domingo, 18 de noviembre de 2018

Los "diez negritos" de Podemos: la lista de notables masacrados por Iglesias

Reveladora fotografía: de los cinco notables de Vistalegre I solamente queda uno: Iglesias

Discrepar del líder morado sale muy caro en Podemos. Purgados o desertados tras el desencanto, los más revelantes dirigentes de los inicios del partido están en su casa.


Obligados a dimitir víctimas de sus inexplicables ingresos, como Juan Carlos Monedero; purgados con nocturnidad como Carolina Bescansa o Rita Maestre -la última caída de entre los más notables-; o renunciando a sus cargos desencantados con las continuas traiciones al ideario fundacional del partido, como Carlos Jiménez Villarejo o Luis Alegre.
Discrepar en Podemos con Pablo Iglesias sale muy caro. Tan caro como que algunos de sus máximos dirigentes y cofundadores están apenas tres años después, fuera. La fotografía que ilustra esta información es bien gráfica de esta purga brutal de Iglesias. Se tomó tras el congreso de Vistalegre I. Junto al líder, Carolina Bescansa, Luis Alegre, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón. Todos ellos, víctimas de su jefe de filas.




Monedero fue el primero de esos diez negritos de Podemos. Cuando aparecieron las primeras informaciones sobre sus millonarios ingresos por informes realizados para los gobiernos populistas de Venezuela o Ecuador, el cofundador del partido trató de atrincherarse en su cargo como número tres de la formación. Pero Iglesias le dejó caer y el 30 de abril de 2015 renunció a todos sus cargos con un mensaje revelador: dijo sentirse "engañado y traicionado" por su amigo.
Un año más tarde, en marzo de 2016, el que dio la espantada fue el eurodiputado Carlos Jiménez Villarejo. Iglesias había fichado al exfiscal jefe Anticorrupción para dar lustre a su candidatura al Parlamento Europeo.
El "no" de Podemos a facilitar la investidura de Pedro Sánchez tras las generales del 20-D, una imposición de Iglesias cuestionada por un amplio sector de los morados, provocó la deserción y un sonoro portazo de Villarejo.

Pero, sin duda, el más notable de estos defenestrados negritos fue Íñigo Errejón, número dos de Podemos, secretario político y portavoz en el Congreso. Su osadía fue encabezar una lista alternativa a la de Iglesias. Su derrota acabó con su cese de los dos cargos que ostentaba, el órganico y el público.
El "brazo ejecutor": Echenique primero borró la sonrisa a Errejón, ahora es el turno de Rita Maestre.

Iglesias no se conformó con Errejón y fulminó sin piedad a todo el errejonismo. Cesó de forma inmisericorde a Eduardo Fernández Rubiño, hombre de confianza del exportavoz y responsable de la poderosa e influyente Área de Redes Sociales de Podemos. Con él fueron despedidos hasta un centenar de trabajadores de la sede nacional en la madrileña calle Princesa.
Visto el cariz de los acontecimientos, otro histórico dio la espantada. Luis Alegre, otro de los cofundadores y uno de los referentes intelectuales más respetados y escuchados del partido, abandonó hablando claro: denunció que el entorno de Iglesias era "una camarilla" y "un grupo de conspiradores" que iban a acabar por dinamitar Podemos.
Y ya cuando el ambiente entre los más veteranos -muchos de ellos antiguos amigos distanciados por las maniobras de ese entorno pablista- era irrespirable, cayó el último referente. El sexto negrito, parafraseando la famosa novela de Agatha Christie, Carolina Bescansa, trató de revolverse contra Iglesias para salvar el espíritu fundacional. Purgada y humillada, a principios de 2019 abandonará su escaño y regresará a su plaza de profesora en la Universidad.
Así se rebeló Carmena contra Pablo Iglesias y sus planes para Madrid
Ahora, la última en ser purgada, ha sido la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre. Antes lo habían sido Tania Sánchez, el líder de Podemos en Cataluña, Albano Dante Fachín, o la portavoz en la Asamblea de Madrid, Lorena Ruiz-Huerta, cabeza visible de la corriente Anticapitalistas.
Y es que, como decía hace décadas el entonces todopoderoso Alfonso Guerra, también en Podemos, pero 40 años después, "el que se mueve, no sale en la foto".
Miguel Blasco

Monedero fue el primero de esos diez negritos de Podemos. Cuando aparecieron las primeras informaciones sobre sus millonarios ingresos por informes realizados para los gobiernos populistas de Venezuela o Ecuador, el cofundador del partido trató de atrincherarse en su cargo como número tres de la formación. Pero Iglesias le dejó caer y el 30 de abril de 2015 renunció a todos sus cargos con un mensaje revelador: dijo sentirse "engañado y traicionado" por su amigo.
Un año más tarde, en marzo de 2016, el que dio la espantada fue el eurodiputado Carlos Jiménez Villarejo. Iglesias había fichado al exfiscal jefe Anticorrupción para dar lustre a su candidatura al Parlamento Europeo.
El "no" de Podemos a facilitar la investidura de Pedro Sánchez tras las generales del 20-D, una imposición de Iglesias cuestionada por un amplio sector de los morados, provocó la deserción y un sonoro portazo de Villarejo.
Pero, sin duda, el más notable de estos defenestrados negritos fue Íñigo Errejón, número dos de Podemos, secretario político y portavoz en el Congreso. Su osadía fue encabezar una lista alternativa a la de Iglesias. Su derrota acabó con su cese de los dos cargos que ostentaba, el órganico y el público.
 
El "brazo ejecutor": Echenique primero borró la sonrisa a Errejón, ahora es el turno de Rita Maestre.

Iglesias no se conformó con Errejón y fulminó sin piedad a todo el errejonismo. Cesó de forma inmisericorde a Eduardo Fernández Rubiño, hombre de confianza del exportavoz y responsable de la poderosa e influyente Área de Redes Sociales de Podemos. Con él fueron despedidos hasta un centenar de trabajadores de la sede nacional en la madrileña calle Princesa.
Visto el cariz de los acontecimientos, otro histórico dio la espantada. Luis Alegre, otro de los cofundadores y uno de los referentes intelectuales más respetados y escuchados del partido, abandonó hablando claro: denunció que el entorno de Iglesias era "una camarilla" y "un grupo de conspiradores" que iban a acabar por dinamitar Podemos.
Y ya cuando el ambiente entre los más veteranos -muchos de ellos antiguos amigos distanciados por las maniobras de ese entorno pablista- era irrespirable, cayó el último referente. El sexto negrito, parafraseando la famosoa novela de Agata Christie, Carolina Bescansa, trató de revolverse contra Iglesias para salvar el espíritu fundacional. Purgada y humillada, a principios de 2019 abandonará su escaño y regresará a su plaza de profesora en la Universidad.
Así se rebeló Carmena contra Pablo Iglesias y sus planes para Madrid
Ahora, la última en ser purgada, ha sido la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre. Antes lo habían sido Tania Sánchez, el líder de Podemos en Cataluña, Albano Dante Fachín, o la portavoz en la Asamblea de Madrid, Lorena Ruiz-Huerta, cabeza visible de la corriente Anticapitalistas.
Y es que, como decía hace décadas el entonces todopoderoso Alfonso Guerra, también en Podemos, pero 40 años después, "el que se mueve, no sale en la foto".






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