martes, 28 de mayo de 2019

DAR LA CARA

DAR LA CARA
Un rictus de tristeza en el gesto de Sánchez. Casado ha crecido y los partidos plenamente constitucionalistas, con el PP a la cabeza, han recuperado Madrid. Almeida y Díaz Ayuso, por quienes pocos apostaban. Con C’S y Vox gobernarán la Capital de España y su Comunidad. Gobernar en Madrid y provincia es más que gobernar en una gran ciudad y su territorio provincial.
Eso lo sabe Sánchez, y de ahí su deje de amargura. Curiosa su interpretación de lo ultra, mensaje repetido por el periodismo afín al PSOE, que es casi todo el periodismo. «Tendrán el PP y Ciudadanos que gobernar con la ultraderecha», dijo. Vox es la ultraderecha y Podemos no es la ultraizquierda. Apaga y vámonos. Los de morado se pegaron un morrón descomunal.
El fin del sueño. Iglesias se dispone a renunciar a los ministerios que anhelaba en el Gobierno de Sánchez y sólo aspira, a partir de la noche del domingo, a que le mantengan a los guardias civiles en la lóbrega caseta vigilando su casita de La Navata. Lo que más me gustó de Iglesias fue su coraje dando la cara y explicando a los periodistas los motivos de su descalabro y su responsabilidad en el fracaso.
Llegó al teatro donde se reunían los suyos, delegó en tres mujeres la voz de Podemos, y salió del teatro por la puerta de atrás rumbo a Galapagar. Un político valiente que da la cara. Le lloverán chuzos en punta a partir de ahora desde las nubes podemitas.
El PSOE ha ganado, y es incuestionable su victoria. Pero no ha ganado como quería y menos aún, lo que quería. Madrid se llama. Tiempo habrá para analizar con mayor sosiego los resultados de estas elecciones, que han confirmado a Casado en el liderazgo de la Oposición. Madrid lo da todo y todo lo quita, como en su plaza de Las Ventas. El PSOE ha ganado, pero los partidos plenamente constitucionalistas han triunfado en Madrid, y sin Madrid la victoria es siempre descriptible.
En mi otro territorio, en mi Montaña del alma, al fin ha ganado Revilla, Revilluca, y nadie podrá regatearle el triunfo. Son las 9,40 de la mañana del 27 de mayo, y todavía no ha dimitido la sorayista que ha dinamitado la fuerza del PP en Cantabria. No es por presumir, pero se lo anuncié a muy altos dirigentes del Partido Popular.
No me hicieron caso, porque de todos es conocido que los dirigentes del PP jamás se equivocan, y la señora Buruaga ha obtenido unos magníficos resultados, los peores del PP en Cantabria, gracias a su política sorayista y su dependencia del ex ministro y ex alcalde de Santander Íñigo de la Serna, ilustre representante del PP acomplejado.
Promete Almeida como Alcalde de Madrid, el rompeolas de todas las Españas. Un analfabeto de Podemos se refirió a esa figura como una «frase fascista». Su autoría pertenece a don Antonio Machado. Y clamoroso el triunfo de Echenique en Aragón, obteniendo menos de la mitad de los votos que en anteriores comicios.
Aunque ha desmantelado al populismo madrileño, la cara de Errejón tampoco puede compararse con una imagen gozosa. Y la alcaldesa ha anunciado su decisión de cobijarse en la tranquilidad del hogar. Isabel Ayuso mantiene la Comunidad, aunque los pactos están por llegar y pueden darse muchas sorpresas.
Ernesto Maragall, antaño socialista y hogaño independentista, ha ganado por pocos votos a la infumable Colau. Una infumable vencida por otro infumable. Ha puesto Barcelona «a disposición de la República». Se lo dijo un valiente y expedientado Mozo de Escuadra a un manifestante lerdo del lazo amarillo. «La República no existe, idiota».
Pero hay que volver a Madrid. El Partido Popular ha demostrado que no está muerto y que su nuevo presidente está obligado a serlo sin mirar hacia atrás. Sin Madrid, cualquier triunfo es relativo, y de ahí algunas melancolías gestuales. Deseo ser perdonado si insisto en la emoción que me produjo el coraje de Pablo Iglesias dando la cara después del batacazo. Me reconforta su figura.
Alfonso Ussía  ( YOUnews )
viñeta de Linda Galmor

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