s pidió sumarse al mismo grupo que el partido del hispanófobo Sabino Arana
Ciudadanos se niega a todo acuerdo con Vox pero comparte grupo con el PNV en Bruselas
Desde hace varias semanas se vienen sucediendo las declaraciones de dirigentes de Ciudadanos marcando distancias con Vox y equiparando a este partido liberal-conservador con Podemos.
Reparte carnets de constitucionalista mientras ayuda a erosionar derechos constitucionales
Hoy mismo, Albert Rivera ha declarado que aspira a liderar “gobiernos constitucionalistas”, un adjetivo del que excluye a Vox, el único partido que ha comprometido sus recursos -a pesar de no tener entonces subvenciones públicas- para llevar a juicio a los políticos separatistas que han querido suspender la aplicación de la Constitución en Cataluña. Así mismo, lejos de desautorizar al exprimer ministro francés, que viene lanzando peticiones de aislamiento contra Vox, Rivera se ha puesto del lado de Manuel Valls: “Estoy de acuerdo con Valls en que no tiene que haber un gobierno tripartito ni con Podemos ni con Vox, tiene que ser un gobierno constitucionalista, el gobierno en Andalucía tiene que ser entre Ciudadanos y el PP y es lo que vamos a hacer”.
No es la primera vez que Ciudadanos se pone a repartir carnets de constitucionalista mientras se dedica a apoyar leyes que vulneran derechos constitucionales como la libertad de educación, la libertad ideológica, la libertad de expresión e incluso el derecho a la presunción de inocencia. Lo que está haciendo Ciudadanos no es constitucionalismo: el socialismo disfrazado de color naranja. De hecho, basta con revisar ciertas alianzas internacionales de Cs para comprender hasta qué punto no cabe tomarse en serio ese constitucionalismo del que tanto presume.
Cuando Cs llegó a la Eurocámara pidió sumarse al mismo grupo que CiU y el PNV
Ciudadanos hizo su entrada en el Parlamento Europeo en las elecciones de 2014. Consiguió 497.146 votos y dos escaños. Después de las elecciones, Cs se integró en el grupo parlamentario de ALDE, del que ya formaban parte los separatistas de CiU y del PNV, que votaron en contra de la admisión del partido de Rivera. Es más: un eurodiputado de CiU incluso lanzó un bulo contra Cs vinculando a su eurodiputado Javier Nart con el terrorismo. A pesar de ello, Cs insistió en permanecer en un grupo en el que figuraban dos partidos cuyos fines pasan expresamente por la ruptura de España y de nuestro marco constitucional.
Cuando Cs entró a formar parte de ese grupo, CiU llevaba ya dos años amenazando con la ruptura de España, como parte de la deriva que finalmente condujo al golpe de Estado del 1 de octubre de 2017. Diez años antes el PNV ya había intentado rebasar el marco constitucional con el llamado Plan Ibarretxe, que incluía planteamientos abiertamente inconstitucionales como una soberanía compartida y el llamado “derecho de autodeterminación”, el mismo término usado por el separatismo catalán para justificar su golpe separatista.
Comparten grupo con los hispanófobos del PNV pero se niegan a todo acuerdo con Vox
Esa misma legislatura también se integraron en ALDE tanto CiU como el PNV, que como he señalado ya eran miembros de ese grupo. De hecho, en 2010 el PNV había actuado como anfitrión en la reunión anual del grupo ALDE celebrada en Bilbao a mediados de ese año. En octubre de 2018 ALDE expulsó al PDECAT (la nueva máscara de CiU) pero no por motivos ideológicos, sino por su historial de corrupción. A día de hoy el único eurodiputado del PNV sigue compartiendo grupo parlamentario con los dos eurodiputados de Ciudadanos. De hecho, el pasado mes de marzo, cuando Cs descartó compartir grupo en Bruselas con el PDECAT a partir de las elecciones europeas de 2019, el portavoz económico de Ciudadanos, Toni Roldán, dijo que el caso del PNV es “un poco distinto”, a fin de justificar que su partido no tomase ninguna iniciativa para expulsar también a los nacionalistas vascos de ese grupo o, en caso de no conseguirlo, retirarse de él.
En vista de los recientes e ingentes ataques de Cs contra Vox, cabe preguntarse si el partido de Albert Rivera se siente más cómodo con el PNV que con Vox, pues con el partido de Abascal no acepta llegar a ningún acuerdo, ni tan siquiera reunirse, pero con el partido fundado por el fanático racista e hispanófobo Sabino Arana comparte nada menos que grupo parlamentario.
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(Foto: PNV)
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