Durante la masacre de Katyn mató personalmente a 7.000 prisioneros polacos
Hoy en día criminales como Mengele y Himmler son mundialmente famosos. Sin embargo, Vasily Mikhailovich Blokhin es un gran desconocido a pesar de ser el mayor verdugo de la historia.
El jefe de un grupo de torturadores y verdugos de Stalin
Nacido en 1895 en una familia campesina, Blokhin combate en como suboficial en el 82º Regimiento de Infantería con Ejército zarista ruso durante la Primera Guerra Mundial. Herido por los alemanes, es trasladado a un hospital en Polotsk, donde permanece hasta el 29 de diciembre de 1917, cuando ya se ha iniciado la Revolución bolchevique en Rusia, tras la cual Blokhin apoya a los comunistas y en marzo de 1921 se une a la temible Cheka, la policía política creada por Lenin para perseguir, torturar y ejecutar a todo tipo de disidentes.
Blokhin lleva a cabo su primera ejecución en agosto de 1924 en la prisión de Lubianka, en Moscú. Tras ganarse el favor de Stalin, en 1927 es asignado para dirigir la “Kommandatura”, una pequeña sección del Departamento Ejecutivo Administrativo del NKVD (la policía política estalinista) encargada de lo que Stalin definía como “chernaya rabota” (trabajos negros), es decir, intimidaciones, torturas y asesinatos de forma clandestina y siguiendo órdenes directas del dictador.
Uno de los más destacados verdugos de la primera gran purga de Stalin
Destacado en ese siniestro trabajo por su violencia, Blokhin recibe la medalla de Trabajador Honorario de la Cheka en 1932, es ascendido a capitán en 1935 y le condecoran con la Orden de la Estrella Roja en 1936. Participa activamente en la primera gran purga estalinista entre 1936 y 1938, durante la cual el NKVD recibe la Orden 485 de Stalin, una orden secreta que provoca una de las mayores masacres étnicas perpetradas por las dictaduras comunistas: la eliminación en masa de la minoría polaca residente en la Unión Soviética, una masacre que no sólo incluye a la población polaca de las regiones fronterizas, sino también a los socialistas y comunistas polacos que se habían refugiado en la URSS y a los prisioneros de guerra polacos que había sido capturados en la Guerra Polaco-Soviética de 1919-1921 y que no habían sido liberados. A causa de esa orden de Stalin son asesinadas más de 100.000 personas.
Por sus servicios en esa primera gran purga, Blokhin es galardonado con la Orden de la Insignia de Honor. Entre las ejecuciones que lleva a cabo personalmente están las de dirigentes bolcheviques de primera hora como Lev Borisovich Kamenev y Grigori Yevséievich Zinóviev (ambos asesinados el 25 de agosto de 1936), Mikhail Nikolayevich Tukhachevsky (asesinado el 12 de junio de 1937), el escritor Isaac Babel (asesinado el 27 de enero de 1940) y Nikolai Ivanovich Yezhov (el máximo dirigente del NKVD entre 1936 y 1938, asesinado el 4 de febrero de 1940). En 1940, Blokhin es ascendido a comandante de la Seguridad del Estado. Ese mismo año obtendrá su más macabro récord en una famosa matanza.
Miembros del NKVD con revólveres Nagant M1895
La participación de Blokhin en la masacre de prisioneros polacos
El 4 de abril de 1940 Lavrentiy Pavlovich Beria, jefe del NKVD, recibe de Stalin una nueva orden secreta dirigida nuevamente a exterminar a miles de polacos. Esta vez las víctimas son miles de policías y oficiales del Ejército Polaco capturados tras la invasión soviética de Polonia en septiembre de 1939. Blokhin es designado como uno de los principales organizadores y ejecutores de esta masacre, que se inicia el 5 de abril de 1940 en la prisión del NKVD en Kalinin, donde son asesinados en masa miles de oficiales de la Policía Estatal y del Cuerpo de Protección Fronteriza de Polonia, que son posteriormente enterrados en fosas comunes en Miednoje.
