La unidad gestora del transporte público de Barcelona (TMB) no cumple su propia normativa. En los últimos días se ha podido ver cómo muchos de sus autobuses pasean con publicidad separatista. Todo esto ocurre bajo la pasividad de la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, que no ha hecho ningún tipo de reclamación a la empresa municipal, obligada a no admitir “mensajes ideológicos” en sus vehículos.
“Miles de sancionados o investigados por ejercer sus libertades. Mañana puedes ser tú”, se puede leer en la parte trasera o lateral de los autobuses de la Ciudad Condal.
La campaña está dirigida por la asociación independentista Òmnium Cultural y distintas organizaciones que apoyan el separatismo.
Tanto Colau como la empresa Transportes Metropolitanos de Barcelona ha olvidado que, según su propia normativa, “queda explícitamente excluido cualquier mensaje publicitario que refleje una ideología o una creencia individual, incluyendo campañas que busquen exclusivamente provocar el debate social y el eco mediático”.
Estas líneas chocarían de lleno con la campaña en contra de los procesos judiciales abiertos a aquéllos que participaron en los altercados sucedidos desde septiembre y los distintos delitos que han provocado el encarcelamiento de algunos de los líderes independentistas.
Ya fueron alertados
En septiembre del pasado año, la Guardia Urbana abrió diligencias contra TMB por publicitar el referéndum ilegal del 1-O. La empresa tuvo que retirar toda la campaña colocada en sus vehículos pero forzó las fechas para que coincidiesen con la finalización del contrato publicitario firmado.
Algo parecido ocurrió con otra de las campañas independentistas —en este caso a favor de la supremacía de la lengua catalana— que mostraba al diputado de ERC, Gabriel Rufián con una chapa de defensa de los “presos políticos”.
Ante la pasiva supervisión de la empresa y de la alcaldesa, Ada Colau, el transporte público se ha convertido en una campaña móvil del independentismo en Barcelona.
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