El cortoplacismo táctico de los sanchistas que controlan Ferraz no deja de revelarse como una burda maniobra partidaria. Tan burda que sólo es explicable desde la falta de una estrategia de partido entregado, cada vez más a fórmulas populistas. No hay empacho en pedir una cosa y la contraria. Negar los Presupuestos Generales del Estado, sin conocerlos, y pedir la dimisión del presidente del gobierno si no saca adelante los presupuestos. La han vuelto a pifiar con la política de género. El gobierno, que es a quien le corresponde, propuso a Luis de Guindos para ocupar la vicepresidencia del Banco Central Europeo que quedaba libre por concluir el mandato del portugués Vítor Manuel Ribeiro Constancio, fue rechazada por los socialistas porque la propuesta debería haber recaído en una mujer. Desde la perspectiva sanchista no se apuntaba ningún nombre. Simplemente tenía que haberse propuesto una mujer. Era, pues, por una cuestión de género por lo que rechazaban la propuesta gubernamental por la que España buscaba recuperar un puesto de relevancia en la Unión Europea.
Sin embargo, el tactismo sanchista de Ferraz se desmoronaba a las pocas horas. Su argumentación hacía aguas. En el Parlamento Europeo había que elegir a la presidenta del grupo socialdemócrata del que forma parte el PSOE y había surgido para ocupar el cargo el nombre de una mujer: Elena Valenciano, la que fuera secretaria de organización de los socialistas en la época de Zapatero. Sánchez y los suyos tenían servido en bandeja poner en práctica la defensa de género, pero Valenciano en las luchas intestinas socialistas se decantó por Susana Díaz. No ha contado con el visto bueno de Ferraz lo que abre las puertas al otro candidato a la presidencia del grupo parlamentario socialdemócrata el alemán Udo Bullman.
¿Pero no estaba el PSOE en la tesis de elevar mujeres a cargos de relevancia en la Unión Europea? ¿No había sido el hecho de no ser mujer el argumento principal utilizado por el Ferraz sanchista para negarle el pan y la sal a Luis de Guindos?
La argumentación socialista no se sostiene. Como no se sostiene el mantenimiento de medios de comunicación dedicados a adoctrinas, como la TV3 o la RAC en manos de quienes los han convertido en instrumentos de propaganda independentista. Era una concesión al PSC de Iceta. El tactismo cortoplacista, carente de estrategia, que están practicando los socialistas tiene unos horizontes tan limitados que enseña sus vergüenzas con facilidad pasmosa. La carencia de sustancia de Pedro Sánchez recuerda cada vez más al Rodríguez Zapatero que colaboró con sus actuaciones a llevar a España al borde del precipicio. Como llevó a algunas de las más importantes ciudades españoles a quedar en manos de los populistas con las consecuencias que empiezan a ser evidentes en ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza o Cádiz.
Lo de la candidatura propuesta por el gobierno para ocupar la vicepresidencia del Banco Central Europeo no era cuestión de hombre o mujer como se quiso vender. Lo que ocurrido con la candidatura a la presidencia del grupo socialdemócrata en el parlamento europeo lo deja meridianamente claro. Era una nueva versión del no es no, al que se pretendía sostener con un argumento de género. Una coartada, como la utilizada estos días para levantarse de la mesa de la subcomisión de Educación, cuando apenas se habían visto un par de propuestas de las quince que están sobre la mesa
José Calvo Poyato Web Oficial.
Sin embargo, el tactismo sanchista de Ferraz se desmoronaba a las pocas horas. Su argumentación hacía aguas. En el Parlamento Europeo había que elegir a la presidenta del grupo socialdemócrata del que forma parte el PSOE y había surgido para ocupar el cargo el nombre de una mujer: Elena Valenciano, la que fuera secretaria de organización de los socialistas en la época de Zapatero. Sánchez y los suyos tenían servido en bandeja poner en práctica la defensa de género, pero Valenciano en las luchas intestinas socialistas se decantó por Susana Díaz. No ha contado con el visto bueno de Ferraz lo que abre las puertas al otro candidato a la presidencia del grupo parlamentario socialdemócrata el alemán Udo Bullman.
¿Pero no estaba el PSOE en la tesis de elevar mujeres a cargos de relevancia en la Unión Europea? ¿No había sido el hecho de no ser mujer el argumento principal utilizado por el Ferraz sanchista para negarle el pan y la sal a Luis de Guindos?
La argumentación socialista no se sostiene. Como no se sostiene el mantenimiento de medios de comunicación dedicados a adoctrinas, como la TV3 o la RAC en manos de quienes los han convertido en instrumentos de propaganda independentista. Era una concesión al PSC de Iceta. El tactismo cortoplacista, carente de estrategia, que están practicando los socialistas tiene unos horizontes tan limitados que enseña sus vergüenzas con facilidad pasmosa. La carencia de sustancia de Pedro Sánchez recuerda cada vez más al Rodríguez Zapatero que colaboró con sus actuaciones a llevar a España al borde del precipicio. Como llevó a algunas de las más importantes ciudades españoles a quedar en manos de los populistas con las consecuencias que empiezan a ser evidentes en ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza o Cádiz.
Lo de la candidatura propuesta por el gobierno para ocupar la vicepresidencia del Banco Central Europeo no era cuestión de hombre o mujer como se quiso vender. Lo que ocurrido con la candidatura a la presidencia del grupo socialdemócrata en el parlamento europeo lo deja meridianamente claro. Era una nueva versión del no es no, al que se pretendía sostener con un argumento de género. Una coartada, como la utilizada estos días para levantarse de la mesa de la subcomisión de Educación, cuando apenas se habían visto un par de propuestas de las quince que están sobre la mesa
José Calvo Poyato Web Oficial.
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