Blokhin prepara estos asesinatos con sumo cuidado y de forma industrial. Las ejecuciones se llevan a cabo usando pistolas Walther alemanas y munición alemana suministradas por Moscú (los alemanes las habían entregado en grandes cantidades a sus aliados soviéticos en la invasión de Polonia), por tres razones: la primera es que Blokhin no cree que sus pistolas reglamentarias soviéticas, las Tokarev TT-30, soporten el ritmo de 300 ejecuciones por noche que se había marcado el verdugo del NKVD; la segunda razón es que la Walther tiene menor retroceso que la TT.30, lo que haría más cómodo el trabajo del verdugo; la tercera razón, y la más importante, es que la Walther es el arma reglamentaria de la Gestapo (la Policía secreta alemana), de forma que si los enterramientos son descubiertos, los soviéticos podrán negar toda implicación y culpar a los alemanes basándose en las pruebas balísticas.
Fotograma de la película polaca “Katyn” (2007). Esta película muestra el procedimiento seguido por Blokhin para ejecutar a los prisioneros polacos. En esta imagen vemos a dos miembros del NKVD conduciendo a un oficial del Ejército Polaco a la sala de ejecución.
El procedimiento de las ejecuciones organizadas por Blokhin
Los prisioneros son trasladados a un recinto especialmente diseñado por Blokhin para llevar a cabo los asesinatos. Primero se les introduce en una antesala de 5 por 5 metros llamada la “Habitación Roja” o “Sala de Lenin”, con las paredes pintadas de rojo, con varios carteles de propaganda y una estatua de yeso con la imagen de Lenin. En esa sala, cada prisionero es identificado (se le pregunta su nombre y se anota su fecha de nacimiento) y es esposado. A continuación se les conduce a una sala contigua con las paredes acolchadas con sacos de arena para amortiguar el ruido de los disparos y que los prisioneros que esperan fuera no los escuchen (también se usan máquinas ruidosas para enmascarar los disparos). Esta sala de ejecución dispone de una manguera y tiene el suelo inclinado hacia un desagüe para limpiar con facilidad la sangre.
Detrás de la puerta, el propio Blokhin aguarda a cada reo vestido con su atuendo de verdugo, como si fuese un carnicero: un delantal de cuero largo, guantes de cuero marrón que le cubren hasta los codos y un sombrero de cuero marrón. Sin más preámbulos, cada prisionero es agarrado y arrodillado por dos guardias del NKVD mientras Blokhin le dispara en la base del cráneo con su pistola Walther Modelo 2, orientando el cañón hacia arriba para asegurarse de que la bala salga por la boca o por los ojos, a fin de que la herida mortal genere menos sangre. El cadáver es retirado por otra puerta situada en el lado opuesto de la sala, cargado en camiones (cada vehículo transporta entre 25 y 30 cadáveres, cubiertos con una lona alquitranada) y llevado a una fosa común. Cada noche se abren entre 24 y 25 trincheras con una excavadora para enterrar los cadáveres de los asesinados.
Este procedimiento se sigue en turnos de 10 horas durante 28 noches, a razón de una ejecución cada 3 minutos. Blokhin ejecuta personalmente a 7.000 oficiales polacos, convirtiéndose en el mayor verdugo de la historia. Cuando termina este “trabajo”, su equipo y él lo celebran con una bebida de despedida. Por esta masacre, Blokhin es condecorado en secreto con la Orden de la Bandera Roja, recibiendo una prima mensual equivalente a su sueldo. Otros miembros de su equipo de verdugos reciben, a modo de recompensa, un revólver, una bicicleta o un gramófono, según explicará Dmitry Tokarev -uno de los miembros de aquel equipo de ejecutores- años más tarde. Las pistolas Walther usadas en la masacre son entregadas a Blokhin, que las conserva como parte de su colección personal.
