lunes, 15 de octubre de 2018

Mentiras de la izquierda: El guernica del comunista Pablo Ruiz Picasso para su ídolo taurino, Sanchez Mejías.


El arte es una mentira que nos hace ver la verdad
Pablo Picasso
Según la historia aceptada el cuadro fue un encargó del Gobierno Republicano y vino por iniciativa de  José Renau, diseñador de carteles para a la República y director general de Bellas Artes, y tramitada a través de Max Aub, a la sazón agregado cultural de la Embajada de España en París, junto con Jose Renau, el arquitecto Jose Luís Sert, el poeta y director de información pública de la embajada Juan Larrea y el arquitecte Luís Lacasa, Luis Aragón y José Bergamín, y por el que Picasso, nombrado director del museo del Prado (saqueado por la República junto al banco de España al inicio de la guerra) aceptó 150.000 francos (7.000 dólares en 1937) pagados con la Caja de Reparaciones del Cuerpo de Carabineros, y no un regalo como hubiese sido de esperar por un comunista en solidaridad con la República.
Pero su nombre verdadero es “Recuerdo a mi amigo Sanchez Mejías“, el inolvidable torero que murió en agosto de 1934 y cuya muerte inspiro la obra, finalizada en Febrero de 1937. Cuando ocurre el bombardeo de Guernica (26 de abril de 1937) la descomunal obra estaba ya colgado en el pabellón de España, en la Exposición Universal de París, inaugurada apenas 3 semanas después del bombardeo, el 25 de mayo.
El nombre “Guernica” se le ocurrió en Junio de 1937 al delegado de Cultura de la Generalitat, por lo que su autentico nombre Recuerdo a mi amigo Sanchez Mejías“ se sustituyo por el nombre de “Guernica“.
Si observan la obra, el Guernica no representa ningún bombardeo, sino la muerte de un torero, con el toro encampanado, los caballos espantados, las plañideras gesticulantes, la bombilla de la enfermería y el estoque partido en primer plano.
El torero, yace roto, con su espada rota, pues ha perdido, y el toro aparece con la espada clavada, con mirada mansa, que es como era “Granadino” (el toro que lo mató). La simbología de la madre con el niño en brazos, llorando, es la de todas las madres al perder a su hijo, sin importar la edad de este (perder un hijo es antinatural, pues normalmente mueren primero los padres), por lo que muestra su gran angustia, así como todos los otros personajes, pues era un torero muy admirado.
Está perfectamente documentado que el acuerdo entre aquel gobierno y Picasso se concretó el 28 de mayo de 1937 con objeto de que el pintor recogiera su idea sobre el bombardeo de Guernica en un cuadro para ser expuesto en la Exposición Internacional de París. El precio acordado entre ambas partes fue una auténtica fortuna.
“Picasso comenzó a recomponer la obra el 1 de mayo, basado en el anterior titulado “Llanto a la muerte de Ignacio Sánchez Mejías” firmado en abril de 1936 (Herschel 1991, pg. 70).”
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José María Ucelay, quien fuera Director General de Bellas Artes del Gobierno Vasco, reconocía esa ambigüedad del Guernica, en una entrevista concedida en 1979 al Diario El País:
“Fíjese bien, si yo le digo ahora mismo que este cuadro (dice mientras muestra una fotografía del Guernica) se titula, por ejemplo, Sodoma y Gomorra y usted no supiera de qué obra se trata, ¿verdad que no le resultaría incoherente”
Para Ucelay, sin embargo, la cosa era muy sencilla, pues en su opinión Picasso se limitó a trasladar al cuadro, de manera casi literal, las metáforas que sobre el bombardeo de la villa vasca por la Aviación alemana, hizo su amigo y protector Juan Larrea.
