martes, 30 de abril de 2019

Sánchez ahora sí reconoce la desaceleración pero mantiene su ‘hachazo’ fiscal de 20.000 millones de €

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Pedro Sánchez, ahora que ha ganado las elecciones, reconoce la desaceleración económica a partir del año que viene. Pese a ello, ha confirmado su amenaza fiscal a Bruselas, con quien se compromete a recaudar más de 20.000 millones de euros en impuestos.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha remitido el Programa de Estabilidad a Bruselas. En el documento, elaborado por el Ministerio de Economía, el Ejecutivo aumenta su pesimismo respecto a lo que opinaba en enero. El gabinete de Nadia Calviño rebaja tres décimas la previsión de crecimiento del PIB para los dos próximos años respecto a lo que esperaban en enero: el 2020 queda en el 1,9 y el 2021 en 1,8%.
El Gobierno achaca la moderación del crecimiento “en gran medida a la gradual maduración del ciclo económico”, además de a la progresiva desaceleración de la actividad global, en un contexto internacional caracterizado por elevadas incertidumbres.
El programa recoge la amenaza fiscal que tanto se ha escuchado en sus mítines: subidas en el Impuesto de Sociedades, el IRPF, el impuesto al diésel o la creación de las tasas Google o Tobin. Con ello, Sánchez espera recaudar casi 6.000 millones en el corto plazo, y más de 20.000 millones en unos cuatro años.


El objetivo, según el documento, pasa porque aquellas rentas más altas contribuyan “de forma equitativa” en un “modelo fiscal progresivo”, en el que cada uno “aporte en función su capacidad y reciba en función de su necesidad, preservando a la clase media y trabajadora, que es la que ha soportado con su esfuerzo los momentos más duros de la crisis”.

Previsiones
Pese a la revisión a la baja del crecimiento, el Ejecutivo ha mejorado su previsión de paro para 2019, que reduce al 13,8% de media, frente al 14% anteriormente previsto. Para 2020, además, prevé que el índice de paro baje al 12,3% en 2021, al 11% y al 9,9% en 2022.
La demanda nacional (consumo e inversión) seguirá siendo el motor del crecimiento, aunque con aportaciones decrecientes, mientras que la contribución de la demanda externa restará una décima en 2019 y será neutra el resto del periodo.
El menor ritmo de creación de empleo, la absorción de la demanda embalsada de bienes de consumo duradero y la paulatina recuperación de la tasa de ahorro de las familias provocará la desaceleración del consumo de los hogares hasta el 1,9% en 2019, hasta el 1,6% en 2020, hasta el 1,5% en 2021 y hasta el 1,4% en 2022.
En lo relativo al sector exterior, las exportaciones reales de bienes y servicios crecerán a tasas próximas al 3%, superiores a la de 2018 (2,3 %), mientras que las importaciones crecerán a tasas similares a las de las exportaciones.

Borja Jiménez

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