Una de las fosas comunes con los cadáveres de los prisioneros polacos asesinados en Katyn, tras su hallazgo por los alemanes en 1943
La URSS negó la verdad sobre la masacre de Katyn hasta 1990
Entre abril y mayo de 1940, 22.000 oficiales, policías, funcionarios, sacerdotes e intelectuales polacos -entre ellos 50 mujeres- son asesinados en Kalinin, Járkov y en el bosque de Katyn, en un claro intento de exterminar a la cúpula intelectual de la República de Polonia. En algunos de los lugares de ejecución, los prisioneros polacos son asesinados mediante un tiro en la nuca al pie de la fosa común en la que son enterrados. En abril de 1943 los alemanes descubren algunas de esas fosas comunes, conteniendo miles de cadáveres. Los soviéticos niegan su autoría sobre los crímenes y culpan a los alemanes. A raíz del descubrimiento de la masacre, el Gobierno polaco en el exilio, con sede en Londres, rompe toda relación con la URSS. Los gobiernos soviéticos y los comunistas de diversos países seguirán negando la verdadera autoría de la masacre hasta 1990, cuando Boris Yeltsin reconoce que la matanza de Katyn fue perpetrada por el NKVD, desclasificando los documentos que la URSS disponía al respecto.
El verdugo del NKVD, convertido en héroe de la Unión Soviética
La tumba que contiene los restos de Vasily Blokhin, de su esposa Natalia Aleksandrovna Blokhina (1901–1967) y de su hijo Nikolai Vasilievich Baranov en el cementerio de Novodevichy, en Moscú (Fuente: Sovereign Ukraine)
A diferencia de otros muchos dirigentes soviéticos, Blokhin sobrevive a las tres grandes purgas estalinistas. Es ascendido a coronel en 1943 y a general mayor de la Seguridad del Estado en 1945. A la muerte de Stalin el 5 de marzo de 1953, el prolífico verdugo del NKVD se ha convertido en un héroe de la Unión Soviética, ostentando, entre otras recompensas, la Orden de Lenin -a la más alta condecoración civil de la URSS-, la Orden de la Guerra Patriótica de 1ª clase y dos medallas de la Orden de la Bandera Roja. Dispone, además de una pensión de 3.150 rublos en un país en donde el salario medio es de 700 rublos. Aunque a la muerte del dictador, Blokhin es elogiado por Lavrentiy Beria, todavía jefe del NKVD, las cosas empiezan a cambiar: después de la defenestración y encarcelamiento de Beria en junio de 1953 y el desmantelamiento del NKVD de Moscú por orden de Nikita Jrushchov, el prolífico verdugo es también defenestrado. Blokhin es despojado de su rango, de ocho de sus condecoraciones y de su pensión, y se hunde en el alcoholismo y la locura, muriendo el 3 de febrero de 1955 (la causa oficial fue “suicidio”). Es enterrado en el cementerio moscovita de Novodevichy.
Tras el fin del mandato de Nikita Jrushchov en 1964, Blokhin es rehabilitado por la URSS, y se le devuelven su rango y sus medallas a título póstumo. A día de hoy, su retrato decora la tumba en el cementerio de Novodevichy, con uniforme, como si fuese un héroe. Ni él ni los demás responsables de la masacre de Katyn fueron procesados nunca por sus crímenes. Muchos comunistas aún niegan la autoría soviética de la masacre de Katyn, igual que siguen negando los demás crímenes cometidos por las dictaduras comunistas. Unos crímenes que muchos países occidentales siguen sin reconocer a nivel oficial, permitiendo abiertamente que genocidas como Lenin y Stalin sigan siendo ensalzados. ¿Entiendes ahora por qué Vasily Mikhailovich Blokhin sigue siendo un desconocido para muchos?
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(Foto principal: Fotograma de la película polaca “Katyn” (2007) que muestra el método de ejecución seguido por Vasily Blokhin en Kalinin)