El ecologista y colaborador de varios programas de televisión Luis Miguel Domínguez, que en las elecciones de 2015 pidió el voto para Podemos, fue condenado por apropiarse de 59.740 euros de una herencia a través de la Fundación Malumar que él mismo presidía.
Conocido con el apodo de El Lobo Marley, Luis Miguel Domínguez ha participado en programas de televisión como El escarabajo verde, Aquí la tierra (que se emite actualmente en La 2 de TVE), Fauna Callejera o Tesoros del sur, dedicado al entorno natural de Andalucía. También colaboraba habitualmente en el programa Cuarto Milenio, de Cuatro, del que fue despedido hace cinco años.
En las elecciones generales de 2015, participó en la campaña de Pablo Iglesias y pidió el voto para el partido morado con el siguiente mensaje: “Porque estamos en un momento histórico, porque creo en España, porque hay que defender la naturaleza como patrimonio auténtico de todos los españoles, porque esa ha de ser una cuestión de Estado: conservar nuestro medio ambiente. Por eso pido el voto para Podemos“.
Tan sólo tres años antes de pronunciar estas palabras, Luis Miguel Domínguez había sido condenado por el Juzgado de Primera Instancia número 11 de Madrid por apropiarse indebidamente de casi 60.000 euros de la Fundación Malumar para la Protección de Animales Abandonados, que él mismo presidía.
La herencia de dos ancianos de Valencia
Los hechos se remontan a 2007, cuando dos hermanos de avanzada edad que residían en Valencia, María Luisa y Mariano, decidieron donar todo su patrimonio para crear una fundación dedicada a la protección de perros y gatos. Para hacer realidad este proyecto, designaron a tres albaceas. Uno de ellos fue Luis Miguel Domínguez, al que habían escuchado en un programa de radio hablando sobre la defensa del medio ambiente.
La Fundación quedó constituida el 9 de abril de 2008. Su patrimonio estaba formado por el legado de los dos ancianos de Valencia. La presidencia de la Fundación fue asumida por el colaborador de televisión que, como albacea de los dos hermanos, debía vigilar el cumplimiento de sus últimas voluntades, pero no podía percibir ni un euro de la herencia.
Y sin embargo, en el plazo de tan sólo cuatro meses, Luis Miguel Domínguez cargó a las cuentas de la Fundación tres facturas, por un importe total de 59.740 euros, emitidas por empresas de las que es administrador único.
El podemita justificó estas facturas mediante la realización de supuestos informes, que según la sentencia habían sido copiados de distintas páginas de Internet. El 22 de febrero de 2008 cargó a la Fundación –que todavía no había sido constituida legalmente– una factura de 11.020 euros por la supuesta realización de un “informe técnico” sobre las líneas de actuación que debía seguir la entidad sin ánimo de lucro.
Un contrato para recoger animales abandonados
Tres meses después, el 19 de mayo de 2008, Domínguez cargó a la Fundación otra factura de 17.400 euros –como la anterior, emitida por la empresa Exotarium, de la que era administrador único– por la redacción de un “plan trienal sobre distribución de ayudas para la recogida y cuidado de animales abandonados”.
Por último, el 27 de mayo de 2008, cargó a la Fundación otra factura de 31.320 euros emitida por otra de sus empresas, Avatar Producciones, supuestamente por realizar un estudio sobre las campañas de publicidad que debía contratar la entidad.
Las dos primeras facturas fueron emitidas por Exotarium SL, la empresa de Luis Miguel Domínguez que tenía un contrato con la Comunidad de Madrid para la recogida de animales exóticos abandonados. Este contrato venció en 2007 y, finalmente, Exotarium fue declarada insolvente en junio de 2011, al no tener recursos propios para pagar 61.841 euros por el despido de una antigua empleada.
Aún no ha devuelto el dinero sustraído
La sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 11 de Madrid considera probado que Luis Miguel Domínguez se apropió indebidamente de 59.740 euros de la herencia de los ancianos de Valencia, de la que había sido designado albacea, a través de la Fundación que debía destinar estos fondos a la protección de animales abandonados.
En la sentencia que luego fue confirmada por la Audiencia Provincial de Madrid, el ecologista podemita fue condenado a devolver este dinero, más los correspondientes intereses, y a abonar las costas judiciales. A día de hoy, no ha reintegrado ni un sólo euro a la Fundación. Mientras tanto, se dedica a pedir el voto para Podemos.
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