El poeta y escritor Juan Larrea (Bilbao 1895-Córdoba Argentina 1980). Inspirador delGuernica de Picasso según Ucelay.Según Ucelay, Picasso no sabía como empezar, así es que Larrea, para inspirarle, utilizó el siguiente ejemplo:
“Imagínate a un toro, en medio de una plaza, al que han estado hiriendo sin piedad. El dolor del toro es tan intenso que logra escapar del ruedo y entra, furioso, en una tienda de porcelanas, donde hay delicadas figuras de todo tipo, personas, animales… El toro se desahoga en el interior de la tienda. Cuando se haya marchado ¿te imaginas cómo habrá quedado la tienda? Pues así, más o menos, está ahora la villa de Guernica”.
Picasso, según esa tesis,se limitó a trasladar al lienzo, de siete metros de longitud, las ideas que le proporcionó Larrea.
Picasso pintó el Guernica inspirado –según Ucelay- en los relatos y descripciones que le hizo Juan Larrea. La amante de Picasso en esa época, Dora Maar, documentó todo el proceso creativo con fotografías como esta de mayo de 1937 y que está publicada en la página web del diario el Mundo.
Algunas dudas razonables
Sin embargo, la cosa no es tan simple como pensaba Ucelay. No sólo porque la interpretación que propone Larrea resulta un punto menos que increíble sino porque, inicialmente cuando se pintó, el cuadro no tenía relación con el bombardeo de Guernica sino con la guerra en general.
En efecto, parece ser que a Picasso no le encargaron un cuadro conmemorativo de un bombardeo, sino un cuadro de denuncia de los horrores de la guerra. Será posteriormente y según algunas fuentes, cuando, con una clara intencionalidad propagandista,.al cuadro se le pondrá el nombre de la villa de Guernica
Guernica devastada en una imagen de la época (web del diario El Mundo)
Una hipótesis posible y sugerente
Lo anterior no sería relevante, lo relevante es que, para interpretar el Guernica, hay que recurrir a un simbolismo un tanto forzado y extraño, ajeno además al mundo creativo de Picasso, sobre todo si se piensa que éste, igual que ocurría con Goya, fue siempre mucho más directo en sus obras.
Goya. Los desastres de la guerra, núm. 33 “¿Que hay que hacer más?”. Goya pintó de forma descarnada y brutal, los horrores de la guerra. Sin simbolismo alguno.Y en ese contexto, resulta más lógico suponer que el Guernica es, no una denuncia de la guerra, sino, lisa y llanamente, una obra taurinapues taurino -y mucho- era su autor y taurino son los elementos (toro, caballo de picador, torero muerto) los que pueblan  el cuadro.
Si en un cuadro aparecen un torero, un toro y el caballo del picador lo lógico es suponer que se trata de un cuadro taurino y no de una metáfora sobre cualquier otro tema como la guerra o el fascismo.En ese hipótesis, que circula desde hace algún tiempo por Internet, debida probablemente aAquilino Duque y que nos recordaba Paco Aguado en Pino Montano hace un mes escaso, Picasso habría aprovechado unos esbozosrealizados tres años antes, en 1934, con motivo de la muerte en la plaza de toros de Manzanaresde Ignacio Sánchez Mejías, el polifacético torero y referente de toda la generación del 27, para sobre la base de esos bocetos olvidados y arrinconados desarrollar el cuadro encargado por el Gobierno republicano.
La muerte en los ruedos de Ignacio Sánchez Mejías, torero, escritor, autor de teatro, mecenas y un sinfín de cosas más, conmocionó a todos los componentes de la Generación del 27. El pintor José Caballerohizo este dibujo para ilustrar el “Llanto a la muerte de Ignacio Sánchez Mejías” de Federico García Lorca. No resulta tan extraño que Picasso, aficionado a los toros, esbozara algún dibujo en homenaje al torero.Una lectura (taurina) del Guernica
Leídos en clave taurina, los elementos del Guernica compondrían uno de los más claros y mejores homenajes al torero sevillano muerto en Manzanares en agosto del año 34.
Estos son sus elementos y su posible o probable significado.
  • Arriba un toro altivo, serio, y vigilante.
