domingo, 4 de febrero de 2018

Quevedo, Rufián y Garzón, entre los diputados que más faltan al Congreso

Los representantes de Bildu hacen pellas una de cada cuatro sesiones.

El deber de asistencia a las sesiones plenarias vincula a todo diputado y está recogido en el artículo 15 del Reglamento del Congreso de los Diputados. Y el voto es personal e indelegable según el artículo 79 la Constitución, de manera que cuando un diputado no lo ejerce, está dejando de desempeñar el deber último que le encomiendan aquellos que le eligieron para el cargo: la representación y defensa de sus intereses. Por ello, casi el 90 por ciento de los diputados ha faltado como mucho en dos ocasiones en lo que va de legislatura, según los datos recabados por ABC de las 50 sesiones legislativas celebradas en el Pleno, excluyendo las dos compuestas por votaciones de asentimiento o de puntos separados.
Pero a finales del año pasado ERC y el PDECAT alumbraron una nueva forma de protesta política al comenzar a saltarse sesiones y votaciones de manera premeditada y anunciada, creando una gran polémica. A pesar de ello, no son los únicos que se han ausentado de manera frecuente en las sesiones y votaciones del Congreso. Hay 22 señorías, el 6,28 por ciento del total, que ha faltado con asiduidad al Pleno en lo que va de legislatura.
El diputado que encabeza el ránking de faltas es el único representante de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que no ha asistido a 14 sesiones completas -el 28 por ciento- y en otras tres ha llegado tarde al Pleno o se ha ido antes de que acabara. Fuentes cercanas a Quevedo justifican estas faltas en los problemas de salud de un familiar cercano y las convocatorias que tanto Moncloa como Hacienda le realizaron para negociar los Presupuestos.
El diputado de Nueva Canaria es una pieza fundamental en esta legislatura ya que su voto, unido al del PNV y Ciudadanos fue indispensable para la investidura de Mariano Rajoy, la aprobación de los Presupuestos y lo seguirá siendo para cualquier ley que quiera sacar adelante el Gobierno y no pueda contar con el apoyo del PSOE. Pero, como comparativa, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que negoció duramente las cuentas públicas con el Gobierno, ha faltado a cinco sesiones -el 10 por ciento- y solo en dos ha llegado tarde o se ha ido antes.
El segundo y tercer puesto cae en los dos únicos diputados de Bildu. Por cada cuatro sesiones plenarias que se celebran, su portavoz, Marian Beitialarrangoitia, falta a más de una, el 26 por ciento. Su compañero Oskar Matute, casi tanto como ella: un 22 por ciento. Y cuando estos diputados no faltan es muy frecuente que se abstengan. Si por grupos parlamentarios Ciudadanos es el que más se abstiene, por partidos –incluyendo a todas las formaciones del Mixto– Bildu es quién utiliza más a menudo esta herramienta. Fuentes de la formación achacan las ausencias de sus diputados a la falta de interés por participar en debates que no afectan directamente al País Vasco y, de hecho, reconocen como práctica habitual estar en Madrid un único día o dos como mucho de los tres que dura la actividad parlamentaria normalmente.

Protesta política

A nadie puede extrañar que el absentismo de ERC sea uno de los mayores del hemiciclo dadas las numerosas declaraciones que han realizado en este sentido sin que hasta la fecha hayan recibido amonestación alguna. Su portavoz, Joan Tardà, es el cuarto diputado que más falta: una de cada cinco sesiones y ha llegado tarde o se ha ido antes otras cinco veces. En el séptimo puesto se encuentra otra diputada de su formación, Ana Surra, y en octavo lugar el miembro más mediático de ERC, Gabriel Rufián. Ambos faltaron al 14 por ciento de las sesiones y mientras Surra se fue antes de que acabara el Pleno en cuatro oacasiones, Rufián lo hizo en tres.
Tras Tardà, el coordinador de IU también arroja un balance elevado de faltas. Fuentes de la formación recuerdan que su luna de miel coincidió con la celebración de cuatro plenos y que en el otoño de 2016 estuvo hospitalizado y varias semanas de baja por problemas de salud que aún hoy arrastra. Garzón es el único miembro de la coalición Unidos Podemos que parece en las primeras posiciones de esta lista. Su líder Pablo Iglesias no faltó a ninguna sesión. No obstante, las ausencias a los Plenos no son cuestión de vieja o nueva política ya que tampoco aparece ningún diputado del PP. Sí figura en sexto lugar uno de sus aliados, el portavoz de UPN, Íñigo Alli, que no acudió a un total de nueve Plenos o el 18% por ciento del total. Fuentes de esta formación no han querido ofrecer ninguna justificación a este nivel de ausencias.
En la cola, en novena y décima posición se encuentran dos diputados del PSOE. Ignacio Sánchez Amor y Sebastián Franquis no acudieron a nueve sesiones completas, el 14 por ciento del total. Fuentes socialistas han asegurado a este periódico que cada una de las ausencias de ambos diputados fue justificada ante la dirección del grupo pero no han señalado más razones de las faltas que la labor de Sánchez Amor como portavoz en la Comisión de Exteriores. Sin embargo, ninguno de sus homólogos salvo Tardà acumula tantas faltas.
La responsabilidad de fiscalizar la asistencia de los diputados a las sesiones recae en los grupos parlamentarios, ya que las ausencias perjudican y comprometen su posición en el Congreso. En caso de ausencias injustificadas y recurrentes los diputados pueden ser expedientados por su grupo. Pero esto no sucede cuando la propia dirección del grupo es cómplice del absentismo, como en el caso de ERC o Bildu, o el partido solo está representado por un único diputado que es el que falta. La Mesa del Congreso solo puede actuar en el caso de ausencias totales y prolongadas a lo largo de varios meses, una condición evitable simplemente con presencias esporádicas.

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