lunes, 25 de febrero de 2019

INDULTOS, SÍ. INDULTOS, NO

INDULTOS, SÍ. INDULTOS, NO
Sería lo lógico que Pablo Casado y Albert Rivera, los dos alfiles del tablero liberal conservador, golpeen con piedad a Pedro Sánchez en su flanco más débil: el indulto a los presuntos golpistas catalanes. España es un Estado de Derecho, una democracia pluralista plena, que ha establecido y respetado la separación de poderes de forma intachable.
La Justicia en España se ha mostrado siempre independiente, está profesionalizada con el mayor rigor y brilla por su realidad garantista. Resultaría incomprensible que Pedro Sánchez, si tras las elecciones se mantuviera en su madriguera monclovita, enmiende una sentencia condenatoria del Tribunal Supremo, suponiendo que se produzca. El líder socialista abofetearía a los magistrados al conceder el indulto.
Demasiado torpe que Casado y Rivera hostiguen a Sánchez durante la campaña electoral preguntando a secas y sin matices por el indulto. La respuesta está clara: “Mientras no tengamos sentencia no entro en esa cuestión”. La pregunta debe incluir el condicional: “Si la sentencia del Tribunal Supremo sobre los presuntos golpistas fuera condenatoria, ¿concederá usted el indulto, sí o no?”.
Aún más. Los asesores de los líderes del Partido Popular y Ciudadanos deben afilar el condicional que acorralará a Sánchez: “Si, tras las elecciones, usted, señor Sánchez, precisara de los escaños de los independentistas para conseguir la mayoría y formar Gobierno, ¿concederá el indulto a los condenados por el Tribunal Supremo para sumar los escaños necesarios?”.
Los cuatro partidos secesionistas -dos catalanes y dos vascos- se moverán, según las encuestas, por encima de los veinte diputados. Pueden convertirse en la llave para que el PSOE de Pedro Sánchez abra los portones del poder y, con el apoyo de Podemos, reedite la situación actual. Y claro, los separatistas catalanes le exigirán el indulto, suponiendo que el Tribunal Constitucional condene a sus dirigentes por rebelión o conspiración para la rebelión, por sedición y por prevaricación.
Ahí está el punto crítico de Sánchez. ¿Qué hará el presidente si con el indulto puede formar Gobierno y sin el indulto, no? El lector sagaz encontrará fácil respuesta a este interrogante. Cánovas del Castillo escribió que “la tentación del poder conduce demasiadas veces a las mayores indignidades”.
Luis María Anson ( El Mundo )

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