA Zapatero podría ser acusado de los delitos de traición (Art. 584, prisión de seis a doce años), revelación de secretos (Art. 598, prisión de uno a cuatro años), colaboración con organización terrorista (Art. 577, cinco a diez años de prisión) y encubrimiento (Art. 451, prisión de seis meses a tres años). Pero además, estos documentos echan por tierra otra idea que se ha repetido mucho estos últimos años: el final de la actividad terrorista anunciado por ETA el 20 de octubre de 2011 no fue el producto de una política de firmeza del Estado de Derecho, sino la consecuencia de ceder ante los criminales en el cumplimiento de la ley, permitiéndoles colarse en las instituciones democráticas sin haber condenado siquiera los crímenes de esa banda asesina. Nos mintieron: el Estado cedió ante un chantaje de ETA. Y eso es un ultraje a las víctimas.
Sólo Vox ha alzado su voz para denunciar esta infamia
Lamentablemente, ese chantaje, que consiste en que ETA deje de matar mientras permitamos que su brazo político haga lo que le dé la gana, ha sido asumido por casi todo el arco parlamentario. Prueba de ello es que estos dos últimos días sólo un partido con representación en las Cortes ha alzado la voz para denunciar la traición de Zapatero y del PSOE con ETA: Vox. Ayer Santiago Abascal denunciaba en su cuenta de Twitter: “De las múltiples traiciones de Zapatero y Rajoy a España, la peor fue rendirse ante ETA. Es infame lo que confirman las actas secretas de sus negociaciones con los etarras. Es un insulto a los muertos y un crimen de Estado que deberá ser juzgado algún día”. Así mismo, el único senador de Vox, Francisco José Alcaraz, que es víctima de ETA, recordaba ayer: “Me sentaron en la Audiencia Nacional por llamar a Zapatero traidor y actuar como embajador de ETA y ahora resulta que las actas me vuelven a dar la razón y esto es tan solo la punta del iceberg”. Aquella querella se la puso a Alcaraz una asociación de abogados próxima al PSOE en octubre de 2007, y el entonces presidente de la AVT ratificó sus palabras ante la Audiencia Nacional. La querella fue archivada en marzo de 2009: la Audiencia Nacional consideró justificadas las críticas de Alcaraz a Zapatero. Sin embargo, el que cometió aquella traición aún no se ha sentado en el banquillo de los acusados.
Un poderoso y perverso motivo para aislar y estigmatizar a Vox
El silencio de los demás partidos demuestra que entre los perversos consensos que se han ido estableciendo en nuestra democracia se incluye la peligrosa idea de que no estuvo mal ceder ante ETA para lograr el fin del terrorismo, que el fin justifica los medios. Eso explica que durante su mandato Rajoy no publicase las actas, aunque por razón de su cargo tenía que conocer sí o sí su contenido. El gobierno del PP no sólo ocultó la infamia cometida por Zapatero, sino que incluso le condecoró en 2012 con el Collar de la Orden de Isabel la Católica, otorgando a sus ministros la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III. Fue el colmo: en vez de censurar sus vilezas y sus mentiras, le otorgaron un premio. Hoy todos los partidos del Parlamento, menos uno, aprueban con su silencio esta canallada. Tal vez a eso responde, entre otras cosas, tanto interés en aislar y estigmatizar a Vox, ya sea por activa (con agresiones, cordones sanitarios y campañas de difamación) o por pasiva (callando y mirando hacia otro lado mientras otros hacen el trabajo sucio). No quieren que Vox estorbe ni que rompa ese consenso perverso, por cuya causa el cumplimiento de la ley, inflexible para los españoles honrados, ha acabado siendo negociable en el caso de los terroristas. Por lo que a mí respecta, esa solitaria voz disidente en medio de la infamia hace que me sienta aún más orgulloso de ser votante de Vox.
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