SILENCIO, SE JUZGA EL FRANQUISMO
La Cataluña nacionalista no ha tenido jamás su propia leyenda negra por dos razones, y ninguna de ellas es la falta de material con que alimentarla. La primera es que Cataluña jamás ha sido un imperio, ni un reino, ni una nación, ni nada que se le parezca. La segunda es que jamás ha tenido enemigos de relevancia. La Cataluña nacionalista no se ha visto jamás en el espejo.
A la izquierda y al nacionalismo les gusta decir que el franquismo jamás ha pasado por los tribunales. Es mentira, por supuesto, y sólo un quinceañero literalista defendería hoy ese absurdo. Porque el tribunal del franquismo fueron la Transición y la Constitución de 1978, que demolieron los principios políticos y morales en los que se basaba el régimen.
Pero he aquí la buena noticia para los literalistas. Porque los doce acusados que se sientan hoy en el banquillo del Tribunal Supremo, junto con el resto de procesados y fugados del procés, son los herederos sociológicos de ese franquismo que sacrificó a Castilla, Extremadura, Murcia, Andalucía y Aragón en el altar de las burguesías extractivas periféricas. Sepan esos literalistas que en el Tribunal Supremo no se está juzgando el procés: se están juzgando los últimos restos de franquismo que quedan en España.
Cristian Campos ( El Español )
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