ALIANZA NON SANCTA
Izquierda y nacionalismo nacieron enemigas -basta recordar las tres Internacionales y el «¡Trabajadores de todo el mundo, uníos!» contra al capitalismo y la burguesía-, pero las cosas han cambiado tanto que hoy hacen frente común y sería un buen tema de discusión cuál ha cedido más, la izquierda o el nacionalismo. Sospecho que ambos al tener una raíz común: más que ideologías son religiones laicas, que buscan el paraíso en la Tierra, de ahí la idea de Marx de «asaltar el cielo», o el «paraíso de los trabajadores» de Stalin y tantos seguidores. O sea, que tan distintas no son.
Vienen estas lucubraciones a propósito de la entrevista de Pablo Iglesias y Oriol Junqueras en la cárcel de Lledoners, donde éste se encuentra en prisión preventiva. Presentada como el mensaje de Pedro Sánchez al líder de Ezquerra Republicana a través de Iglesias para que apoyase sus presupuestos, ha terminado en mensaje de Junqueras a Sánchez: no apoyaremos esos presupuestos hasta que no instes a la Fiscalía a rebajar nuestras penas, para que podamos recuperar la libertad de una forma u otra.
Con un Iglesias admitiendo que el Gobierno no puede ir tan lejos, aunque «espera no tener que volver nunca más a una cárcel para hablar con un adversario político». Lo que significa aceptar la tesis independentista de que son presos políticos, no políticos presos por haber cometido delitos muy graves. Algo que ya había insinuado anteriormente.
Otro revés para Sánchez, tras ir a Bruselas en busca del visto bueno de sus presupuestos y lo que ha conseguido es un aviso de que corre el riesgo de incumplir el ajuste fiscal fijado. Suele ocurrir a los mentirosos y este hombre miente en cuanto dice y, a veces, sin decirlo, de ahí que huya de la prensa y se largue fuera siempre que puede. No importa: hoy termina por saberse todo.
Volviendo a las afinidades entre la izquierda y el nacionalismo, el mejor ejemplo lo estamos teniendo en España. A estas alturas, el nacionalismo, en vez del crisol de naciones modernas que fue, sobre la base de la igualdad, la libertad y la fraternidad, se ha convertido en el intento de una minoría ambiciosa de imponer a una masa a la que ha lavado el cerebro con mentiras y fantasías, un régimen con tintes xenófobos donde no se respetan ninguno de los principios arriba apuntados.
Mientras la «nueva izquierda», vuelve a la vieja «dictadura del proletariado», que no es otra cosa que la dictadura de la élite de un partido dispuesto a usar todos los medios para mantenerse en el poder. Y esto que digo no es lucubración.
Es noticia diaria en todos los medios al contar lo que ocurre en Nicaragua, Venezuela y otras partes del mundo. Nada de extraño, pues, que los antes enemigos, tras haber fracasado en la práctica, se busquen, se encuentren y se apoyen. Esperemos que sin éxito en España, pues una de las cosas que les une es su afán de trocearla.
José María Carrascal ( ABC )
No hay comentarios:
Publicar un comentario