lunes, 27 de mayo de 2019

EL GOLPE CONTINUARÁ

EL GOLPE CONTINUARÁ
La semana de las humillaciones, pórtico de la legislatura, ha dejado claro que para socialistas y comunistas el resultado de las elecciones de ayer no alterará su proyecto, que es el de poner el Estado a los pies de los golpistas de la Esquerra para soldar un bloque de Poder que les permita liquidar el régimen constitucional y crear una confederación balcánica, fatalmente abocada al caos, pero del que creen saldrá la república catalana.
Es el tridente de Roures: PSC-Podemos-ERC, para cuya firma llevó a su dacha en un furgón como los de Narcos, a Iglesias y Junqueras. El tropezón del Golpe de Estado del 1-O no ha cambiado el diseño del multimillonario separatista, uno de los que faltan en el banquillo del Supremo, porque un error de cálculo como el de no contar con la reacción de la Justicia, la Corona y la nación española en la calle, puede convertirse en oportunidad teniendo a mano al PSC, amo del PSOE.
Hay precedente: el pacto de Estella con el que el PNV salvó a la ETA de la reacción popular tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, y que Pujol respaldó en la Declaración de Barcelona. La ETA ha sido y es pieza clave en la balcanización y destrucción de España.
Y los separatistas de todas las tribus la cuidan y admiran tanto como Iglesias. Los partidos nacionalistas tienen más capacidad de resistencia que las inflamaciones sentimentales de las masas, que producen en la prensa siempre la misma frase: «Nada será igual». Hasta que todo vuelve a serlo.
Prevaritxell y Quécruz, con el «no te preocupes» de Sánchez y Podemos defendiendo que los golpistas se paseen por las Cortes, han mostrado que su proyecto es liquidar a plazos el orden constitucional, contra el Supremo, la Corona y la soberanía del pueblo español «de la que emanan todos los poderes del Estado». Quécruz, al amenazar al Supremo si no absuelve a los golpistas, ha trocado el «Odia el delito y compadece al delincuente» por «Ama al delincuente y compadece el delito».
Así que vamos a indultar contra la Ley y el Rey, a votar el nuevo Estatuto catalán para enterrar la Constitución y a ver si Rajoy vuelve al PP y apuntala un consenso moderadamente liquidador. El Golpe de Estado continúa. Pero un proceso revolucionario es ingobernable. No serán cuatro u ocho años de lenta ruina sino de convulsiones aceleradas. A partir de hoy.
Federico Jiménez Losantos ( El Mundo )

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