A la izquierda, el toro serio, altivo y vigilante del Guernica. A la derecha, serio, altivo y vigilante, Granadino, el toro que causó la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (Lorcaomitió, por razones obvias, el nombre del toro en el poema)Del techo pende la tenue bombilla de la enfermería. Una mano amiga trae más luz, que pide el médico entre las prisas y la sangre.
La necesidad de luz en las enfermería se evidencia en esta imagen de Manolete en la enfermería en México. ¡Luz!¡Más luz! Podría ser la consigna.A ambos lados dos mujeres lloran separadas,  la esposa y madre a la izquierda y la amante, que no pudo velarlo, sola a la derecha grita desconsolada brazos en alto.
La esposa del torero con su hijo en brazos. La intención del hijo de Ignacio, Joselito, de hacerse torero fue la que empujó al diestro a volver a los ruedos para evitarle más dolor y sufrimiento a Lola Gómez Ortega, hija de torero (Fernando el Gallo), hermana de toreros (Rafael, Fernando y José), mujer de torero (Ignacio) y, finalmente, madre de torero (Jose Ignacio Sánchez Mejías a quien su Ignacio llamaba Joselito en recuerdo de su cuñado muerto en Talavera).
ArgentinitaLa otra mujer doliente del cuadro y, abajo, la amante del torero, La Argentinita.El caballo del picador, asustado, se desboca y relincha.
Cuando los caballos no llevaban petos, se veían en las plazas escenas tan duras como las de la fotografía y la del cuadro de Picasso.Desde el burladero alguien observa la trágica escena y otro salé corriendo desde allí, para atender al torero, que herido de muerte yace tendido en la arena sujetando un estoque roto y una flor, como símbolos de derrota y esperanza.
Detrás de la barrera uno de los personajes del cuadra clama desesperado. Detrás de la barrera varios banderilleros y empleados de la plaza auxilian al torero que acaba de ser cogido por el toro Granadino.
El personaje del cuadro con un estoque en la mano, agoniza herido de muerte. Abajo, en el cuadro “El torero muerto” de Manet, el diestro yace en la arena con la muleta en la mano.Conclusiones
La interpretación de las obras de arte moderno es tarea ardua y complicada donde, a veces, parece que se quieren forzar las cosas en demasía.
Podemos interpretar el Guernica y pensar que las mujeres y el niño representan el dolor de la población civil que sufre los efectos de las bombas incendiarias y que la figura que asoma la cabeza por la ventana (la que lleva el quinqué) representa la humanidad, impotente ante todo lo que está contemplando. Podría ser…
Más difícil es pensar que el quinqué representa o simboliza la necesidad de información. Y que la bombilla eléctrica es una metáfora de la Sociedad de Naciones y de los gobiernos no intervencionistas (¿?).
Y aún más complicado me parece asociar, como se hace, el toro vigilante y cubista del cuadro con el fascismo imperante en la época.
Creo que esas asociaciones están traídas por los pelos. Un bombardeo es un bombardeo y una guerra es una guerra y este cuadro no representa, se mire como se mire, ni una guerra ni, mucho menos, un bombardeo.
Personalmente, prefiero pensar que el tororepresenta a un toro y el caballo a un caballo. Que la apenada madre con su hijo es una apenada madre con hijo y que la dolida mujer de la derecha es simplemente una mujer dolida, por más señas, la amante. Que la bombilla es una bombilla (de enfermería) y el quinqué, un quinqué. Y que el torero que yace en la arena con su estoque roto es el mismo diestro que murió en Manzanares porque no quería que su hijo Joselito fuese torero y partiese, una vez más, el ya cansado corazón de su madre, Lola Gómez Ortega.
Por eso, cada vez que me plante delante del Guernica (o de una de sus infinitas reproducciones) me gustará pensar que Picasso (y yo con él) estamos a nuestro modo homenajeando de la mejor manera posible a ese poliédrico diestro que se llamó en el mundo, Ignacio Sánchez Mejías o, mejor y simplemente, Ignacio.


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