La suma de los porcentajes de voto en el plebiscito del casoplón de los líderes de Podemos arroja una cifra superior al 100%, lo que llamó la atención después de que Pablo Echenique filtrara unos resultados que se esperaban de manera oficial para este lunes. Además del total de votos a favor del ‘sí’ o del ‘no’ a la continuidad de Pablo Iglesias e Irene Montero al frente de la formación morada, se informó que el recuento había dado 652 votos “en blanco”, indicando Echenique que eso suponía un porcentaje del 0,35.
El 68,42% de votos contrarios a la dimisión de Iglesias y Montero y el 31,58% favorables a su marcha suman ya un 100% limpio, por lo que el porcentaje señalado por Echenique del 0,35% sale en realidad, aunque no se especificase en ningún lugar, de calcular qué tanto por ciento supondrían los 652 votos “en blanco” en relación a los 187.524 votos contabilizados.
Lo que ocurre, tal y como estaba planteada la consulta, es que es imposible que se registrase voto en blanco alguno. El formato del plebiscito no dejaba lugar a la duda en tanto que planteaba un escenario de respuesta binaria a la pregunta lanzada: o sí o no, sin diferente opción. No caben alternativas.
Por lo tanto, de haber espacio para esas alternativas, como finalmente ha sido el caso al contabilizarse nada menos que 652 votos “en blanco”, se trata de un fallo más en un ya de por sí errático sistema de votación, como ya demostró OKDIARIO al desvelar cómo un único usuario podía efectuar diferentes votos.
El hecho de que el sistema de votación empleado por Podemos haya podido contabilizar tres diferentes respuestas cuando el cuadro de diálogo que ofrecía a los inscritos sólo mostraba dos opciones es otra muestra más de la falta de rigor que la formación morada muestra en los procesos de participación de sus bases.
En este sentido, la diferencia entre la contabilización de los votos en blanco en este proceso y la que se realiza en cada proceso electoral en España queda expuesta bien a las claras. En ambos casos, el porcentaje de votos “en blanco” -que sí son votos válidos en las elecciones, a diferencia de los nulos- queda fuera del total de votos -el 100% de los válidos- en torno al que se calculará la proporcionalidad de la representación parlamentaria, es decir, el reparto de escaños. Sin embargo, en un proceso electoral queda explicitado que el votante puede hacer un voto en blanco simplemente no introduciendo papeleta alguna en el sobre.
En el plebiscito de Podemos no se indica la posibilidad de ese voto “en blanco”, sólo se dan dos opciones para escoger una, por lo que la contabilización de esos votos y su posterior no inclusión dentro del porcentaje total de votos en la consulta no hacen sino señalar otra falla en el sistema empleado por el partido.
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