El “peligroso arsenal” incautado por los Mossos d’Esquadra a Manuel Murillo, el hombre de 63 años detenido después de que amenazara con asesinar al presidente Pedro Sánchez, es auténtica chatarra.
El experto en balística José Jiménez, perito judicial en criminalística forense, se muestra tajante: ninguna de las armas intervenidas habría permitido a Murillo cometer un atentado como “francotirador”, y mucho menos a una distancia de más de 1.000 metros como sostienen los medios que defienden la tesis del “magnicidio” frustrado.
De hecho, entre las 16 armas intervenidas hay tres pistolas y revólveres inutilizados, cuatro pistolas de aire comprimido, una escopeta de aire comprimido Hatsan 4.5, dos carabinas de calibre 22 que disparan balines, una ballesta casera y un rudimentario “lanzapatatas”, poco adecuado para cometer un “magnicidio”. Auténtica chatarra.
Ninguna de estas armas permitiría al vecino de Tarrasa de 63 años hacer un blanco a más de 50 metros de distancia, salvo la escopeta de aire comprimido Hatsa, que tiene un alcance de 200 metros. Únicamente dispara pequeños balines, por lo que también resulta poco adecuada para un acto terrorista.
El perito judicial tiene pocas dudas: Manuel Murillo no es ni un tirador de élite, ni un francotirador, ni un “lobo solitario”, como lo han bautizado algunos medios. “Este señor es un tirador de tercera categoría, malo no, lo siguiente“, señala José Jiménez en declaraciones a OKDIARIO. A su juicio, Murillo es “un señor que en su delirio dice ser francotirador, aunque está bien donde está (en la cárcel) por las amenazas que ha hecho al presidente. Una vez haya sido sometido a un examen psicológico, podremos conocer la credibilidad que merecen sus amenazas”.
“Muchos tiradores que tienen este tipo de carabinas y rifles, que disparan, ven películas, son un tanto infantiles, les encanta ir a tirar incluso a campos de 300 metros, pero jamás serán francotiradores, seguro”, sentencia Jiménez.
Descartadas las 12 armas citadas antes, Manuel Murillo también tenía cuatro rifles y escopetas, aunque “ninguno está en condiciones”, explica José Jiménez: “El único que vale algo es el rifle Remington 700, con chasis de aluminio. Es una buena marca, aunque éste es de baja gama. Es un rifle policial, que se utiliza también para la caza y el tiro deportivo, pero no es un arma militar”.
El único arma de guerra del arsenal incautado a Murillo es un fusil Cetme, el que se utilizaba tradicionalmente en el servicio militar español, aunque dejó de fabricarse en 1974: “Aquí puede haber cometido un delito, porque lo ha modificado y ha transformado un arma de uso de coleccionista en un arma de guerra. Pero desconocemos si funciona, tendrá que determinarlo balística. Como máximo tiene un rango de actuación de 400 metros”.
Hasta tres años de cárcel
Este hecho podría acarrear a Murillo una pena de entre uno y tres años de cárcel por tenencia de armas prohibidas, además de la condena que impliquen sus amenazas de cometer un atentado terrorista. Manuel Murillo permanece en prisión preventiva desde hace dos meses. Está imputado por los delitos de conspiración para cometer atentado contra el jefe del Gobierno, tenencia ilícita de armas, municiones y explosivos, y delito de odio.
José Jiménez advierte que los Mossos han incumplido el protocolo al incautar el arsenal, lo que podría tener consecuencias a la hora de llevar al detenido ante los tribunales. El artículo 166 del Reglamento de Armas señala que cualquier autoridad pública que decomise armas de fuego debe entregarlas a la Intervención de la Guardia Civil para su depósito y análisis.
Dos meses después de la detención de Murillo, los Mossos han incumplido este trámite, lo que podría llevar a anular parte del proceso judicial, el referido a la tenencia de armas prohibidas (en este caso, el Cetme, con el agravante de que se trata de un arma de guerra).
Los Mossos también intervinieron a Manuel Murillo Sánchez una escopeta de cartuchos 12 Bravette, de fabricación francesa, y un rifle KETT, fabricado en Serbia a imitación de los K98 utilizados por las tropas alemanas en la Segunda Guerra Mundial. “Es un rifle muy barato, puede costar alrededor de 300 euros, y tiene un alcance de hasta 400 metros”, explica Jiménez. Entre las armas cortas incautadas hay una pistola Beretta, una Browing 22 y un revólver Astra, aunque el perito tiene serias dudas de que estén operativas.
José Jiménez fue entrevistado el pasado viernes por Nacho Abad en el programa Espejo público de Antena 3. En declaraciones a OKDIARIO, ha expuesto los detalles del arsenal incautado a Murillo. El experto en balística echa en falta, en la foto del “arsenal” difundida por los Mossos, el fusil ametralladora Scorpion VZ61 que han mencionado algunos medios. “Esta sí sería un arma más espectacular, pero no sabemos si realmente existe porque no aparece en la imagen que ha hecho pública la Policía”, señala.
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