sábado, 5 de enero de 2019

Diez palabras de Córdoba que no están en el diccionario de la RAE

Al diccionario aún no han llegado conceptos típicamente cordobeses como «pego» o «Vargas»

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) es un texto vivo que incorpora, en cada actualización, nuevas palabras y acepciones, extranjerismos de uso común e incluso voces populares como las célebres «cocretas». Sin embargo, el buque insignia de la lingüística española no ha asumido aún como válidas algunas expresiones típicas de Córdoba como «pego» o «vargas».
(Pan) Abogao: En Córdoba se conoce como «pan abogao» a la hogaza redonda que en otras provincias, como Málaga, recibe el nombre de «pan cateto». Sin embargo, entre las acepciones del diccionario de la RAE están las de ser abogado del diablo o abogado de pobres, pero ni rastro de esta referencia panadera.
Aguachirri: Así se llama en Córdoba a esa lluvia fina y que no cala, que más al Norte llaman «chirimiri» o «calabobos». En términos estrictamente cordobeses también se aplica a la gastronomía, para definir a un alimento aguado y sin sustancia.
Bichear: Según el «Diccionario del Habla Cordobesa» de Alberto Díaz-Villaseñor, «el bicheo» es la acción rebuscar, buscar algo con especial interés. Cuando se introduce la palabra en el buscador online de la RAE, ésta muestra, como posibles relacionadas, «bachear» o «pichear».
Embarcar: ¿Quién no ha embarcado, siendo niño, una pelota en el tejado del vecino o en un árbol del patio del recreo? En el diccionario de la RAE, esta palabra es un concepto puramente marinero. También, «hacer que alguien intervenga en una empresa difícil o arriesgada».
Fartusco: Un insulto puramente localista que significa «tonto». Al probar suerte con el diccionario online, la recomendación que hace la RAE es consultar el término «farte», que es un «frito de masa rellena de una pasta dulce con azúcar, canela y otras especias». Nada más lejos de la realidad.
Meiba: En Córdoba, los deportistas no usan pantalones cortos sino «meiba». El origen de este concepto está en una marca comercial que comercializa este producto textil, Meyba.
Pego: La palabra cordobesa por antonomasia, que quiere decir «tontería», tampoco está entre las aceptadas por el diccionario. Al menos, en su acepción genuinamente cordobesa. Para la RAE, un «pego» es una «Fullería que consiste en pegar disimuladamente dos naipes para que salgan como uno solo, cuando le convenga al tramposo».
(Tener un) Plomillazo: Se dice de alguien que no tiene muchas luces que tiene un plomillazo (o «plumillazo») dado, pero esta palabra no está entre los conceptos que la RAE admite como gramaticalmente válidos. Tampoco aparece «plomillo», hermano pequeño del plomo, que es, a fin de cuentas, el objeto cuyo efecto habría provocado el atontamiento de la persona en cuestión.
Poyete: Así se llama popularmente a la parte del quicio de la ventana sobre el que nos apoyamos para asomarnos y desde el que puede caerse una maceta con catastróficas consecuencias si no se sujeta de forma adecuada. También se le conoce como «repisa» o «alféizar», una palabra procedente del árabe que sí está registrada en el diccionario. Para la RAE, sin embargo, un poyete es un banco de piedra.
Vargas: Esta bebida típicamente veraniega, el cóctel cordobés por antonomasia, que consiste en la mezcla de vino tinto (Valdepeñas) y gaseosa, está en la carta de cualquier bar que se precie pero no en el diccionario de la Real Academia. Para los académicos, una «varga», en femenino, es la parte más pendiente de una cuesta.

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