El Islam penetró en la Península Ibérica con una invasión militar en el año 711
Una mezquita quiere que España pida perdón por derrotar al Islam en 1492: ¡y un jamón!
La hispanofobia progre ha abierto la barra libre para exigir a España que pida perdón por su pasado. Hace unos días se apuntaba a ello el presidente de México, y ahora una mezquita musulmana.
Una mezquita de Sevilla quiere que el Rey de España pida perdón
Ayer se viralizaba en Facebook un comunicado emitido por una mezquita de Sevilla en la que reclama el Rey de España que pida perdón por la Reconquista y por la victoria española en la Guerra de las Alpujarras. En concreto, le piden al Rey Felipe VI “el reconocimiento de culpabilidad de las vilezas, expoliaciones, destierros y asesinatos, llevados a cabo por órdenes de los Reyes Católicos y sus colaboradores más directos, que culminaron con la rendición de Granada y el incumplimiento de todo lo suscrito, hacia la comunidad musulmana”. También añaden una afirmación que demuestra una gran amnesia histórica mezclada con un inmenso cinismo: “Nunca ha existido tan feroz persecución y afán de eliminación de una comunidad religiosa, como la llevada a cabo por la antigua realeza española, en tiempos de Felipe II, exterminio que culminó en la Guerra de la Alpujarras, después de la Pragmática Sanción de 1567″. Por lo visto, estos señores desconocen la existencia de genocidios como el sufrido por el pueblo judío a manos de los nazis o como el sufrido por los cristianos armenios a manos de los turcos.
El Islam penetró en la Península Ibérica con una invasión militar en el año 711
La carta no sólo es un insulto a España, sino también un intento de tomarnos el pelo a todos los españoles. Para empezar, no habría habido Reconquista si en el año 711 los musulmanes no hubiesen invadido la Península Ibérica, que fue la culminación, a su vez, de la conquista musulmana del Magreb, iniciada en el año 647. Cuando se completó la Reconquista en 1492, decenas de miles de musulmanes permanecieron en España, muchos de ellos conservando sus costumbres, que incluían llevar a sus mujeres con la cara tapada, como hoy se sigue haciendo en países como Afganistán. Unos años después, en 1499, los moriscos empezaron una serie de revueltas que se extendieron durante dos años. A mediados del siglo XVI España se vio amenazada por dos frentes: los berberiscos del Norte de África y los turcos que sitiaron Malta en 1565. Una nueva invasión musulmana estaba al caer, y los turcos esperaban contar con el apoyo de los moriscos para llevarla a cabo, usando de hecho a esa comunidad para desestabilizar España.
La Rebelión de las Alpujarras y el martirio de 3.000 cristianos
Ante ese peligro, el Rey Felipe II pudo haber expulsado sin más a los moriscos, pero les dio una última oportunidad para integrarse, según las costumbres de la época, con la firma de la Pragmática Sanción de 1567, que imponía fuertes restricciones a los musulmanes y les obligaba a adoptar la vestimenta castellana. Las restricciones a los musulmanes eran, ciertamente, mucho más suaves que las impuestas por éstos a cristianos y judíos tras la Conquista de 711, que había convertido a los no musulmanes de Hispania en poco más que esclavos. La Pragmática fue la excusa que los moriscos usaron para iniciar una sangrienta rebelión en 1568, en la que asesinaron y torturaron brutalmente a cristianos y arrasaron iglesias en diversas localidades del antiguo Reino de Granada. En algunos casos las muestras de barbarie fueron puramente bestiales: en Ugíjar y en Bayárcal, los moriscos incendiaron las iglesia en la que se habían refugiado muchos cristianos, torturándoles de diversas y retorcidas formas y finalmente asesinándoles. Durante esta sangrienta rebelión, unos 3.000 cristianos fueron asesinados por razón de su fe.
La mezquita sevillana ensalzó esa sangrienta Rebelión en su Twitter
Los peores temores de la Corona española se confirmaron cuando la rebelión morisca recibió ayuda militar musulmana desde el Norte de África, pagada con esclavos cristianos capturados por los moriscos. La cosa fue tomando tal envergadura que la rebelión dio paso a una guerra, que acabó ganando España en 1571. Es especialmente indignante que la citada mezquita reclame disculpas al Rey de España por aquellos hechos, teniendo en cuenta que en la Nochebuena del año pasado esa mezquita sevillana celebró el aniversario de esa sangrienta rebelión, calificándola de “revolución gloriosa” en su cuenta de Twitter, pero eso sí, sin decir ni una sola palabra de los cristianos que fueron torturados y asesinados o vendidos como esclavos por los moriscos. El tuiteo en cuestión afirmaba: “Al- Andalusia libre e independiente. Esos antepasados nuestros andaluces nos devolvieron la Esperanza”. ¿Y aún pretenden que España, por boca del Rey, les pida perdón? Lo que esta gente quiere es que España pida perdón por vencer en los campos de batalla a una religión que se ha extendido con invasiones militares desde sus inicios.
Islam: lo que los cristianos han soportado y siguen soportando
Mejor que pidan perdón ellos por ensalzar un levantamiento armado que estuvo plagado de actos de salvajismo y de crímenes movidos por el odio a la fe cristiana. Y si insisten en provocar con peticiones como la citada, tal vez los demás tengamos que exigirles a ellos que pidan perdón por hechos como que los cristianos sufrieron más de 400 siglos de ofensivas militares islámicas antes de responder con las Cruzadas, lanzadas en 1096 como una campaña de defensa de los peregrinos cristianos contra los ataques de los musulmanes selyúcidas. Aún a día de hoy, 33 países musulmanes figuran entre los 50 que más persiguen a los cristianos. Mientras en Occidente los musulmanes pueden abrir mezquitas y practicas libremente su religión, en países como Arabia Saudí -que financia la construcción de mezquitas en Europa- el culto cristiano está prohibido y el mero hecho de introducir una Biblia en el país se castiga con la deportación. Y aún nos vienen hablando de “islamofobia” y exigiendo que pidamos disculpas por la Reconquista. Para rechazar ese tipo de pretensiones insultantes, en España tenemos una expresión popular que es muy adecuada para este caso: ¡y un jamón!
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(Imagen: El Rey Sancho de Navarra rompiendo la cadena de esclavos que rodeaban al Miramamolín almohade en la Batalla de las Navas de Tolosa, en 1212: una de las victorias cristianas más decisivas de la Reconquista)
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